DISCLAMIER

Nada de esto es propiedad mía, solo son traducciones realizadas a partir del fanfic creado por ChoicesHP, la saga Crepúsculo y todos sus personajes pertenece a Stephanie Meyer. No nos adjudicamos ningún crédito de autoría de las historias.

lunes, 7 de agosto de 2017

Leyendo Sol de Medianoche CAPITULO 1. PRIMER ENCUENTRO


LEYENDO SOL DE MEDIANOCHE

CAPITULO 1
Traducción: Anne Roses

PRIMER ENCUENTRO

Isabella Swan estaba bajando del avión, esperando con temerosa inquietud a su padre, el jefe de policía Charlie Swan, que la llevara al lugar que ella llamaría "hogar". Ella suspiró. Su avión aterrizó veinte minutos antes y no pensó que Charlie estaría allí todavía, aunque eso no era necesariamente una mala cosa, ya que no sabía qué esperar de su padre. Ella sólo lo ha visto unas pocas semanas durante el verano durante la mayor parte de sus diecisiete años de vida y esta fue la primera vez desde que ella era una niña pequeña que ella estaría viviendo con él con cualquier sentido de la permanencia.

"Bella," escuchó su nombre ser llamado desde detrás de ella. Había conseguido sus maletas y sólo había estado esperando dos minutos antes de que pudiera ver a Charlie caminando hacia ella. Antes de que ella lo supiera, le estaba dando un abrazo incómodo.

"Ch... Papá", dijo, tratando de abrazarlo de nuevo.

- ¿Cómo estuvo tu vuelo? -preguntó nervioso, frotándose la parte de atrás de la cabeza antes de que él se agachara para sacar sus dos maletas.

"Estuvo bien", dijo. Habría preferido un vuelo que estuviera un poco más cerca del comienzo del año escolar, pero todos habían sido reservados. Pensó que los seis vuelos que ella podría haber tomado antes de que todo fuera completamente reservado en esta época del año un poco extraño, pero no había nada que ella pudiera hacer sobre eso ahora. Y ahora, iba a tener que pasar dos días y tres noches enteros sin nada que hacer. Esto no habría sido una cosa tan mala, a ella no le importaba estar a solas, pero realmente deseaba poder haber pasado unos días más en el sol con su mamá. Por no mencionar, ella no estaba segura de lo que Charlie había planeado y esperaba que no fuera nada malo... tal vez incluso podría estar trabajando para que no tuviera que mantener constantemente la fachada de que estaba feliz por esta mudanza.

"Er..." tartamudeó Charlie cuando estaban a medio camino de sus tres horas en coche a Forks de Seattle. Durante la mayor parte del viaje ninguno de los dos había dicho mucho. De hecho, después de que las bromas que se hicieron, ninguno de ellos había hablado una palabra. A pesar de que era raro, tampoco era demasiado incómodo con esta situación, excepto por el hecho de que Bella no estaba particularmente emocionada de que estaban montando en el crucero de la policía.

- ¿Recuerdas a mi amigo Billy ... Billy Black?

"Hmm..." dijo Bella, frunciendo el ceño pensativamente. "No lo creo."

"Voy a pescar con él todo el tiempo", dijo Charlie, tratando de ver si eso le ayudaría a recordar. "Yo solía llevarte conmigo a veces cuando eras pequeña y tu jugabas con sus hijos..."

Bella frunció el ceño ante eso, sin recordar quién era Billy Black y ahora no estaba tratando de recordar. Realmente odiaba cuando su padre la llevaba a pescar. Por eso había insistido en que él fuera a verla en California durante dos semanas en vez de ir a Forks, esa era una de las razones, la otra era que siempre llovía en Forks, sin importar la época del año.

"Lo siento, C.… papá."

"Er..." Charlie vaciló, nervioso de nuevo. Esperaba que ella los recordara para que no fuera tan incómodo, pero no había nada que pudiera hacer al respecto ahora. "Bueno, ellos... er... Billy y su hijo, Jacob, es decir, están viniendo a cenar... si eso está bien."

"Claro, papá," Bella dijo, no muy cómoda con la idea, pero realmente no había nada que pudiera hacer al respecto. Esperaba que no se quedaran demasiado tiempo para que pudiera pasar los próximos días en paz.

"Bien", Charlie suspiró, pero le dirigió una mirada cautelosa, como si supiera lo que estaba pensando. Por suerte, Bella no se dio cuenta; Sólo la habría hecho sentir peor. Tengo otra sorpresa para ti.

"¿Qué?" Preguntó Bella.

"Ya verás", Charlie sonrió y el resto del viaje pasó en silencio. La sorpresa resultó ser un viejo camión de aspecto rojo, que, a pesar de todo, amó al instante.

"¡Guau, papá, esto es genial!" Bella dijo mientras lo miraba.

-Tu madre dijo que querías un coche -explicó Charlie, parecía más incómodo de lo que lo había visto todo el día. Se ruborizó ligeramente por su reacción ante su regalo. "Pensé que lo conseguiría para ti como un regalo de bienvenida a casa."

"Gracias, papá," Bella sonrió a él - parecía ser una sonrisa más genuina de la que estaba acostumbrado y no podía dejar de devolverla.

Fue sólo una media hora más tarde cuando Billy y Jacob aparecieron. Charlie y Jacob le ayudaban a Billy debido a su silla de ruedas. En el momento en que vio a Billy, Bella lo recordó instantáneamente, sin embargo, no reconoció a su hijo en absoluto. La cena, la pizza traída por los             Black, fue mucho mejor de lo que ella podría haber imaginado. Fue más que un poco incómodo al principio, ya que no podía relacionarse con ninguno de ellos. Charlie y Billy parecían haber entrado en una acalorada discusión sobre algún tipo de evento deportivo y ella no estaba lo suficientemente interesada como para seguir la conversación. Jacob no dijo mucho; Él estaba llenando su rostro con la mitad de la pizza antes de que alguien incluso tuviera una pieza, pero le estaba dando extrañas miradas y desviando la vista rápidamente cuando era descubierto.

"Bueno, eso fue bueno, parece que el juego está casi encendido..." Charlie sonrió y luego miró a su hija vacilante, sin saber si realmente estaba bien dejarla, así como no estaba acostumbrado a hacerlo. Viviendo con cualquiera.

"Así que, Bella, apuesto a que estás emocionada por ir a una nueva escuela..." dijo Jacob, tratando de iniciar una conversación para que Charlie estuviera bien con dejarlos para ver el juego.

"Por supuesto, no todo el mundo sueña con empezar en una nueva escuela en el medio del semestre", dijo Bella sarcásticamente. Sin embargo, ella estaba agradecida a Jacob por la pregunta porque no tenía interés en ver cualquier juego, incluso si su papá lo hacía.

-Tiene que ayudar que estés en una escuela pequeña también -se rio Jacob-. "Todo el mundo ha estado hablando de ti."

"Gracias por el recordatorio," Bella gimió, la gratitud se desvaneció, pero al menos Charlie estaba prestándole poca atención ahora.

"Er... Bella, um... Tengo que decirte... er ... te mostrar... um ... bueno, es algo extraño", Jacob tropezó con sus palabras, no realmente habiendo planeado esto.

"¿Qué es?" Bella lo miró con recelo.

Bueno... er... es la razón por la que estamos aquí hoy, mi papá y yo, eso es", dijo Jacob, bajando la voz para que no se oyera - no que ninguno de sus padres pudiera escuchar cualquier cosa que dijeron con el juego en su mejor momento. "Quiero decir, ¿por qué tengo a papá y Charlie entusiasmados con este juego, más bien como ver el juego juntos, siempre están entusiasmados con..."

"Jacob," Bella interrumpió sus divagaciones.

"Lo siento," Jacob se sonrojó ligeramente. "Mira, sé que suena loco, y probablemente pienses que soy un idiota para seguir adelante con esto. Quiero decir, podría resultar ser una broma de uno de mis amigos me está tirando. Aunque, por supuesto, es probable que no, ya que ni siquiera saben quién eres... por supuesto, Charlie ha estado hablado todo acerca de ti... "

"Jacob," Bella interrumpió de nuevo.

"Lo siento... de nuevo", Jacob suspiró y luego dijo simplemente: "Me dieron este manuscrito y me dijeron que debía leerlo contigo lo antes posible".

Jacob le entregó entonces la pila de papeles unidos flojos que le habían dado hace una semana. Había una nota diciéndole que tenía que leer este libro sólo con Bella Swan, que su padre le había dicho semanas atrás se estaba mudando a Forks, y de ninguna manera fue a leer el libro por sí mismo, que no tenía ni idea de que hacer.

Bella solo miró el libro por un momento con las cejas fruncidas. "Entonces, ¿acabas de venir aquí porque te dijeron?" -preguntó ella, curiosa.

"¿Qué?" -preguntó Jacob. Esperaba que ella pensara que estaba loco y no tomar esto en serio. "Sí, supongo... la nota decía que también seríamos amigos, si eso ayuda a cualquiera".

Bella estaba mirando pensativa, no muy segura de qué hacer con esto. ¿Qué había con este misterioso manuscrito? ¿Tenía algo que ver con todos los vuelos que estaban reservados? ¿Debería realmente seguir lo que decía un pedazo de papel cuando no tenía ni idea de dónde venía? Jacob parecía estar lo suficientemente feliz como para seguirlo, pero ¿era realmente algo que debería estar haciendo? Por otra parte, ella no tenía nada que hacer durante el fin de semana y esto la sacaría de la casa un poco. Además, Jacob parecía un tipo bastante agradable - incluso podría llegar a ser amiga de él. "Está bien, supongo que podríamos leer."

"¡Bueno!" Dijo Jacob, verdaderamente aliviado. "Tenía miedo de que pensaras que era extraño, además, siempre es agradable hacerme un nuevo amigo".

- ¿Qué te hace pensar que somos amigos? Bella bromeó. "Todavía estoy en la valla sobre ti..."

"Eso es lo suficientemente bueno para mí", Jacob sonrió y ella puso los ojos en blanco, pero también sonrió mientras empezaba a leer. "Espera", dijo, poniendo su mano en las páginas, haciendo una pausa para mirar a Billy y Charlie en la sala de estar. "La nota específicamente dijo que esto era algo que solo tú y yo podemos escuchar ... ¿podemos ir a algún lugar donde no nos puedan oír?"

"Supongo," Bella dijo con cautela y se levantó para ir a su habitación.

- ¿Qué están haciendo los dos niños? -preguntó Charlie. Por supuesto, tenía que haber un descanso comercial.

"Sólo iba a mostrar a Jacob mi habitación ... es un poco fuerte aquí", dijo Bella, tratando de ser lo más veraz posible para que fuera más creíble. Era una horrible guarida.

"De acuerdo", dijo Charlie, pareciendo un poco sospechoso, pero el juego estaba comenzando, así que su atención se dividió de nuevo. "Sólo dejen la puerta abierta."

"Bien," Bella dijo, rodando sus ojos y ella hizo un gesto a Jacob para que la siguiera subiendo las escaleras. "¿Eres feliz ahora?"

"Claro," Jacob se rio entre dientes, sin saber dónde sentarse, así que tomó la silla en su escritorio y Bella se sentó en su cama.

"Supongo que puedo leer ahora", Bella sopló cuando finalmente llegó a mirar el manuscrito y leyó "Sol de Medianoche".

"¿Qué significa eso?" -preguntó Jacob.

- ¿Ni siquiera leíste el título? Preguntó Bella, incrédula.

"No vi el punto", dijo Jacob. Y todavía no has respondido a mi pregunta.

"No sé qué significa el sol de medianoche", dijo Bella, preguntándose si realmente podría superar todo esto si él iba a interrumpir así todo el tiempo.

Primer Encuentro” leyó Bella.

“Éste era el momento del día en el que más deseaba ser capaz de dormir.”

¿Capaz de dormir? Bella murmuró. No todo el mundo... todos duermen.

El instituto. ¿O sería más apropiado emplear el término «purgatorio»?

"Yo iría con el purgatorio," Jacob rio entre dientes.

"La escuela no está tan mal", dijo Bella.

"Oh... er... tal vez debería irme", Jacob la miró escépticamente.

Bella puso los ojos en blanco y comenzó a leer de nuevo.

Si existía algún modo de purgar mis pecados, esto tenía que contar de alguna manera.

"¿Cuántos pecados podría haber cometido este tipo si sólo está en la escuela secundaria?" -preguntó Jacob.

"En primer lugar, todavía no sabes que es un tipo", dijo Bella. "Y podría ser un profesor hablando."

"Suena como un tipo para mí," Jacob encogió los hombros, "y sería realmente patético si se trata de un maestro ... Quiero decir que sería su profesión elegida y todo".

"Buen punto."

El tedio era a lo que menos me había conseguido acostumbrar y, aunque parezca imposible, cada día me resultaba más monótono que el anterior.

Supongo que ésta era mi manera de dormir, si el sueño se define como un estado inerte entre periodos activos.

"Er... No sé si me gusta este libro..." Jacob comenzó.

"Manuscrito", corrigió Bella.

Jacob puso los ojos en blanco, "manuscrito es largo".

"¿Qué, el vocabulario es demasiado difícil de entender?" Bella preguntó secamente y Jacob la miró.

Me quedé mirando fijamente las grietas del enlucido de la esquina más lejana de la cafetería, imaginando dibujos en ellas. Era una manera de sofocar las voces que parloteaban dentro de mi mente como el gorgoteo de un río.

"Está bien ... eso explica mucho", dijo Jacob.

"¿De qué estás hablando?" Preguntó Bella.

"Este tipo está loco", dijo. "Oye voces en su cabeza."

"No parece loco", dijo defensivamente. “Y no debes sacar conclusiones”.

-De acuerdo ... pero ¿qué más debo pensar cuando alguien dice que está escuchando voces en su cabeza?

"Er... que tienen ESP o algo así", dijo.

Él la miró, levantando una ceja; Parecía pensar que ella podría ser la loca ahora. - ¿De verdad crees que eso es posible? -preguntó finalmente, riendo.

"No, en realidad no", dijo Bella. "Fue lo mejor que pude imaginar".

Ignoré el centenar de voces por puro aburrimiento.

Cuando a alguien se le ocurre algo, seguro que ya lo he oído con anterioridad más de una vez.

"Ha ... parece que me está leyendo la mente", exclamó Bella con orgullo, y luego se sorprendió por su comportamiento; No era para gritar así.

-Entonces este libro es fantasía entonces -dijo Jacob-. -Supongo que eso es mejor que leer sobre un loco.

Hoy, todos los pensamientos se concentraban en el trivial acontecimiento de una nueva incorporación al pequeño grupo de alumnos. No se necesitaba mucho para provocar su entusiasmo. Había visto pasar repetido el nuevo rostro de un pensamiento a otro, desde todos los ángulos posibles. Sólo era otra chica humana. La excitación que había causado su aparición resultaba predecible hasta el aburrimiento, era como mostrar un objeto brillante a un niño.

Bella se estremeció ante esto.

"¿Qué pasa?" -preguntó Jacob.

"Voy a tener que pasar por eso en dos días," Bella gimió. Estaba temiendo ese día, y esto sólo hacía que sonara peor.

"Oh... sí..." Jacob no estaba seguro de qué decir a eso.

La mitad del rebaño de ovejunos varones se imaginaba ya enamorándose de ella, sólo porque era algo nuevo que mirar.

"Eso es ridículo," Jacob se burló.

"Realmente..." dijo Bella, nerviosa, eso no era algo que ella quisiera que le pasara.

"Er..." Jacob tartamudeó. Estaba tomando más el hecho de que era estúpido gustar de algo sólo porque era nuevo para mirar, pero estaba seguro de que eso no era lo que ella estaba pensando. "Seguro, seguro."

Puse más empeño en no prestar atención.

Sólo hay cuatro voces que bloqueo por una cuestión de cortesía: las de mi familia, mis dos hermanos y mis dos hermanas, quienes están tan acostumbrados a la ausencia de intimidad en mi presencia que rara vez se dan cuenta. A pesar de ello, les concedo toda la privacidad posible. Procuro no escucharlos si puedo evitarlo.

Lo intento con todas mis fuerzas, claro, pero aun así... me entero de cosas.

Rosalie

Jacob alzó una ceja. Había oído ese nombre en algún lugar antes ... ¿no?

pensaba en ella misma, como de costumbre. Había captado su reflejo en las gafas de sol de alguien y se regodeaba en su propia perfección.

-Argh -gimió Jacob-. "Odio aguantar p.…"

"Yo preferiría que no maldijeras", dijo Bella.

Jacob la miró y empezó a reír. "Puedo intentarlo, pero no hare promesas", finalmente pudo decir.

La mente de Rosalie era un charco poco profundo de escasas sorpresas.

 "Bueno, estoy seguro de que voy a amar a este personaje", dijo Jacob sarcásticamente.

Emmett

De nuevo, ese nombre le sonaba familiar a Jacob.

estaba que echaba chispas después de haber perdido un combate de lucha libre con Jasper la noche anterior. Necesitaría de toda su escasa paciencia para llegar al final de las clases y organizar la revancha.

"Pero este tipo... creo que realmente me gustará," Jacob rio entre dientes.

"Sí... Puedo ver eso", Bella también se rio.

Nunca he sentido que me entrometía en sus pensamientos porque nunca ha pensado nada que no pudiera decir en voz alta o poner en práctica. Sólo me siento culpable al leer la mente de los demás cuando me consta que les gustaría que ignorase ciertas cosas. Pero si la mente de Rosalie es un charco poco profundo, la de Emmett es un lago sin sombras, tan transparente como el cristal.

"Puedo ver cómo eso le haría sentirse menos incómodo", dijo Bella. "Odiaría que alguien supiera mis pensamientos así".

-Sí, eso sería una mierda -asintió Jacob-. "Pero podría ser genial ser el lector de mentes... podrías saber todo lo que está pasando de esa manera."

"Eso me suena molesto", dijo Bella, "y realmente no quiero conocer los pensamientos de mis amigos y familiares".

Y Jasper estaba... sufriendo.

"¿Sufrimiento?" Bella dijo con simpatía y especulación ... esa palabra parecía fuera de lugar.

Reprimí un suspiro.

Edward. Alice me llamó por mi nombre, pero sólo sonó en mi cabeza y le dediqué de inmediato toda la atención.

"Ha.… es un tipo", exclamó Jacob.

"Yo pensé que era un tipo también," Bella se encogió de hombros.

Era lo mismo que si la hubiera oído hablarme en voz alta. Me alegraba que en los últimos tiempos hubiese pasado de moda el nombre que me habían puesto. Menos mal, ya que hubiera resultado un fastidio volver la cabeza automáticamente cada vez que alguien pensara en algún Edward…

"Ah ... pobrecito", Jacob se rio.

En ese momento no me volví. A Alice y a mí se nos daban muy bien esas conversaciones privadas, y era raro que nos pillaran durante las mismas.

- ¿No te hace querer atraparlos? Jacob rio y Bella se rio entre dientes.

Mantuve la mirada fija en las líneas que se formaban en el enlucido.

¿Cómo lo lleva?, me preguntó. Torcí el gesto, pero sólo pareció que había cambiado ligeramente la posición de la boca, nada que pudiera alertar a los otros.  Era fácil que pensaran que lo hacía por aburrimiento.

El tono de la mente de Alice ahora parecía alarmado y leí que vigilaba a Jasper con su visión periférica. ¿Hay algún peligro?

"Ah... así que hay otro fenómeno", dijo Jacob.

"No es agradable llamarlos fenómenos", dijo Bella.

-Entonces, ¿cómo los llamo? -preguntó.

"Podrías probar sus nombres," dijo Bella.

Jacob sólo giró sus ojos ante la sugerencia

Ladeé la cabeza hacia la izquierda muy despacio, como si contemplara los ladrillos de la pared, suspiré, y luego me volví hacia la derecha, de nuevo hacia las grietas del techo. Sólo Alice se dio cuenta de que estaba negando con la cabeza.

Ella se relajó. Avísame si la cosa se pone fea.

Moví sólo los ojos, primero arriba, hacia el techo, y luego abajo.

Gracias por ayudarme con esto.

Me alegré de no tener que contestarle en voz alta. ¿Qué le podría haber dicho? ¿«Encantado»?

"Sí, esa sería la respuesta educada", Jacob rio entre dientes.

"Así que, no es algo que hubieras hecho," Bella bromeó.

"No es probable", Jacob sonrió. Era fácil relacionarse con esta chica, y ella era muy bonita también.

En realidad, no era así. No disfrutaba asistiendo al debate interior de Jasper. ¿Era necesario pasar por todo  esto? ¿No era un camino más seguro admitir simplemente que él nunca sería capaz de controlar su problema con la sed como los demás, en lugar de tentar continuamente sus límites?

"¿Sed?" Bella pregunto, pero Jacob estaba entrecerrando los ojos. Eso pareció desencadenar un recuerdo, añadido a los nombres que eran viejos pero familiares... -"¿Qué es Jake?"
"No estoy seguro todavía", dijo Jacob.

¿Por qué coquetear con el desastre? Habían pasado ya dos semanas desde nuestra última expedición de caza. No era un periodo de tiempo excesivamente insoportable para el resto de nosotros. Algo incómodo a veces, si un humano caminaba muy cerca de nosotros

"¿Por qué sigue diciendo humano... como si no fuera uno?" Preguntó Bella.

"Creo que esto podría tener algo que ver con una de nuestras leyendas", dijo Jacob.

Bella lo miró con curiosidad, con la esperanza de que él le dijera lo que quería decir con eso, pero no parecía estar dispuesto a decir nada.

o si el viento soplaba del lado equivocado. Pero los humanos rara vez se aproximan a nosotros.

El instinto les dice lo que sus mentes conscientes difícilmente comprenderían: que somos peligrosos.

Y en ese preciso momento Jasper lo era en grado sumo.

Una chica bajita se detuvo en un extremo de la mesa más próxima a la nuestra para hablar con un amigo. Se pasó los dedos entre el pelo corto, color arena, y sacudió la cabeza. Justo en ese momento la rejilla del aire acondicionado empujó su aroma en nuestra dirección. Yo estaba acostumbrado a la forma en que me hacía sentir el olor: sequedad y dolor en la garganta, un agujero anhelante en el estómago, un agarrotamiento instantáneo de los músculos, el flujo excesivo de ponzoña en la boca…

"Er... bien, ¿qué está pasando aquí?" Bella dijo, un poco nerviosa por esto. "¿Son gente serpiente o algo así?"

Jacob, que estaba tenso desde el momento anterior, tuvo que reírse de eso. Se rio tanto que no pudo detenerse durante un minuto. "No", logró decir.

- “Entonces, ¿qué son?” Preguntó Bella, mirándolo fijamente.

"Creo que... podrían ser..." dijo Jacob. "¡Fríos!"

"Fríos", Bella repitió lentamente, eso tenía más sentido que la gente serpiente.

-Vampiros -aclaró Jacob-. "Mi tribu los llamó los Fríos, pero básicamente son vampiros".

"Vampiros," dijo Bella. –“¿Quieres decir que crees que hay realmente vampiros por ahí?”

"No," Jacob resopló. "Es sólo que estos suenan como los que papá siempre habla, además, Bells, esto es sólo un libro... er... manuscrito, recuerda".

Todo eso era bastante normal y, por lo general, fácil de ignorar; pero hoy resultaba más duro al tener los sentidos agudizados y notarlo todo por duplicado: la sed se multiplicaba al monitorizar las reacciones de Jasper.  Era la sed de dos, no sólo la mía.

Jasper intentaba mantener la mente lejos de allí. Estaba fantaseando…Imaginaba que se levantaba del lado de Alice y se paraba al lado de la chica. Pensaba en inclinarse como si le fuera a susurrar algo al oído y dejar que sus labios rozaran el arco de su garganta. Imaginaba también cómo fluía el cálido flujo de su pulso debajo de la fina piel que sentiría bajo su boca…

"Argh... eso es enfermo", dijo Jacob. "Estúpidos chupasangres".

"Es una especie de cuadro espantoso, pero Edward dijo que Jasper estaba pensando en ello", dijo Bella.

"Y eso hace que este bien... ¿Piensas en cosas como esta?" Dijo Jacob.

"Todo el tiempo," Bella puso los ojos en blanco. "Por supuesto que no, Jake, pero no soy un vampiro. Hm... ¿estos vampiros... cazan seres humanos?"

"Oh... no estoy seguro", dijo Jacob. "Si son los que estoy pensando, entonces no, sin embargo, eso no cambia lo que son... cómo puedes ver".

"Está bien, creo que necesitas contarme esta leyenda tuya," dijo Bella. Tengo la sensación de que podría entender esta historia mejor si lo sé.

"No se supone que deba decirle a nadie", dijo Jacob. "Rompería el tratado."

- “¿Qué tratado?” Preguntó Bella.

"Oops... Realmente no debería haber dicho eso," Jacob se golpeó la frente con la mano. Bella lo miró con ojos esperanzados; Ella realmente quería saber de qué estaba hablando y Jacob no pudo evitar decirle. Así que él le contó una versión rápida de las leyendas del tratado, que era básicamente lo mismo que él le habría dicho meses después si nunca hubieran conseguido este libro.

"Ya veo," dijo Bella. "Eso fue interesante."

"Sí, es una buena historia," Jacob se encogió de hombros.

"No crees que sea real, lo entiendo", dijo Bella.

"Vamos, está lleno de vampiros y hombres lobo... ¿cómo alguien podría creer eso?" Jacob se burló, pero tan increíble cómo era, había una parte de él que siempre había creído que era verdad.

"No lo sé", dijo Bella pensativa, pero decidió que debería empezar a leer de nuevo.

Propiné una patada a la silla de Jasper. Nuestras miradas se encontraron durante un minuto, y luego él bajó la suya. Pude escuchar cómo se enfrentaban en su interior la culpa y la rebeldía.

"Pobre hombre," dijo Bella.

- “Oh, sí, y hubiera sido mejor que siguiera pensando en eso y atacara a la niña inocente” -dijo Jacob-.

"No dije eso," Bella resopló.

—Lo siento —musitó.

Me encogí de hombros.

—No ibas a hacer nada —murmuró Alice en un intento de mitigar el disgusto de Jasper—. Lo vi.

Reprimí la mueca que hubiera echado por tierra la mentira de Alice;

"Ah... un don conveniente", dijo Jacob. "Siempre puedes tranquilizar a la gente diciendo algo así y ellos te creen".

ella y yo debíamos apoyarnos el uno al otro.  No resultaba fácil para ninguno de los dos oír voces y tener visiones del futuro. Éramos bichos raros, incluso entre los que ya lo eran de por sí.

"Ha.… se llamaron a sí mismos bichos raros", dijo Jacob. “Yo también debería ser capaz de hacerlo”.

"Lo que sea," Bella puso los ojos en blanco.

Nos protegíamos los secretos entre nosotros.

—Pensar en ellos como personas ayuda un poco —sugirió Alice

-A diferencia de las comidas con piernas -soltó Jacob, sombríamente-.

"No tienes que ser tan grosero... no están lastimando a nadie", dijo Bella.

"Lo sé," Jacob suspiró. "Yo solo... he oído muchas cosas malas de ellos... bueno, de su clase."

"Supongo que tiene sentido," Bella ofreció. “Probablemente sería mejor si intentas mantener una mente abierta”.

"Podría intentar," Jacob se encogió de hombros.

con voz aguda y musical, demasiado baja y rápida para que la escucharan los oídos humanos.

—Se llama Whitney y tiene una hermanita muy pequeña a la que adora. Su madre invitó a Esme a aquella fiesta en el jardín, ¿te acuerdas?

—Sé quién es —contestó Jasper secamente. Se volvió para mirar por una de las pequeñas ventanas situadas bajo el alero a lo largo del muro que rodeaba la gran habitación. El tono de su voz puso fin a la conversación.

Deberíamos haber ido de caza el día anterior por la noche. Era ridículo enfrentar esa clase de riesgos, intentar demostrar entereza y mejorar la resistencia. Jasper tendría que asumir sus limitaciones y vivir con ellas.

"Eso es un buen consejo", dijo Bella.

"Especialmente cuando están jugando un juego tan mortal", dijo Jacob, tratando de mantener su voz neutral.

Sus antiguos hábitos no eran los más apropiados para el estilo de vida que habíamos elegido; no podría adaptarse a él.

Jacob se estremeció ante eso, sin estar seguro de lo que eso significaba, pero sabía que no era bueno.

Alice suspiró silenciosamente y se puso de pie, llevándose la bandeja de comida —un atrezo, en realidad—y dejándole solo. Sabía hasta dónde llegar con su apoyo y cuándo dejar de hacerlo.

Aunque era más evidente que Rosalie y Emmett mantenían una relación, Alice y Jasper se conocían tan bien que sentían los estados de ánimo del otro como si fueran propios. Parecía que también pudiesen leer las mentes, aunque sólo fuera entre ellos.

Edward Cullen.

-Sí, son los Cullen -dijo Jacob-.

"¿Entonces, estas son las personas ... er, vampiros, en tu leyenda?" Preguntó Bella.

"Sí", dijo Jacob, sintiendo un escalofrío a través de él.

- “¿Crees que eso es real?” Bella preguntó suavemente. Era increíble, pero entonces otra vez, ¿por qué otras cosas conseguirían un libro como este... con esa gente en él?

"Yo... no sé," Jacob dijo pensativo. -Creo que deberías seguir leyendo.

Acto reflejo. Me volví al oír mi nombre, aunque no es que nadie lo hubiera pronunciado en voz alta, sólo lo había pensado.

Mi mirada se encontró durante una breve fracción de segundo con la de un par de enormes ojos marrones, de color chocolate, unos ojos humanos en medio de un rostro pálido, con forma de corazón. Conocía ese rostro a pesar de no haberlo visto nunca con mis propios ojos. Era el tema más destacado del día en todas las mentes: la nueva alumna, Isabella Swan.

"Maldición," dijo Bella. Tenía una sensación rara desde que Edward había mencionado los ojos marrón-chocolate que realmente podría ser de ella de lo que estaba hablando.

"Está bien ... esto hace que parezca mucho más real", Jacob se estremeció realmente esta vez.

"Genial," Bella suspiró, pensando primero en toda la atención que iba a recibir en la escuela y luego su mente se dirigió a un problema diferente. –“¿Por qué nos ha llegado este libro?"

“Er... No sé... la nota solo decía que lo leyéramos", dijo Jacob, su mente pensando en lo que todo esto podía significar.

“Tiene que haber una razón por la que fue enviado aquí ... y por qué la historia comenzó cuando llegué", dijo Bella.

"Oh, genial... piensas que vas a atraer a estas sanguijuelas," Jacob gimió.

"Tendría sentido," dijo Bella. "Genial, justo lo que necesitaba."


La hija del jefe de policía de la ciudad, que había venido a vivir aquí por algún cambio en su situación familiar.

"Situación familiar," Bella resopló. "Eso no es lo que pasó."

"¿Entonces qué pasó?" -preguntó Jacob.

"Quería venir aquí", dijo Bella tan miserablemente que Jacob tuvo que reírse. "Oh eso es agradable."

"Lo siento," Jacob dijo tratando de calmarse, "pero tu cara... Bueno, lo siento. ¿Cuál es la verdadera razón por la que viniste aquí?"

Bella suspiró. "Mi mamá quiere estar con Phil... su nuevo esposo, ella nunca diría nada, pero podría decir que sería más feliz si estuviera con él".

"Oh," dijo Jacob, asintiendo con la cabeza. "Eso es diferente."

"Gracias," Bella gimió.

"Lo siento... solo, no creo que mucha gente hubiera hecho eso", dijo Jacob. "Quiero decir, no es como si te gustara aquí..."

"¿Cómo sabes que no me gusta aquí? Bella preguntó indignada, pero también se preguntó cómo lo había adivinado con tanta facilidad.

-Dejaste de volver, ¿verdad? Jacob se encogió de hombros. "Correcto," Bella suspiró y luego decidió empezar a leer de nuevo.

Bella. Hasta ahora había corregido a todo el mundo que se dirigía a ella por su nombre completo…

"¿Porqué es eso?" -preguntó Jacob.

"No sé, estoy acostumbrada a Bella," Bella se encogió de hombros.

"Está bien, Isabella es demasiado difícil de decir", se rio entre dientes.

"Idiota," Bella puso los ojos en blanco.

Miré a lo lejos, aburrido. Me llevó un segundo darme cuenta de que ella no había sido la persona que había pensado en mi nombre.

"Oh, mierda... él va a saber lo que estoy pensando," Bella gimió. "Espero no notarlo a él... esto va a ser tan vergonzoso".

"Ah... eso suena bien para mí," Jacob rio entre dientes.

Por supuesto, Bella ya se ha quedado alucinada con los Cullen, oí cómo continuaba el primer pensamiento que había oído.

Bella inclinó la cabeza. Esto ya era embarazoso y ella, su yo del libro, ni siquiera había pensado nada todavía. Jacob, por supuesto, sólo hizo eso mejor riendo en voz alta, aunque reía más debido a la reacción de Bella que cualquier otra cosa.

Identifiqué la «voz»

- “¿Por qué acabas de hacer una cita? -preguntó Jacob.

- “Porque la palabra tenía citas en el libro” -dijo Bella-.

-Pensé que era un manuscrito -dijo Jacob, presumido-.

"Vamos a llamarlo un libro a partir de ahora," Bella suspiró impaciente. “De todos modos, creo que cuando dijo voz, se refería al sonido de sus pensamientos”.

"Oh... bien entonces," Jacob asintió.

como la de Jessica Stanley. Había pasado ya un tiempo desde que me incordió por última vez con su charloteo interno. Qué alivio sentí cuando ella superó ese desdichado encaprichamiento. Había sido casi imposible escapar de sus constantes y ridículas ensoñaciones.

"Ah... la desventaja de oír los pensamientos," Jacob rio entre dientes.

Me dieron ganas en aquel momento de explicarle con toda exactitud lo que podría haber ocurrido si mis labios, y los dientes detrás de ellos, se hubieran encontrado cerca de ella. Esto habría silenciado cualquier tipo de molestas fantasías con bastante rapidez. Pensar en su reacción casi consiguió arrancarme una sonrisa.

Le iría bien engordar un poco, continuó Jessica. En realidad, ni siquiera es guapa. No entiendo por qué Eric la mira tanto... o Mike.

"Hmph", dijo Bella. –“Puede ser mejor si no me hago amiga de ella”.

"Creo que eres bonita", dijo Jacob.

"Er... gracias," Bella se sonrojó un poco. Nadie realmente se lo había dicho antes. "Espera... ¿mencionó a dos tipos a los que les gusto...?"

"Supongo," Jacob se encogió de hombros. "Pero ya sabes... sólo les gusta la nueva cosa brillante".

"Si... eso solo me hace sentir mucho mejor," Bella puso los ojos en blanco.

"Oh... claro, lo siento", Jacob le sonrió tímidamente.

Hizo una mueca mental de dolor al pensar en el último nombre. El nuevo capricho de Jessica, el súper popular Mike Newton, no sabía ni que ella existía. Sin embargo, no parecía tan insensible a la chica nueva. Otra vez la historia del chico fascinado por un objeto brillante.

Jacob empezó a reír allí y Bella lo ignoró... o al menos se mantuvo leyendo.

Aquello dio un giro mezquino a los pensamientos de Jessica, aunque en apariencia se mostraba cordial con la recién llegada mientras le explicaba lo que todos sabían sobre mi familia. La nueva seguramente habría preguntado por nosotros.

Aunque hoy todo el mundo me mira a mí también, pensó Jessica muy pagada de sí misma, en parte. Ha sido una verdadera suerte que Bella compartiera dos clases conmigo... Apuesto a que luego Mike querrá preguntarme qué tal es... Intenté bloquear el absurdo parloteo antes de que sus superficiales e insignificantes pensamientos me volvieran loco.

"Gracias por eso", dijeron Bella y Jacob.

—Jessica Stanley le está sacando a la Swan, la chica nueva, todos los trapos sucios del clan Cullen —le murmuré a Emmett, para distraerme, que se rio entre dientes y pensó: Espero que lo esté haciendo bien.

-No tan bien la verdad, estoy seguro -dijo Jacob-.

—En realidad, es bastante poco imaginativa. Sólo le ha dado un toque escandaloso, nada más.  Ni una pizca de terror. Me siento un poco decepcionado.

- ¿Y la chica nueva? ¿También se siente ella decepcionada con el chismorreo?

 Presté atención a ver si escuchaba lo que esta chica nueva, Bella, pensaba de la historia de Jessica. ¿Qué vería cuando se fijará en la extraña familia con la piel del color de la tiza, de la que se apartaban todos?

"O no podrías... dejar solo a la chica sola," dijo Bella y Jacob fracasó en el intento de no reírse de ella.

En cierta manera era cuestión de responsabilidad por mi parte conocer su reacción. Yo actuaba de vigía, a falta de un nombre mejor, para proteger a la familia. Si alguien empezara a concebir sospechas, yo los avisaría con tiempo suficiente para poder quitarnos de en medio con facilidad. Había ocurrido de vez en cuando que algún humano con una imaginación despierta nos había identificado con los personajes de un libro o una película. La mayoría de las veces se convencía de su error, pero era mejor trasladarse a otro lugar que arriesgarse a un examen.

"Supongo que eso está bien entonces", Bella suspiró, todavía no le gustaba esto en absoluto.

Rara vez, muy rara vez, alguien adivinaba la verdad y no le concedíamos la oportunidad de comprobar su hipótesis. Simplemente desaparecíamos, para convertirnos como mucho en un recuerdo aterrador…

No escuché nada por más que fijé la atención en el lugar contiguo al cual continuaba fluyendo de forma compulsiva el frívolo monólogo interno de Jessica.

"Él no escuchó nada," dijo Bella esperanzada.

-Eso es lo que decía -dijo Jacob-.

Era como si allí no se sentara nadie. ¡Qué curioso!, ¿se habría ido la chica? No parecía probable, ya que Jessica seguía dándole la brasa. Miré hacia allí para comprobarlo, sintiéndome confuso. Comprobar con la vista lo que mi sentido extrasensorial me decía era algo que nunca había tenido que hacer.

"Lo siento por eso," dijo Bella, aunque esperaba que se quedara así... que él no pudiera escucharla en absoluto.

Mi mirada se trabó de nuevo en esos grandes ojos marrones. Ella se sentaba en el mismo lugar que antes, y nos miraba, algo natural, supuse, mientras Jessica continuaba regalándole los oídos con los chismorreos locales sobre los Cullen. Pensar sobre nosotros, sin duda, era algo natural.

Pero no oía ni un susurro siquiera.

La voz de Bella se estaba convirtiendo en la de una fumadora mientras seguía leyendo esto.

Mientras bajaba la mirada, un tentador rubor de un rojo cálido invadió sus mejillas, diferente al de la vergüenza que se siente cuando te han sorprendido mirando fijamente a un desconocido. Era estupendo que Jasper aún estuviera mirando por la ventana. No quería imaginarme lo que ese natural flujo de sangre supondría para su autocontrol.

"Eh... eso es un pensamiento reconfortante," Jacob dijo mientras Bella temblaba.

Las emociones se mostraban tan transparentes en su cara que parecía llevarlas escritas en la frente:  sorpresa —como si de forma inconsciente hubiera detectado indicios de las sutiles diferencias entre su naturaleza y la mía—, curiosidad mientras escuchaba la historia de Jessica, y algo más...  ¿fascinación? No sería ésta la primera vez. Éramos hermosos a los ojos de los hombres, nuestras presas potenciales. Y al final, por fin, vergüenza por haberla pillado mirándome.

Y ahora Bella estaba haciendo una mueca.

- “Tengo que decir que estás molesta por esto” -se rio Jacob-.

"Mi cara es tan expresiva... todo el mundo sabe lo que estoy sintiendo," Bella resopló.

"Pero evidentemente tu mente es difícil de leer," Jacob rio de nuevo.

Bella no pudo evitar sonreír, "Supongo que sí."

Aun a pesar de que había mostrado con tal claridad los sentimientos en sus extraños ojos, extraños por lo profundos, de color marrón, que de tan oscuros casi parecían opacos,

"Creo que le gustan tus ojos," Jacob rio mientras Bella se sonrojaba otra vez.

no oía nada más que silencio en el lugar donde ella se sentaba. Nada en absoluto. Me sentí incómodo durante unos momentos.

Nunca me había encontrado con nada similar. ¿Me pasaba algo malo? Me notaba exactamente igual que siempre. Preocupado, presté aún más atención.

"Er... ¿significa eso que hay algo mal conmigo?" Preguntó Bella, frunciendo las cejas.

"Si soy el único que no puede oír..."Jacob volvió a reírse de eso. "Sí, la persona que es extraña es la que no puede oír pensamientos... no podría ser el lector de mentes."

"Hmph... eso no significa que yo tampoco pueda ser rara", Bella resopló.

- “No tendrás ningún argumento de mí” -dijo Jacob riendo.

"Idiota," siseó Bella.

De pronto, empezaron a gritar en mi cabeza todas las voces de alrededor que había contenido hasta ese momento.

Me pregunto qué música le gustará...  Quizás podría mencionar ese nuevo CD..., pensaba Mike Newton, dos mesas más allá, concentrado en Bella Swan.

Bella gimió antes de leer de nuevo.

Eric Yorkie refunfuñaba mentalmente con sus pensamientos girando también alrededor de la nueva. Hay que ver cómo la mira. No le basta con tener a más de la mitad de las chicas del instituto pendientes de él.

Es vergonzoso. Cualquiera pensaría que es famosa o algo por el estilo... La mira incluso Edward Cullen... Lauren Mallory estaba tan celosa que, en realidad, su rostro debería haber tenido el color del jade oscuro. Y Jessica, haciendo ostentación de su nueva mejor amiga. Qué gracia... La mente de la chica continuó escupiendo vitriolo.

Apuesto a que todo el mundo le ha preguntado eso. Pero me gustaría hablar con ella. He de pensar en alguna pregunta más original... meditaba Ashley Dowling.

Quizás esté en mi clase de español... pensaba esperanzada June Richardson.

- “¿Están todos pensando en mí?” Bella gimió, pareciendo más triste que nunca.

Esta noche tengo toneladas de trabajo. Trigonometría y los ejercicios de Lengua. Espero que mamá… Angela Weber,

"Allí... ella no lo está, debes hacerte amiga de ella", dijo Jacob.

"Creo que haré eso", dijo Bella.

una muchacha tranquila, cuyos pensamientos eran generalmente amables, algo poco habitual, era la única en la mesa que no estaba obsesionada con Bella.

Podía oírlos a todos, oía cada insignificancia que se les ocurriera conforme pasaba por su mente, pero nada en absoluto procedente de aquella nueva alumna con esos ojos aparentemente tan comunicativos.

"Mis ojos no son comunicativos," murmuró Bella.

Eso sí, podía escuchar lo que decía cuando se dirigía a Jessica. No necesitaba leer la mente para oírlas hablar con voz baja y clara en el lado opuesto de la gran estancia.

"Wow... tienen buena audición", dijo Bella.

"Al parecer... creo que tendré que recordar eso", dijo Jacob.

"Sí... yo también", dijo Bella.

—¿Quién es el chico de pelo cobrizo? —le oí preguntar mirándome disimuladamente de reojo, sólo para retirar de inmediato la vista cuando se dio cuenta de que aún seguía con los ojos fijos en ella.

"Genial... solo tenía que preguntar por él," Bella gimió.

Todavía tuve tiempo de considerar esperanzado que oír el sonido de su voz me serviría para captar el tono de sus reflexiones, perdidos en algún lugar al que yo no podía acceder, pero enseguida me decepcioné. Lo normal es que los pensamientos de la gente tengan el mismo tono que sus voces físicas. Pero esa voz tranquila, tímida, me resultaba poco familiar, no pertenecía a ninguno de los cientos que rebotaban por la habitación, estaba seguro. Era completamente nueva.

"Sabes... creo que le puedes gustar", Jacob bromeó, y luego frunció el ceño... eso no era una cosa buena.

"Cállate," Bella se sonrojó.

¡Ja, buena suerte, idiota!, pensó Jessica antes de contestar la pregunta de la chica.

-Qué perra -dijo Jacob-.

"Jacob... sin maldecir, recuerda," dijo Bella.

"Te dije que no iba a funcionar", dijo Jacob. “Y ella realmente es una”.

Bella no trató de defenderla.

—Se llama Edward. Es guapísimo, por supuesto, pero no pierdas el tiempo con él. No sale con nadie —levantó la nariz, desdeñosa—. Quizá ninguna de las chicas del instituto le parece lo bastante guapa.

"Obviamente ella ha sido rechazada por él", se rio Jacob.

"Sí... viendo lo que dijo hace unas pocas páginas," Bella sonrió.

"Como si me acordara de eso," Jacob dijo, sacudiendo la cabeza de manera casual.

Volví la cabeza para ocultar la sonrisa. Jessica y sus compañeras de clase no tenían ni idea de la suerte que tenían al no interesarme ninguna de ellas en especial.

Bella se estremeció ante ese pensamiento.

En ese estado de humor fluctuante, sentí un impulso extraño que no terminé de entender. Quería hacer algo respecto al tono mezquino de los pensamientos de Jessica, de los que la nueva no era consciente… Sentí la extraña urgencia de interponerme entre ellas para proteger a Bella Swan de los oscuros manejos de Jessica. Era algo muy raro en mí sentir aquello.

Jacob frunció el ceño por un segundo, y luego decidió que sería más divertido burlarse de ella sobre esto, en lugar de estar preocupado por las historias que había crecido escuchando. No podía hacer nada al respecto ahora, y era divertido verla sonrojarse. Así que, con ese pensamiento, dijo: "Para mi parece que quiere ser tu caballero en brillante armadura."

"Sí, claro," Bella trató de decir con tanta dignidad como pudo, pero, por supuesto, se sonrojó.

Intenté llegar hasta las motivaciones que alimentaban dicho impulso y volví a examinar a la chica.

Quizás fuera un instinto protector, el del fuerte sobre el débil, sepultado en alguna parte desde hacía mucho tiempo.

La muchacha parecía más frágil que sus nuevas compañeras de clase.

Jacob resopló ante eso y Bella miró al libro.

Su piel era tan translúcida, que resultaba difícil creer que le ofreciera mucha protección frente al mundo exterior. Podía ver el rítmico pulso de su sangre a través de las venas bajo esa clara y pálida membrana… Sería mejor que no me concentrara en eso, se me daba muy bien la vida que había escogido, pero estaba tan sediento como Jasper y no tenía sentido darle alas a la tentación.

"Oh, es bueno saber eso ", dijo Jacob, pero ahora estaba empezando a preocuparse.

Tenía una arruguita entre las cejas de la que ella no parecía consciente.

¡Aquello era increíblemente frustrante! Veía claramente el esfuerzo que le costaba estar allí sentada, intentando conversar con extraños, siendo el centro de la atención. Podía adivinar su timidez por la postura de sus hombros, de aspecto frágil, ligeramente hundidos, como si esperara un desaire de un momento a otro. Pero sólo podía adivinar, ver o imaginar. No había más que silencio en esta chica humana tan sumamente corriente. No podía oír nada. ¿Por qué?

"Eso sin duda aumentará mi autoestima", murmuró Bella. Tenía razón acerca de todo lo que dijo al principio y no le gustaba cómo la había llamado una niña humana sumamente corriente.

—¿Qué pasa?  —murmuró Rosalie, interrumpiendo mi concentración.

Dejé de mirar a la chica y sentí una especie de alivio.  No deseaba seguir intentándolo sin éxito, me irritaba. Y no quería desarrollar ningún interés por sus pensamientos ocultos simplemente porque no podía acceder a ellos.

"Creo que es demasiado tarde para eso", se rio Jacob.

Sin duda, cuando pudiera descifrarlos, y seguramente encontraría la manera de hacerlo, serían tan superficiales e insignificantes como los de cualquier otro humano.

"No lo es," Bella hizo una mueca.

"Así que quieres ser un bicho raro ... lo sabía," Jacob sonrió.

"Idiota," dijo Bella. "Simplemente no creo que sea mezquina... aunque tal vez si trivial."

No merecían siquiera el esfuerzo que me costaría llegar hasta ellos.

"No lo creo ni minuto," dijo Jacob.

—¿Así que la chica nueva nos tiene miedo ya? —preguntó Emmett, esperando aún una respuesta.

Me encogí de hombros. No estaba lo suficientemente interesado para seguir presionando y obtener más información. Ni debería interesarme.

Nos levantamos de la mesa y salimos de la cafetería.

Emmett, Rosalie y Jasper simulaban ser estudiantes de último curso, por lo que se dirigieron hacia sus respectivas clases. Yo interpretaba un papel más juvenil, de modo que me encaminé hacia la clase de Biología de primero, preparándome mentalmente para soportar el tedio. Era dudoso que el señor Banner, un hombre de intelecto medio, se las ingeniara para insertar en su explicación algo que pudiera sorprender a alguien que tenía dos licenciaturas en Medicina.

"Bueno, alguien es un poco presumido", observó Bella.

-Y arrogante -añadió Jacob-. "Suena como un sabelotodo para mí."

En la clase, me instalé en mi silla y dejé que los libros, puro atrezo, puesto que no contenían nada que no supiera ya, se desparramaran por la mesa.  Era el único alumno que no compartía pupitre. Los humanos no eran lo bastante listos para saber por qué me temían, pero su instinto de supervivencia resultaba suficiente para mantenerlos alejados de mí.

"Sabes ... no creo que me guste su opinión de los humanos," Jacob resopló.

El aula se fue llenando despacio conforme los chicos iban regresando del almuerzo en un lento goteo.  Me repantigué en la silla y dejé transcurrir el tiempo. De nuevo, deseé ser capaz de dormir.

Su nombre volvió a llamarme la atención, quizás porque estaba pensando en ella cuando Angela Weber la acompañó hasta la clase.

Bella parece tan tímida como yo. Apuesto lo que sea a que este día le está resultando realmente difícil. Ojalá supiera qué decirle, pero seguramente sonaría estúpido…

"Sí ... ella parece ser alguien a quien debería conocer", Bella trató de sonreír... no fue fácil.

¡Bien!, pensó Mike Newton mientras se revolvía en su asiento para ver entrar a las chicas.

Pero seguía sin leer pensamiento alguno desde la posición ocupada por Bella Swan.  El espacio vacío donde deberían estar sus pensamientos me irritaba y desconcertaba.

"Buena suerte con eso," Jacob rio entre dientes y esta vez Bella realmente sonrió.

Bella se acercó a la mesa del profesor avanzando por el pasillo lateral que había a mi lado. 

Pobre chica, el único pupitre libre era el contiguo al mío.

"Por supuesto que lo era," Bella suspiró.

Automáticamente limpié su lado del pupitre, empujando mis libros hasta formar una pila. Dudaba que se sintiera muy cómoda en ese asiento. Comenzaba lo que para ella prometía ser un semestre muy largo, al menos en esta clase. Sin embargo, quizás podría sacar a la superficie sus secretos al sentarme a su lado; no es que hubiera necesitado antes de proximidad para conseguirlo… y tampoco es que hubiera nada que mereciera la pena escuchar…

"Oh, claro... te creo," Jacob puso los ojos en blanco. "Este tipo está en completa negación."

Bella Swan caminó hasta interponerse en el flujo de aire caliente que soplaba en mi dirección desde la rejilla de ventilación.

Su olor me impactó como la bola de una grúa de demolición, como un ariete. No existe imagen lo bastante violenta para expresar la fuerza de lo que me sucedió en ese momento.

Bella dejó de leer allí... sintiendo un escalofrío de miedo corriendo a través de ella.

"No me gusta el sonido de eso", dijo Jacob. “Esto no es bueno en absoluto”.

"No me gusta tampoco," Bella estuvo de acuerdo y luego comenzó a leer de nuevo; Ella necesitaba saber lo que pasó después.

En aquel instante, no hubo nada que me asemejara a la persona que fui antaño, no quedó ni un jirón de los harapos de humanidad con los que me las arreglaba para encubrir mi naturaleza.

Yo era un depredador; ella, mi presa. No existía en el mundo otra verdad que no fuera ésta.

La voz de Bella era temblorosa cuando leyó esto.

Para mí ya no había una habitación llena de testigos, porque en mi fuero interno los acababa de convertir a todos ellos en daños colaterales. El misterio de sus pensamientos quedó olvidado. Los pensamientos de Bella no me importaban nada porque no iba a poder pensar por mucho más tiempo.

- “Sí, ella... seguirá pensando durante mucho tiempo, maldito monstruo de sangre” -gruñó Jacob.

"Jake... yo..." Bella no sabía qué decir. Estaba aterrorizada de esto, pero quería seguir leyendo... para saber qué pasó.

- “¿Quieres que lea?” Jacob preguntó, tratando de leer su expresión... bueno, una expresión que no estaba aterrorizada, es decir.

"No," dijo Bella. "Solo... déjame intentar pasar por esto lo más rápido que pueda."

-De acuerdo, lo intentaré -dijo Jacob-.

Yo era un vampiro y ella tenía la sangre más dulce que había olido en ochenta años.

"Oh, mierda ... eso no puede ser bueno", dijo Jacob.

Bella trató de mirarlo, pero no pudo hacerlo a través de su pánico. “Ya lo sabíamos”.

"Eso sólo hace que suene peor de lo que pensaba," murmuró Jacob.

No concebía la existencia de un aroma como ése. Habría empezado a buscarlo desde mucho tiempo antes si hubiera sabido que existía.  Hubiera peinado el planeta para encontrarlo. Podía imaginar el sabor…

La sed ardía en mi garganta como si fuera fuego.  Sentía la boca achicharrada y deshidratada y el flujo fresco de ponzoña no hizo nada por hacer desaparecer esa sensación.

Mi estómago se retorció de hambre, un eco de la sed. Se me contrajeron los músculos, preparados para saltar.

Bella estaba tensa y estaba leyendo lo más rápido que podía, sus palabras apenas comprensibles, pero el significado era claro.

No había pasado ni un segundo. Ella todavía no había terminado de dar el paso que la había puesto en la dirección del aire que fluía hacia mí.

Conforme su pie tocó el suelo, sus ojos se posaron en mí en un movimiento que ella pretendía que fuera sigiloso. Su mirada se encontró con la mía y me vi perfectamente reflejado en el amplio espejo de sus ojos.

La sorpresa que me produjo ver mi cara proyectada en sus pupilas le salvó la vida en aquellos momentos tan difíciles.

Bella se relajó infinitesimalmente, pero ella sabía que esto no estaba ni siquiera cerca de haber terminado todavía.

Pero no me lo puso fácil. Cuando ella fue consciente de la expresión de mi rostro, la sangre inundó nuevamente sus mejillas, volviendo su piel del color más delicioso que había visto en mi vida.  Su olor era como una bruma en mi cerebro a través de la cual apenas podía razonar. Mis pensamientos bramaron incoherentes, fuera de todo control.

Ella caminaba ahora más despacio, como si comprendiera la necesidad de huir. Los nervios la hicieron comportarse de modo torpe,

Bella pensó que no era realmente su prisa lo que la hacía torpe... así era como era, pero no podía decirlo... ni lo pensó durante más de un segundo.

por lo que tropezó y se tambaleó hacia delante, casi cayendo sobre la chica sentada delante de mí. Parecía débil, vulnerable, incluso más de lo que es habitual en un humano.

Intenté concentrarme en el rostro que había visto en sus ojos, un rostro que reconocí con asco.

Era la cara del monstruo que había en mí, el que había combatido y derrotado a lo largo de décadas de esfuerzo y de disciplina inflexible. ¡Con qué rapidez emergía ahora a la superficie!

- “Bueno, piensa en el maldito rostro y mantente alejado de ella” -murmuró Jacob suplicante-.

El olor se arremolinó nuevamente a mi alrededor, dispersando mis pensamientos y casi impulsándome fuera del asiento.

No.
Mi mano se aferró a la parte central del borde de la mesa para intentar sujetarme a la silla.

Pero la madera no estaba por la labor y mi mano atravesó el armazón y arrancó un puñado de astillas. La forma de mis dedos quedó grabada en la madera.

"Él es ciertamente fuerte," Bella tragó saliva.

"Increíblemente fuerte," Jacob dijo una voz temblorosa.

Destruye la evidencia, ésta era una regla fundamental. Rápidamente pulvericé los bordes que tenían la forma de mis dedos, dejando sólo un agujero desigual y una pila de virutas en el suelo, que dispersé con el pie.

Destruye la evidencia. Daño colateral…

Sabía lo que iba a suceder ahora. La chica debería venir a sentarse a mi lado y yo tendría que matarla.

"No, no lo haces," Jacob siseó, pero Bella siguió leyendo con su voz temblorosa y tensa.

 Los testigos inocentes de la clase, otros dieciocho jóvenes y un hombre, no podrían abandonar la habitación una vez que hubieran asistido a lo que iba a ocurrir en breve.

"No.… deja los fuera de esto", dijo Bella.

"Er... ¿estás preocupado por ellos cuando eres la que él quiere matar?" -preguntó Jacob.

"No quiero tener diecinueve vidas en mi cabeza," dijo Bella.

- “Él sería el que los mataría” -dijo Jacob, aturdido por su lógica-.

"Pero es sólo por mí que morirían", dijo Bella. "No quiero eso... No permitiré que eso suceda."

"Eh... te importa tu propia vida, ¿verdad?" -preguntó Jacob.

"Sí," contestó Bella. "No soy suicida ni nada... Simplemente no me gusta pensar en una masacre que sucede por mi culpa".

- “Bueno” -dijo Jacob, incapaz de comprender cómo podía pensar que era por culpa de ella, cuando claramente habría sido culpa de los chupasangres.

Me acobardé ante la idea de lo que se avecinaba. Incluso en mis peores momentos, jamás había cometido una atrocidad como ésta. Nunca había matado a inocentes, al menos no en las últimas ocho décadas.

Y ahora planeaba masacrar a veinte de una vez.

El rostro del monstruo en mi mente se burló de mí.

Aun cuando una parte de mí intentaba apartarse de aquella idea horripilante, la otra parte planeaba la forma de perpetrarla.

En el caso de que matara a la chica primero, sólo dispondría de quince o veinte segundos antes de que reaccionaran los humanos del aula.  Tal vez algo más si no se daban cuenta de lo que estaba haciendo desde el principio. Ella no tendría tiempo de gritar o sentir dolor y yo no la mataría con crueldad. Esto era todo lo que podía hacer por esta desconocida con esa sangre tan horriblemente deseable.

"Estoy seguro de que eso es un alivio para ella," Jacob siseó.

"Lo es", dijo Bella. Sería mejor que ella nunca supiera lo que pasaría... si tuviera que pasar.

Pero habría de impedir que escaparan. No debía preocuparme por las ventanas, ya que estaban demasiado altas y eran muy pequeñas para servir a nadie en su huida. Sólo quedaba la puerta, que los dejaría atrapados en cuanto se bloqueara.

Intentar abatirlos a todos cuando estuvieran dominados por el pánico y chillando, en pleno caos, seguramente sería más lento y difícil. No imposible, pero habría mucho ruido y tiempo de sobra para un montón de gritos. Alguien podría oírlos…  y me vería forzado a matar incluso a más inocentes en esta hora negra.

El olor me castigó hasta cerrarme la garganta reseca y dolorida. Además, la sangre de Bella se enfriaría mientras mataba a los otros.

"Y eso es algo importante para pensar," Jacob murmuró amargamente.

De modo que sería mejor encargarme primero de los testigos.

Me tracé un esquema mental. Yo estaba en mitad de la habitación, en la última fila de la parte de atrás. Empezaría por el lado derecho. Estimé que podría romper aproximadamente entre cuatro y cinco cuellos por segundo, y sería menos escandaloso. El lado derecho sería el de los afortunados porque no me verían llegar.  Después daría la vuelta por la parte frontal e iría de delante hacia atrás por el lado izquierdo; matarlos a todos me llevaría a los sumo cinco segundos.

Tanto Jacob como Bella se estremecieron ante ese hecho... por lo frío que era calculando esto.

Sin embargo, sería tiempo suficiente para que Bella viera con claridad lo que se le venía encima. Suficiente para que tuviera miedo. Suficiente para que gritara, si el susto no la dejaba paralizada en su sitio. Sólo un débil grito que no haría venir a nadie corriendo.

A Bella no le gustaba esa opción, pero si salvaba a otra persona ...

Aspiré una bocanada de aire y el olor se convirtió en un fuego que corrió por mis largas venas vacías y me abrasó el pecho hasta consumir cualquier impulso positivo que hubiera sido capaz de sentir.

En ese preciso momento se estaba dando la vuelta. Estaría sentada a pocos centímetros de mí dentro de escasos segundos.

El monstruo en mi mente sonrió ante la expectativa. 

Alguien sentado cerca de mí, a la izquierda, cerró de golpe una carpeta. No miré para ver cuál de los malditos humanos había sido, pero el movimiento envió una bocanada de aire normal, inodoro, hacia mi rostro.

Durante un escaso segundo, pude pensar con claridad.

"Está bien... así que necesitamos más aire perfumado de Bella para estar cerca de él", dijo Jacob.

En ese precioso segundo, vi dos rostros en mi mente, uno al lado del otro.

Uno era el mío, o más bien lo había sido: el monstruo de ojos inyectados en sangre que había matado a tanta gente que había dejado de contarlos. Asesinatos racionalizados y justificados. Un asesino de asesinos; el asesino de otros monstruos menos poderosos. Era consciente de que se trataba de un complejo de dios, si pudiera llamarlo así, el de alguien que cree poder decidir quién merece una sentencia de muerte. Era un compromiso conmigo mismo: me alimentaba de sangre humana, pero en su definición más amplia, ya que mis víctimas eran, debido a sus varios y oscuros pasatiempos, escasamente más humanos que yo.

Jacob pensó que era casi soportable aceptar algo así, pero en la situación actual, no contaba mucho... Edward era un monstruo que estaba pensando en matar a Bella.

El otro rostro era el de Carlisle.

No había ninguna semejanza entre ambos rostros. Eran como la noche y el día.

No existía ningún motivo para buscar semejanzas. Carlisle no era mi padre en un sentido biológico estricto y no compartíamos características similares. El parecido en el color de la piel se debía a lo que éramos; todos los vampiros tienen la misma tez helada y pálida. El parecido en el color de nuestros ojos era otra cosa: el reflejo de nuestra mutua elección.

Bella frunció las cejas y leyó la última línea casi como una pregunta.

"Sus ojos son amarillos porque sólo cazan animales... o así es la leyenda", respondió Jacob por ella.

Y, aun así, aunque no había base para establecer semejanzas, me imaginaba que mi rostro había comenzado a reflejar el suyo hasta cierto punto, en los malditos últimos setenta años durante los cuales yo había abrazado su camino y seguido sus pasos. Mis rasgos no habían cambiado, pero a mí me parecía que algo de su sabiduría había marcado mi expresión y que algo de su compasión podía encontrarse en la forma de mi boca, así como trazas de su paciencia eran evidentes en mi ceño.

Bella casi sonrió ante estos pensamientos, y probablemente lo haría si no fuera por el hecho de que hace apenas un segundo Edward estaba pensando en matarla a ella ya sus compañeros de clase.

Todas estas pequeñas mejoras habían desaparecido de la cara del monstruo. En pocos momentos, no quedaría en mí nada que reflejara los años que había pasado con mi creador, mi mentor, mi padre en todos los sentidos que importan. Mis ojos volverían a brillar rojos como los del diablo; toda la bondad habría desaparecido para siempre.

"Hm... él debe seguir pensando en esto", dijo Jacob. "Mantenga su mente fuera de lo otro..."

"Sí," Bella estuvo de acuerdo.

Yo veía el rostro de Carlisle en mi mente, y sus ojos amables no me juzgaban. Sabía que él me perdonaría por el horrible acto que iba a cometer, porque me amaba, porque pensaba que era mejor de lo que realmente era. Y seguiría queriéndome, incluso aunque le demostrara que estaba equivocado.

Bella Swan se sentó en la silla que había a mi lado con movimientos rígidos y forzados, ¿por el miedo?, y el olor de su sangre se extendió como una nube inexorable a mi alrededor.

La tensión y el nerviosismo llenaron la habitación ahora.

Le demostraría a mi padre que se había equivocado conmigo. Y la tristeza de este hecho hería casi tanto como el fuego de mi garganta.

Me aparté de ella con asco, sintiendo repugnancia por el monstruo que deseaba tomarla.

¿Por qué tenía que haber venido aquí?  ¿Por qué tenía que existir?  ¿Por qué tenía ella que destruir la poca paz que me quedaba en esta existencia mía de redivivo? ¿Por qué había tenido que nacer esta irritante humana? Acabaría conmigo.

Bella tuvo dificultades para leer esto.

- “¡No es culpa suya, estúpido monstruo!” -gritó Jacob en defensa de Bella. "Y tú eres el maldito que ni siquiera se supone que existe... ¿por qué no desapareces?"

Bella estaba agradecida de que él dijera eso, pero todavía estaba herido por los pensamientos de Edward.

Volví la cara para no verla en cuanto me invadió una repentina furia, un odio irracional.

¿Quién era esta criatura? ¿Por qué yo, por qué en ese momento? ¿Por qué debía perderlo todo ahora sólo porque a ella le había dado por escoger esta insólita ciudad para aparecer?

¡¿Por qué había venido hasta aquí?!

¡Yo no quería ser un monstruo! ¡No quería matar en esta habitación llena de niños inofensivos! ¡No quería perder todo lo que había ganado en una vida entera de sacrificio y privaciones!

Bella inclinó la cabeza ante esto... empezando a culparse a sí misma también.

"Bella," Jacob gimió mientras leía sus pensamientos en su rostro. "No es tu culpa."

"Lo sé," dijo Bella, sin estar realmente convencida de eso. "Es sólo..."

"... lo que es", Jacob terminó.

"Él está tratando de no ser un monstruo," dijo Bella tristemente.

- “Pero no puede detener eso” -dijo Jacob, y viendo que él sólo la molestaba con esta línea de pensamiento, no dijo más.

No podía… Ella no podía hacerme eso.

El olor era el problema, el enorme atractivo de su olor. Si hubiera alguna manera de resistir… Bastaría que otro chorro de aire fresco me aclarara la cabeza.

Bella Swan sacudió su cabello largo, espeso, de color caoba, en mi dirección. ¿Estaba loca? ¡Era como si le diera alas al monstruo! Tanteándole.

Bella se burló de eso, como si supiera que estaba pensando en matarla.

Esta vez no había ninguna brisa amable que apartara el olor lejos de mí. Pronto estaría todo perdido.

No, no hubo ninguna brisa.  Pero yo no tenía por qué respirar.

- “¿No lo hacen?” Bella preguntó al mismo tiempo que Jacob decía: "Entonces, ¿por qué has estado respirando todo este tiempo?"

Paré el flujo de aire a través de mis pulmones; el alivio fue instantáneo, pero incompleto. Todavía tenía el recuerdo del olor en mi cabeza y el sabor en el fondo de mi lengua. Ni siquiera podría resistir eso durante mucho tiempo. Pero quizás fuera capaz de soportarlo una hora.  Una hora. 

"Sí... eso sería mejor", murmuró Bella solemnemente. Todavía no era un pensamiento agradable.

Sólo el tiempo necesario para salir de esa habitación llena de víctimas, víctimas que quizás no tendrían que serlo. Si era capaz de contenerme sólo durante una hora. No respirar era una sensación incómoda. Mi cuerpo no necesitaba oxígeno, pero iba contra mis instintos. Yo confiaba más en el olor que en cualquiera de los otros sentidos en momentos de tensión. Era el que me guiaba durante la caza y el primero que avisaba en caso de peligro. No solía encontrarme en situaciones difíciles siendo yo un peligro en mí mismo, pero el instinto de supervivencia era tan fuerte en mi naturaleza como en el de un ser humano normal.

Incómodo, pero manejable. Más soportable que olerla a ella y no poder hundir mis dientes en su fina piel, delicada y transparente hasta llegar al cálido, húmedo, pulsante…

"No pienses eso, idiota," Jacob siseó.

¡Una hora!  ¡Sólo una hora! Debía dejar de pensar en el olor, en el sabor.

En silencio, la chica mantuvo el pelo entre nosotros, inclinándose hacia delante hasta que dejó caer la melena sobre la carpeta. No podía verle la cara, ni podía intentar leer sus emociones en sus sinceros ojos profundos.

¿Había sido por eso por lo que ella había extendido su cabellera entre nosotros? ¿Quería esconder esos ojos de mi vista?  ¿Sólo por miedo? ¿Por timidez? ¿Para mantener ocultos sus secretos?

"Estoy segura de que es la última", dijo Bella, rodando los ojos, momentáneamente sin pensar en la amenaza de muerte.

Mi irritación anterior por no ser capaz de leerle los pensamientos era poca cosa en comparación con la necesidad —y el odio—  que me embargaba en ese momento. Porque yo odiaba a esa frágil adolescente que se sentaba a mi lado, la odiaba con la misma fuerza con la que me sentía apegado a mi anterior identidad, al amor por mi familia, a mis sueños de ser algo mejor  que  lo que era… Odiarla, odiar el modo en que ella me hacía  sentir, me ayudaba un poco. Sí, y la irritación que había sentido antes no era importante, pero también me favorecía. Me ceñí a cualquier emoción que me distrajera de imaginar su delicioso sabor…

Odio e irritación. Impaciencia. ¿Es que la hora no iba a terminar nunca?

Y cuando la hora terminara… Entonces ella saldría de esta habitación, y ¿qué haría yo?

Podría presentarme. Hola, me llamo Edward Cullen. ¿Puedo acompañarte a tu próxima clase?

- “No.… déjame en paz, idiota” -dijo Jacob-. “Eso es lo que debes decir”.

Me contestaría afirmativamente, aunque, como yo sospechaba, me temiera, porque era la respuesta educada y apropiada. Bella seguiría la costumbre y caminaría a mi lado.  Resultaría bastante fácil llevarla en la dirección equivocada. Un espolón del bosque sobresalía como un dedo hasta tocar la parte posterior del aparcamiento. Podría decirle que había olvidado un libro en mi coche…

¿Se daría cuenta alguien de que yo había sido la última persona con la cual la habían visto? Estaba lloviendo, como siempre. Dos impermeables oscuros encaminándose en la dirección equivocada podrían despertar un interés excesivo y delatarme.

Además, no era el único que había reparado en ella aquel día, aunque ninguno de forma tan devastadora como yo. Mike Newton, en especial, estaba pendiente de cada cambio de su postura en la silla mientras ella se movía nerviosamente; estaba tan incómoda por estar cerca de mí como cualquiera en su lugar, como yo habría esperado antes de que su olor hubiera destruido cualquier interés caritativo. Mike Newton seguramente notaría si ella salía de clase conmigo.

- “Bueno, gracias a Dios por Mike” -dijo Jacob-.

- “Sólo si eso significa que nadie más tiene que morir” -murmuró Bella. "Si vuelve a matar a todos..."

"Correcto," Jacob se estremeció.

Podría soportarlo una hora, ¿y dos?

Me estremecí a causa del dolor y la quemazón.

Ella volvería a una casa vacía, ya que el jefe de policía Swan trabajaba a jornada completa. Conocía el edificio, del mismo modo que conocía cada casa en esta ciudad tan pequeña. La casa se encontraba aislada en lo alto de la ciudad, junto a un espeso bosque, sin vecinos cerca. Incluso aunque ella tuviera tiempo para gritar, que no lo tendría, no habría nadie que la escuchara.

Ésta era la manera más responsable de llevar el asunto. Había pasado siete décadas sin probar la sangre humana. Si contenía la respiración, podría aguantar dos horas más.  Y cuando ella estuviera sola, no habría ocasión para que nadie resultara herido. Y no existe motivo alguno para precipitarse, el monstruo de mi cabeza me dio la razón.

Bella se estremeció ante eso.

Era un sofisma pensar que sería menos monstruo por salvar a los diecinueve humanos del aula con esfuerzo y paciencia y matar sólo a esa inocente joven.

Aunque la odiaba, sabía que mi odio era injusto. Me di cuenta de que a quien detestaba realmente era a mí mismo. Y me odiaría más aún cuando ella hubiera muerto.

Soporté toda la hora así, imaginando las mejores formas de matarla. Evite visualizar el acto real, ya que esto habría sido demasiado para mí. Perdería la batalla y terminaría matándolos a todos. Así que me concentré en el aspecto estratégico del plan y nada más.

Ella me miró más allá de la muralla de sus cabellos en una sola ocasión, casi al final de la clase.

Sentía arder en mi interior aquel odio injustificado cuando nuestras miradas se encontraron y lo vi reflejado en sus ojos asustados. El arrebol cubrió sus mejillas antes de que pudiera volver a esconderse en su pelo y yo casi perdí los estribos.

"Bien... mirarlo es una cosa mala", murmuró Bella.

Menos mal que sonó el timbre. Salvado por la campana, igual que en el dicho. Ambos nos habíamos salvado: ella de la muerte, y yo, durante un breve tiempo, de convertirme en la criatura de pesadilla que temía y detestaba.

No pude moverme con la lentitud habitual mientras salía de la clase. Algún observador ocasional hubiera averiguado que había algo raro en mi forma de caminar, pero nadie me prestó atención. Todos los pensamientos humanos seguían girando en torno a la chica que estaba condenada a morir en poco menos de una hora.

"Bueno, yo podría haber estado prestando atención, él no lo habría sabido", señaló Bella.

Me escondí en el coche.

No quería pensar en mí mismo como en alguien que se debía ocultar. Se parecía demasiado a la cobardía, pero sin duda ése era el caso ahora.

En aquellos momentos, no tenía la disciplina necesaria para permanecer rodeado de humanos. Al concentrar todas mis energías en no matar a uno de ellos, me había quedado sin fuerzas para resistirme frente a los demás. En caso contrario, menuda pérdida. Ya que tenía que rendirme al monstruo, al menos haría que mereciera la pena la derrota.

"No... Me gusta bastante Bella... No quiero que muera", dijo Jacob.

Puse el CD con la música que por lo general me calmaba, pero me sirvió de poco. No, lo único que en ese momento podía ayudarme era el aire frío, húmedo y limpio que soplaba con la ligera lluvia a través de las ventanas abiertas. Aunque todavía podía recordar el olor de la sangre de Bella Swan con perfecta claridad, inhalar el aire era como limpiar el interior de mi cuerpo de una infección.

Me sentía bien otra vez. Podía pensar de nuevo. Y ahora era capaz de volver a enfrentarme a lo que no quería ser.

"Bueno... ahora mantente alejado de Bella," Jacob dijo firmemente

No tenía por qué ir a su casa, ni tenía por qué matarla. Sin duda, yo era una criatura pensante, racional y tenía posibilidad de elegir. Siempre había una oportunidad.

No me había sentido así en la clase, pero ahora estaba lejos de ella. Quizás, si la evitaba cuidadosamente, con mucho, mucho tiento, no tendría necesidad de cambiar de vida. 

"No.… no me gusta el sonido de eso", dijo Jacob. "Un desliz..."

"Lo entiendo," Bella dijo, sus nervios en el borde.

"Lo siento," Jacob suspiró.

- “No es culpa tuya, Jacob”.

Ahora tenía todo organizado del modo que me gustaba. ¿Por qué debía permitir que esa deliciosa e irritante personita lo arruinara todo?

No tenía por qué disgustar a mi padre, ni causar tensión, preocupación o dolor a mi madre. Sí, aquello también iba a disgustar a mi madre adoptiva. Y Esme era tan dulce, tan amable, tan gentil.

Provocar dolor a alguien como Esme era verdaderamente imperdonable.

Qué irónico sonaba mi deseo de proteger a esa joven humana de la amenaza irrisoria y torpe de los pensamientos despectivos de Jessica Stanley. Yo era la última persona que podría haberse erigido nunca como defensor de Isabella Swan.  Ella nunca necesitaría protegerse tanto de nada como de mí mismo.

Bella frunció el ceño ante eso, otra vez preguntándose por qué habían obtenido este libro. Había temido que fuera para advertirle de su muerte al principio... eso parecía muy probable cuando Edward estaba pensando en matar a todo el mundo... pero ahora... ¿Podría haber una razón diferente? Además, ¿por qué le enviarían un libro donde murió en el primer capítulo... eso no tendría sentido... tiene que haber más a esto. Sí, ella estaba tratando de acumular su coraje inexistente, pero le ayudó a leer, así que a quién le importaba.

De pronto, me pregunté dónde estaría Alice. ¿No me había visto matar a la joven Swan de mil formas diferentes? ¿Por qué no había venido en mi busca o en mi ayuda, para detenerme o al menos limpiar las evidencias?

"Monstruos sin corazón," murmuró Jacob, oscuramente.

¿Estaba ella tan absorta vigilando a Jasper de que se metiera en problemas que no había sido consciente de otras posibilidades mucho peores? ¿Era yo más fuerte de lo que pensaba?

¿Y si realmente no iba a hacerle nada a la joven? 

No. Yo sabía que eso no era verdad. Alice debía de estar muy concentrada en Jasper.

Busqué en la dirección en que sabía que la iba a encontrar, dentro del pequeño edificio donde se impartían las clases de inglés.  No me llevó mucho localizar su «voz» familiar. Y llevaba razón.

Volcaba todos sus pensamientos en Jasper, vigilando las mínimas posibilidades minuto a minuto.

Deseaba pedirle consejo, pero, al mismo tiempo, me alegraba que ella ignorase de lo que yo era capaz y que, en la última hora, había considerado seriamente la posibilidad de provocar una masacre.

"Yo podría pasar de ese conocimiento, también," murmuró Bella.

Un nuevo fuego recorrió mi cuerpo, el de la vergüenza. No quería que ninguno de ellos lo supiera.

Si lograba evitar a Bella Swan, si me las arreglaba para no matarla —el monstruo se retorció y le rechinaron los dientes de frustración sólo de pensarlo—, en tal caso, nadie se enteraría. Si pudiera alejarme de su aroma…

"Seriamente hombre, no arriesgues algo así", dijo Jacob.

No había razón alguna para no intentarlo al menos. Elegir lo correcto. Tratar de ser lo que Carlisle pensaba que era.

La última hora de clase estaba a punto de terminar. Decidí llevar a la práctica mi nuevo plan de inmediato. Era mejor que quedarme sentado en el aparcamiento, donde ella podría pasar cerca de mí y acabar con mi empeño. Volví a sentir un encono injustificado por la muchacha. Odiaba que, sin saberlo, tuviera ese poder sobre mí, que ella me pudiera convertir en algo ultrajante.

"Como si fuera su maldita culpa", dijo Jacob. "No creo que me guste este tipo."

Bella no dijo nada. Tenía miedo de la amenaza que suponía para ella, pero aún no podía juzgar al chico. Por supuesto, el miedo que sentía definitivamente la estaba haciendo inclinarse en una dirección más que en la otra.

Crucé el pequeño campus muy rápido —tal vez demasiado, pero no había testigos— en dirección a la oficina.  No había razón para que mi camino y el de Bella Swan se cruzaran. Debía evitarla como a la pequeña peste que era.

"Pero no sé dónde estás," dijo Bella.

La oficina estaba vacía, a excepción de la secretaria, la única persona a la que quería ver.

No oyó mi sigilosa entrada.

—“¿Señora Cope?”

La pelirroja de bote alzó la vista y abrió los ojos de forma desmesurada. Estos correctores de exámenes… siempre los sorprendía con la guardia baja, jamás se enteraban de nada, sin importar cuántas veces nos hubieran visto con anterioridad.

—“¡Oh!” —exclamó entrecortadamente. Estaba un poco agitada. Estúpida, pensó en su fuero interno, es lo bastante joven para ser mi hijo, demasiado joven para pensar en él de esa forma…

"No es tan joven, pero aun así no está bien pensar en él de esa manera", dijo Jacob.

— “Hola, Edward. ¿En qué te puedo ayudar?” La mujer agitó las pestañas detrás de las gruesas gafas. 

Estaba incómoda, pero yo sabía ser encantador cuando me lo proponía. De hecho, me resultaba muy fácil, conocía de inmediato qué tono adoptar o qué gesto realizar.

Me incliné hacia delante y sostuve su mirada como si observara intensamente esos corrientes ojillos castaños suyos. La mujer era ya un manojo de nervios. Esto iba a resultar sencillo.

- “Chulo idiota” -dijo Jacob-.

—“Me preguntaba si me podría ayudar con mi horario de clases” —dije con la voz suave que reservaba para cuando no deseaba atemorizar a los humanos.

Oí cómo aumentaba el ritmo de los latidos de su corazón.

—“Por supuesto, Edward. ¿Cómo puedo ayudarte?” —demasiado joven, demasiado joven, se gritaba a sí misma. Se equivocaba, por supuesto. Yo tenía más años que su abuelo, aunque, según mi permiso de conducir, ella tenía razón.

"Él pensó lo mismo que hiciste", señaló Bella.

"Cállate," Jacob dijo, no le gustaba la comparación.


—“¿Sería posible cambiar la clase de Biología por otra de mayor nivel científico? Tal vez Física…”

—“¿Tienes algún problema con el señor Banner, Edward?”

—“En absoluto. Lo único que ocurre es que ya he estudiado ese temario…”

 —… en esa escuela de enseñanza acelerada a la que asististeis en Alaska, cierto —frunció los labios mientras lo consideraba. Todos deberían estar en la universidad. He oído las quejas de los profesores. Destacan en todo, no vacilan al contestar, jamás se equivocan en un examen… parece que hubieran encontrado la forma de engañarnos en cada asignatura.

"Hm... pensarías que ellos obtendrían algunas respuestas malas por lo que no se destacarían tanto," Bella murmuró.

- “¿Y arruinar su imagen de ser perfecto?” Jacob se burló. "Nunca."

El profesor Varner estaría dispuesto a creer que nos están haciendo trampas antes que aceptar que un alumno es más inteligente que él… Apuesto a que su madre les da clases… —En realidad, no caben más alumnos en Física. Al profesor Banner le disgusta tener más de veinticinco alumnos en una clase.

—Yo no sería ningún problema.

Por supuesto que no. Un perfecto Cullen no lo sería nunca.

"Ves... la imagen perfecta," Jacob rio entre dientes y Bella puso los ojos en blanco.

—“Ya lo sé, Edward, sólo que no hay suficientes pupitres…”

—En ese caso, ¿podría no asistir a clase? Emplearía ese tiempo en estudiar por mi cuenta.

—¿No asistir a clase de Biología?  —se quedó boquiabierta. Es una locura. ¿Tan difícil te resulta aguantar una asignatura que ya te sabes? Tiene que haber algún problema con el profesor Banner. Me pregunto si debería hablar con Bob del tema.

"No es un problema con Bob ... es un problema conmigo," Bella suspiró.

"Es un problema del chupasangre", corrigió Jacob.

—“No tendrás suficientes créditos para graduarte”.

—“Ya recuperaré al año que viene”.

—“Tal vez deberías comentarlo antes con tus padres”.

La puerta se abrió a mis espaldas, pero fuera quien fuera no me importunó con sus pensamientos, por lo que ignoré esa entrada y me concentré en la señora Cope.

Bella se estremeció ante eso, teniendo la sensación de que él no estaba exactamente en lo correcto.

Me incliné un poco más cerca y le sostuve la mirada con los ojos abiertos. Hubiera funcionado mejor de haberlos tenido dorados en lugar de negros. La negrura atemoriza a la gente, como debe ser.

- “¿Qué significa la oscuridad?” Bella preguntó, ya teniendo una buena idea de cuál sería la respuesta a eso.

"No estoy seguro... pero creo que significa que está... sediento", Jacob se estremeció, al igual que Bella.

—“Por favor, señora Cope” —modulé la voz del modo más suave y persuasivo que pude, y puedo ser considerablemente persuasivo—. “¿No hay ninguna otra clase donde haya sitio para mí? Estoy convencido de que debe de haber un resquicio en algún sitio. Biología como sexta hora de clase no puede ser la única opción…”

Le sonreí a la par que procuraba no mostrar mucho los dientes para no asustarla y suavizar la expresión del semblante.

Su corazón resonó con más fuerza. Demasiado joven, se recordó frenéticamente. —“Bueno, tal vez podría hablar con Bob, quiero decir, con el señor Banner y ver si…”

En un segundo cambió todo:  la atmósfera de la habitación, mi misión en la misma, la razón por la que me inclinaba hacia la mujer pelirroja… Lo que antes tenía un propósito concreto, ahora se había convertido en otro muy distinto.

Un segundo fue todo lo que necesitó Samantha Wells para abrir la puerta y depositar con retraso la hoja de firmas en la cesta situada en la entrada.

Un segundo fue lo que tardó el golpe de viento que se coló por la puerta en sacudirme. Un segundo fue todo lo que necesité para comprender por qué esa primera persona no me había interrumpido con sus pensamientos nada más entrar.

"Eres tú", Jacob gimió y ambos se tensaron.

Aunque no necesitaba asegurarme, me volví.  Lo hice despacio, pugnando por controlar los músculos que se negaban a obedecerme.

Bella Swan estaba ahí en frente, de pie, con la espalda apoyada contra la pared al lado de la puerta, con un papel apretado entre las manos. Sus ojos se abrieron aún más de lo habitual cuando asimiló mi mirada feroz, inhumana.

El olor de su sangre saturó cada partícula de aire en la habitación pequeña y calurosa. Mi garganta estalló en llamas.

El monstruo me observó de nuevo desde el espejo de sus ojos, una máscara de maldad.

Mi mano vaciló en el aire sobre el mostrador. No tendría siquiera que mirar hacia atrás para coger la cabeza de la señora Cope y aplastarla contra la mesa con fuerza suficiente para matarla.

"Enfermo... eso es enfermo," murmuró Jacob.

Dos vidas, mejor que veinte. Una ganga.

El monstruo esperaba ávido y hambriento a que lo hiciera.

Pero siempre debe haber una posibilidad de elegir, tenía que haberla.

Interrumpí el movimiento de mis pulmones y fijé el rostro de Carlisle delante de mí. Me volví para encarar a la señora Cope y escuché la sorpresa interna que le había causado el cambio en mi expresión.

Echando mano del autocontrol que había tenido tiempo de practicar en décadas de esfuerzo, conseguí que mi voz sonara aún más monótona y suave. Quedaba suficiente aire en mis pulmones para hablar una vez más, apresurando las palabras.

—“Bueno, no importa. Ya veo que es imposible. Muchas gracias por su ayuda”.

 Giré y me lancé fuera de la habitación al tiempo que intentaba no sentir la calidez de la sangre dentro del cuerpo de Bella cuando pasé a escasos centímetros de ella.

No paré hasta llegar a mi coche, moviéndome demasiado rápido todo el camino hasta allí. La mayoría de los humanos se habían marchado ya, por lo que no hubo muchos testigos. Oí a un alumno de segundo, Austin Marks, darse cuenta y luego pensar que era imposible...

De donde habrá salido Edward Cullen, es como si se hubiera materializado en el aire... Ya me vale, ya estamos con la imaginación otra vez. Mamá siempre dice...

-No estoy seguro de que lo deje pasar tan fácilmente-murmuró Jacob.

Los demás estaban allí cuando me deslicé dentro del Volvo. Intenté controlar la respiración, pero tragaba a grandes bocanadas el aire fresco, como si estuviera sofocado.

—¿Edward? —me preguntó Alice con voz preocupada.

Sólo sacudí la cabeza en su dirección.

—¿Qué demonios te ha pasado? —inquirió Emmett, distraído en ese instante por el hecho de que Jasper no estaba del mejor humor para su revancha.

En vez de contestar, lancé el coche marcha atrás. Debía salir de allí antes de que Bella Swan me siguiera incluso al aparcamiento. Mi propio demonio personal, hechizándome...

"Tiene todo al revés" Jacob siseó.

Hice girar el coche y aceleré. Cogí los setenta antes de llegar a la carretera y una vez en ella, llegué a los ciento diez antes de doblar la esquina.

"Él conduce demasiado rápido," dijo Bella.

- “¡Estás preocupada por eso!” -preguntó Jacob, asombrado.

"Er..." fue todo lo que pudo decir.

Sin mirar, supe que Emmett, Rosalie, y Jasper se habían vuelto todos para observar fijamente a Alice, que se encogió de hombros. No podía ver lo que había pasado, sino lo que estaba por pasar.

Y luego miró hacia adelante para ocuparse de mí. Ambos procesamos lo que ella veía en su cabeza y ambos nos sorprendimos por igual.

—“¿Te marchas?” —susurró ella.

-Bien -dijo Jacob-.

Los otros se volvieron para observarme a su vez.

—“¿Voy a hacerlo?” —susurré entre dientes.

Entonces, vio que mi futuro tomaba un giro mucho más oscuro cuando flaqueaba mi resolución.

—Oh.

Bella Swan estaba muerta. La sangre fresca arrancaba brillos escarlatas a mis ojos. Luego, había una investigación y transcurría un largo plazo de espera, por precaución, antes de que volviera a ser seguro que saliéramos, para empezar de nuevo…

"Sin corazón", Jacob murmuró de nuevo.

—“Oh” —dijo otra vez. La imagen de su visión se volvió más detallada. Contemplé el interior de la casa del jefe Swan por primera vez, y vi a Bella en una cocina pequeña de armarios amarillos, dándome la espalda mientras yo la acechaba desde las sombras… hasta que el olor me llevara hasta ella…

—¡Detente! —gruñí, incapaz de soportarlo más.

—Lo siento —susurró ella con ojos dilatados.

El monstruo se regocijó. Y la visión de la mente de Alice volvió a cambiar. Una autopista vacía, por la noche, flanqueada por árboles cubiertos de nieve que desfilaban a más de trescientos por hora.

-Sí, escoge esa opción -murmuró Jacob.

"Creo que lo hará", dijo Bella.

"¿Qué te hace pensar que lo hará?" Dijo Jacob.

"Déjame terminar esto," dijo Bella y comenzó a leer de nuevo.

—Te echaré de menos.

Emmett y Rosalie intercambiaron una mirada de aprehensión.

Estábamos a punto de llegar al lugar donde teníamos que girar para tomar el largo camino que nos llevaba a casa.

—Bajémonos aquí —les instruyó Alice—. Debes decírselo tú mismo a Carlisle.

Asentí y las ruedas del coche chillaron al frenar bruscamente.

Emmett, Rosalie y Jasper descendieron en silencio. Harían que Alice se lo explicara todo cuando yo me hubiera marchado. Ella me tocó el hombro.

—Harás lo correcto —murmuró, pero esta vez no era una visión, sino una orden.

—Charlie Swan no tiene más familia. Eso le mataría a él también.

"Sí, realmente lo haría", dijo Jacob. "Tu papá siempre está hablando de ti... er... al menos cuando habla en general, es por lo general sobre ti. Bueno, tú o un partido de béisbol... o de baloncesto... o.…"

"Sí, suena a que estoy en lo alto en su lista," Bella puso los ojos en blanco.

-Lo estás -dijo Jacob con firmeza-.

—Sí —dije yo, aunque sólo podía estar de acuerdo con Alice en la última parte de la frase.

Ella se deslizó fuera para reunirse con los otros, con las cejas fruncidas, llena de ansiedad. Desaparecieron entre los árboles y estuvieron fuera de mi vista antes de que pudiera dar la vuelta al coche.

Aceleré de regreso a la ciudad, y supe que las visiones en la mente de Alice estarían tornando del negro al blanco como si fueran una luz estroboscópica. Mientras conducía de vuelta a Forks a ciento cincuenta, no estaba seguro de hacia dónde iba. ¿A despedirme de mi padre o a abrazar al monstruo que moraba en mi interior? La carretera desaparecía bajo las ruedas.

"Ese es el final del capítulo", dijo Bella.

"Entonces, ¿me vas a decir por qué estás tan segura de que se va a ir?" -preguntó Jacob.

"Porque no creo que sea probable que quien te haya enviado este libro nos haya hecho leerlo si yo iba a morir en el primer capítulo", dijo Bella. "Simplemente no tiene sentido, sobre todo, después de que se mostró luchando contra este monstruo dentro de él durante tanto tiempo."

-Él es el monstruo -gruñó Jacob-.

"Ese no es el punto", dijo Bella. "Simplemente no tiene sentido que yo consiga este libro por esa razón".

"Entonces, ¿cuál es este significado más valioso que crees que tiene el libro?" -preguntó Jacob.

"No lo sé," Bella admitió, nerviosa. "Pero creo que deberíamos cont.…"

"¡Bella!" Charlie llamó desde abajo mientras se dirigía a su habitación. Pronto estaba tocando inútilmente en la puerta abierta. "El juego ha terminado y Billy necesita llegar a casa así que..."

-De acuerdo -dijo Jacob, tratando de actuar normal porque Charlie los miraba con recelo, estaban más tensos de lo que debería ser. -Estaré abajo en un minuto.

-De acuerdo -dijo Charlie-.

"Entonces, ¿qué vamos a hacer ahora?" -preguntó Jacob.

"Obviamente vamos a seguir leyendo", dijo Bella.

-Sí, sería bueno saber qué sucede después -dijo Jacob-. "¿Dónde quieres que nos encontremos?"

"Charlie dijo que estaría trabajando mañana, así que sería seguro leer aquí", dijo Bella.

"Sí, excepto que no puedo llegar aquí", dijo Jacob. “No puedo conducir”.

"Bien," dijo Bella. -Entonces iré a buscarte... o podría leer en tu casa.

"Cualquiera de los dos estaría bien," Jacob se encogió de hombros. Tengo un garaje que nos daría cierta privacidad.

"Eso probablemente sería más fácil", dijo Bella.

"Guay," Jacob dijo y luego le dio direcciones a su casa. "Y es mejor que me lleve esto", agregó, recogiendo el libro.

- ¿Por qué, no confías en mí? Preguntó Bella, levantando la ceja.

"Honestamente, si alguien iba a tratar de leer esto, ¿cuál de nosotros sería?" Jacob sonrió.

"Supongo que tienes un punto ahí", Bella estuvo de acuerdo.

"Sé que lo hago," Jacob se rio entre dientes y luego se puso más serio. "Sabes, probablemente hubiera sido mejor si no hubiéramos empezado a leer este libro esta noche".

"¿Por qué?" Bella preguntó.

"Porque, probablemente voy a tener pesadillas ahora", Jacob se estremeció.

"Sí, sé lo que quieres decir," Bella también se estremeció. “Y esa sugerencia no ayuda a nadie”.

"No pensé que hubiera sido justo que fuera el único que tuviera pesadillas", se rio Jacob.

"Idiota," Bella bufó, y luego se rio también.

4 comentarios:

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    1. Gracias a ti, voy a tratar de cambiar el diseño en general del blog.

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  2. No sabes como había esperado leer sol de media noche mil gracias por subirlo

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  3. No sabes como había esperado leer sol de media noche mil gracias por subirlo

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