CAPITULO 32: COMPAÑÍA
TRADUCCIÓN: Lorena Espinosa.
"Compañía" leyó Jasper.
"Bueno, vamos a ver cuántas personas podemos tener de nuestro
lado" sonrió Emmett.
Los invitados
atestaban el hogar de los Cullen. La gran casa habría resultado incómoda para
todos de no ser porque ninguno de los convidados dormía, aunque la hora de las
comidas si que era un problema. Nuestros compañeros colaboraron lo mejor que
pudieron. Cazaron fuera del estado para evitar la localidad de Forks y la
reserva de la Push.
"Me pregunto cómo los lobos lo manejan" frunció el ceño
Carlisle.
"Probablemente lo odian" dijo Edward, "pero parece que
Nessie es más importante para ellos que su instinto para matar vampiros."
Edward se comportó
como todo un anfitrión lleno de cortesía, prestando sus coches conforma fueran
necesarios sin un pestañeo.
Rosalie, entrecerró los ojos ante la idea de otra persona condujera su
M3, pero pensó en que estaban allí para proteger a Renesmee y su expresión se
suavizó; ahora estaba molesta en lugar de enfurecida.
El acuerdo me hacía
sentir bastante incómoda, aunque intentaba convencerme a mí misma de que daba
igual; después de todo, si no hubieran venido estarían cazando en algún otro
lugar del mundo.
Jacob estaba aún más
molesto. Los licántropos existían para prevenir la pérdida de vidas humanas, y
ahora debía cerrar los ojos ante lo que consideraba asesinato puro y duro
aunque se cometiera fuera del territorio defendido por la manada. Bajo estas
circunstancias, y con Renesmee en tan grave peligro, mantenía la boca cerrada y
miraba con mala cara al suelo en vez de a los convidados.
"No sabía que el chucho que podría ser racional" murmuró
Rosalie.
"Cuidado, Bebe, que casi sonaba como un cumplido" Emmett se
rió de la cara ofendida de Rosalie.
Me sorprendió la
facilidad con que los vampiros aceptaron a Jacob. No llegó a producirse ninguno
de los problemas temidos por Edward. Los visitantes fingían no verlo ni como
persona ni como posible comida. Su trato con él se asemejaba al trato que la
gente a la que no le gustan los animales dispensa a la mascota de sus amigos.
Emmett estaba riendo, y Rosalie, estaba un poco irritada por tener como
mascota al molesto perro.
A Leah, Seth, Quil y
Embry se les asignó el cometido de patrullar con Sam por el momento. Jacob se
les habría unido alegremente si no hubiera sido porque no podía soportar estar
lejos de Renesmee, muy ocupada dejando fascinada a aquella extraña colección de
amigos de Carlisle.
Escenificabamos otra
vez el número de la presentación de Renesmee al aquelarre de Denali como una
media docena de veces. Primero para Peter y Charlotte, a quien Alice y Jasper
habían enviado a casa sin darles ninguna explicación. Como la mayoria de sus
conocidos, seguían sus instrucciones a pesar de la falta de información.
"Esto es bastante útil" sonrió Alice.
Alice no les había
dicho nada sobre la dirección a la que se dirigían ella y Jasper. No habían
hecho ninguna promesa de que volviéramos a verlos en el futuro.
Aunque estaban al
corriente de la regla sobre los niños inmortales, ni Peter ni Charlotte habían
visto jamás a uno, de modo que su reacción negativa no fue tan violenta como la
de los vampiros de Denali al principio. Habían permitido la explicación de Renesmee
por mera curiosidad, y eso fue todo. En esos momentos estaban tan comprometidos
con la tarea de servir de testigos como la familia de Tanya.
"¿Crees que la explicación de Renesmee ayuda a convencer a la
gente?" preguntó Emmett.
"Bueno, parece que es más fácil de ver la verdad, a juzgar por la
reacción que los Denali han tenido con ella" dijo Carlisle con una
inclinación de cabeza. "Así que sí, yo creo que ayuda mucho."
Carlisle había
enviado amigos desde Irlanda y Egipto.
El primero en llegar
fue el clan de los irlandeses y fueron sorprendentemente fáciles de convencer.
Siobhan era su líder: una mujer de inmensa presencia y cuerpo enorme y tan
hermoso como hipnótica su forma de moverse con aquellas suaves ondulaciones.
Pero tanto ella como su compañero de rostro duro, Liam, estaban más que
acostumbrados a confiar en el juicio del miembro más joven del aquelarre. La
pequeña Maggie, con sus elásticos rizos pelirrojos, no tenía una presencia
física tan imponente como los otros dos, aunque poseía el don de saber cuándo
se le mentía y sus veredictos nunca se discutían. Maggie declaró que Edward
decía la verdad, así que Siobhan y Liam aceptaron la historia incluso antes de
tocar a Renesmee.
"Bueno, eso fue bastante fácil" sonrió Carlisle, pero tenía
la sensación de que los egipcios serían más difíciles de convencer.
Amun y los otros
vampiros egipcios fueron harina de otro costal. A pesar de que los dos miembros
más jovenes de su aquelarre, Benjamín y Tia, quedaron convencidos por la
explicación de Renesmee, Amun rehusó tocarla y ordenó a su aquelarre que se
marchara. Benjamin, un vampiro extrañamente jovial que parecía apenas mayor que
un niño y tan seguro de si mismo como despreocupado, persuadió a Amun de que se
quedara, con unas cuantas amenazas sutiles de disolver su alianza.
Carlisle frunció el ceño ante la idea de producir hostilidades entre
los dos, pero al mismo tiempo, estaba contento de que se quedarían.
El cabecilla del
aquelarre no se marchó, pero continuó negandose a tocar a Renesmee y no
permitió que tampoco lo hiciera su compañera, Kebi. Parecía un grupito
insólito, aunque todos los egipcios tenían un aspecto similar, con su pelo del
color de la medianoche y aquella palidez olivácea, tanto que habrían pasado por
ser una verdadera familia biológica.
Amun era el miembro
mas antiguo y el lider indiscutido. Kebi estaba tan pegada a él que parecía su
propia sombra y nunca la oí decir ni una sola palabra. Tia, la compañera de
Benjamin, era también una mujer tranquila, aunque cuando hablaba lo hacía con una
gran clarividencia y circunspección. Aun así, Benjamin parecía la persona en
torno a la cual giraba todo, como si ejerciera algún tipo de magnetismo
invisible del cual los demás dependían para mantener el equilibrio. Vi cómo
Eleazar miraba al chico con ojos abiertos como platos y supuse que tenía un
talento que atraía a los otros hacia él.
"Ella no está confundida con eso" rió Carlisle.
"¿Qué puede hacer él?" preguntó Emmett.
"Estoy seguro de que lo vas a ver muy pronto" dijo Carlisle.
"Wow, eso es impresionante" dijo Edward, respondiendo a los
pensamientos de Carlisle y sobre todo para molestar a Emmett, pero él realmente
estaba impresionado con Benjamin.
–No es eso –me contó
Edward cuando estuvimos a solas esa noche. –Su don es tan singular que a Amun
le aterroriza perderlo. Igual que nosotros planeamos mantener a Renesmee fuera
del conocimiento de Aro, él ha intentado reservarlo apartado de su atención.
Carlisle estaba frunciendo el ceño de nuevo, empezando a sentir
realmente el hacer participar a su amigo en esto. No hay manera de que Benjamin
escape de su atención ahora.
–Amun creó a
Benjamin a sabiendas de que iba a ser especial.
–¿Y qué es lo que
hace?
–Algo que Eleazar no
había visto nunca antes. Algo de lo que nunca habíamos oído hablar siquiera. Algo
contra lo que tampoco tu escudo podría hacer nada –me dedicó una de sus
sonrisas torcidas. –Puede influir en los elementos de la naturaleza: tierra,
viento, agua y fuego.
"Wow" dijeron Emmett y Jasper al mismo tiempo.
"¡Eso es increíble!" Emmett sonrió.
"Estoy contento de que esté de nuestro lado" Jasper estuvo de
acuerdo.
–Hablamos de una
manipulación física real, nada de ilusiones de la mente. Benjamin aún esta
experimentando con ello y Amun pretende moldearlo para convertirlo en un arma,
pero ya ves lo independiente que es, no permite que nadie lo use.
–A ti te gusta
–deduje del tono de su voz.
"Ella lo conoce bien" sonrió Esme.
–Tiene un sentido
muy claro del bien y el mal y por supuesto, me gusta su actitud.
La actitud de Amun
era otra cosa, él y Kebi se mantenian muy reservados, aunque Benjamin y Tia
iban en buen camino de hacer grandes amigos entre los Denali y los aquelarres
irlandeses. Esperaba que el regreso de Carlisle relajara la evidente tensión
del vampiro egipcio.
Emmett y Rose
enviaron individuos sueltos, cualquiera de los amigo nómadas de Carlisle que
pudieron localizar.
El primero en acudir
fue Garret.
"Cool, Garrett allí" animó Emmett. Él siempre aceptaba
cualquier desafío que le ocurriera a Emmett.
Un vampiro
larguirucho, de ademanes impacientes, ojos del color del rubi y una melena
rubia como la arena que anudaba a la nuca con una cuerda de cuero. Rápidamente
llegamos a la conclusión de que era un aventurero. Me imaginé que habría
aceptado cualquier reto que le hubieramos presentado.
Emmett y Edward se rieron, y de cómo se habían hecho eco de los
pensamientos de Emmett.
Nada más que para
probarse asi mismo. Le cayeron muy bien las hermanas de Denali, y se pasaba el
tiempo formulando preguntas infinitas acerca de su estilo de vida poco habitual.
Me pregunté si el vegetarianismo era otro desafío que emprendería solo por ver
si era capaz de hacerlo.
"No parecía tan interesado cuando él estaba hablando con nosotros"
dijo Emmett. "Creo que tiene un hermoso don para... hablar con las mujeres
solteras."
Mary y Randall
también vinieron y era amigas ya, aunque no viajaban juntas. Escucharon la
historia de Renesmee y se quedaron para atestiguar, igual que los demás. Como
los de Denali, estaban considerando su actuación en el caso de que los Vulturis
no se detuvieran a escuchar explicaciones. Los tres nómadas jugaban con la idea
de permanecer con nosotros.
Como era de esperar,
Jacob se volvía cada vez mas hosco con cada nuevo recién llegado. Se mantenia a
distancia cuando podía y cuando no, le gruñía enfurruñado a Renesmee que
alguien iba a tener que elaborar un indice* si esperaban que se acordase de los
nombres de todos los nuevos chupasangres.
"Bueno, si fueras tan fresco como nosotros, no necesitarías eso"
rió Emmett.
"Hay una estrella por esto, supongo que eso significa que hay un
índice aquí en alguna parte" comentó Jasper.
Carlisle y Esme
regresaron al cabo de una semana mientras que Emmett y Rosalie lo hicieron unos
cuantos dias mas tarde. Todos nos sentimos mejor cuando llegaron a casa. Carlisle
trajo con él un amigo mas, aunque la palabra amigo quizá podia inducir a error.
Alistair.
"Ah, Alistair" sonrió Carlisle. "Él ciertamente es un
amigo, incluso si es un poco diferente."
"¿Qué quieres decir?" cuestionó Emmett.
"Vas a ver" dijo Carlisle y luego murmuró. "Aunque me
resulta sorprendente que venga conmigo..."
Era un vampiro
ingles misantropo que contaba con Carlisle como su relación mas cercana, aunque
apenas podia soportar mas de una visita al siglo. Alistair preferia vagabundear
a solas y Carlisle tuvo que recordarle un monton de favores que le habia hecho
para conseguir que viniera. Rechazaba toda compañía y quedó claro que no tenia
muchos admiradores enrte los aquelarres reunidos.
El inquietante
vampiro de pelo negro creyó en la palabra de Carlisle sobre el origen de
Renesmee, pero rehusó, como Amun, tocar a la niña. Edward nos dijo a Carlisle,
Esme y a mi que Alistair tenia miedo de estar alli, pero mas aun temia no
conocer el resultado de este asunto.
"Eso suena como algo que diría" dijo Carlisle.
Recelaba
profundamente de todo tipo de autoridad, y en especial era suspicaz con
respecto a los Vulturis. Lo que estaba sucediendo ahora parecia confirmar todos
sus miedos.
–Claro que ahora
sabran que estoy aquí –lo escuchamos gruñir para si mismo en el atico, su lugar
preferido para despotricar. –No hay forma de que Aro no lo sepa a estas
alturas. Esto va a saldar con siglos de huida continua. Cualquiera con quien
Carlisle haya hablado en la ultima decada estara en su lista negra. No me puedo
creer como me he podido ver envuelto en un lio como este ¿Qué manera es esta de
tratar a tus amigos?
Carlisle inclinó la cabeza en este comentario.
"Estás haciendo lo correcto" Esme le aseguró, "y todos
ellos van a estar bien."
Carlisle sonrió a la mujer maravillosa, que era su esposa.
Pero si el tenia
razón en lo de tener que huir de los Vulturis, al menos albergaba mas
esperanzas de conseguirlo que los demas. Alistair era un rastreador, aunque no
tan preciso como Demetri. Simplemente, sentia una fuerza dificil de definir
hacia lo que estuviera buscando, pero esa fuerza seria suficiente para decirle
en que dirección huir, que seria la opuesta a Demetri.
"Sería sin duda hacer de él un blanco más difícil de
encontrar" dijo Jasper. "Y probablemente tendría una advertencia
cuando vengan por él. Parece ser el tipo de persona que mantiene un ojo en los
Volturi si hay alguna posibilidad de que fueran tras él."
Y entonces llegaron
otro par de amigos inesperados, inesperados porque ni Carlisle ni Esme habian
podido ponerse en contacto con las vampiras del Amazonas.
–Carlisle –saludo
una de ellas.
Eran dos mujeres muy
altas y de aspecto salvaje. Saludó la de mayor estatura de las dos.
"¿Dos?" cuestionó Carlisle.
Jasper decidió que la lectura sería la mejor manera de responder a esta
pregunta.
Ambas parecia como
si hubieran sido estiradas, con sus piernas y brazos largos, largos dedos,
largas trenzas negras, y caras tan alargadas con narices alargadas tambien. No
llevaban nada mas que pieles de animales, tunicas amplias y pantalones ceñidos
que se ataban a los lados con correas de cuero. No solo eran sus ropas
excéntricas las que les daban ese aspecto salvaje, sino todo lo que las
rodeaba, desde sus incanzables ojos de color escarlata hasta sus movimientos
súbitos y apresurados. Nunca había encontrado unos vampiros menos civilizados.
"Toma un tiempo para acostumbrarse a ellas” Carlisle se rió entre
dientes "pero son muy agradables una vez que lo haces."
Pero las había
enviado Alice.
"Las enviaste" dijo Esme, sonriendo. Se estaba convirtiendo
en mucho más fácil creer que Alice no había abandonado. No quería creer que
había algo para que los dejen así.
Y eso eran noticias
interesantes, por decirlo con suavidad. ¿Por qué estaba Alice en Sudamérica?
¿Había visto que ninguno de nosotros iba a poder ponerse en contacto con ellas?
–¡Zafrina, Senna!
Pero ¿Dónde está Kachiri? –preguntó Carlisle. –Nunca las había visto a las tres
separadas.
–Alice nos dijo que
necesitábamos separarnos –comenzó Zafrina con una voz ruda y grave que encajaba
a la perfección con su apariencia rústica. –Es muy incómodo estar asi, pero
Alice nos aseguró que nos necesitaban aquí, mientras que ella necesitaba mucho
a Kachiri en otro lugar. Eso fue todo lo que pudo decirnos, ¿excepto que tenia
muchisima prisa…?
"¿Que piensas hacer?" cuestionó Edward.
"No sé, pero debe ser importante" se encogió Alice.
Jasper sonrió ligeramente cuando sintió una gran cantidad de tensión en
la sala disminuir. Eso no queria decir que no había todavía mucha tensión, todo
el mundo estaba preocupado por el resultado de esta situación, pero estaban un
poco mejor ahora.
La afirmación de
Zafrina terminó decantandose en una pregunta y con un estremecimiento nervioso
que nunca se me pasaba, no importaba las veces que lo hiciera, les traje a
Renesmee para que la conocieran.
A pesar de su fiera
apariencia, escucharon con gran tranquilidad nuestra historia y después
permitieron que Renesmee les ofreciera su prueba. Quedaron igual de encantadas
con la niña que todos los demás vampiros, pero no pude evitar preocuparme
cuando observé sus súbitos y rápidos movimientos tan cerca de ella. Senna
siempre estaba próximo a Zafrina, aunque nunca hablaba, pero no era lo mismo
que Amun y Kebi, ya que esta ultima parecia hacerlo por obediencia, mientras
que las dos vampiras amazónicas era como si fueran dos extremidades del mismo
organismo, y Zafrina representaba la boca.
Las noticias sobre
Alice resultaron un consuelo, por extraño que pareciera. Sin duda, estaba en
alguna oscura misión de las suyas con el proposito de eludir los designios que
Aro le tenia reservados.
Edward estaba
emocionado de tener a las vampiras del Amazonas con nosotros, porque Zafrina
poseia un talento muy desarrollado, y su don podia ser un arma ofensiva muy
peligrosa. No es que Edward fuera a pedirle a Zafrina que se alineara con
nosotros en la batalla, pero si los Vulturis no se detenian cuando vieran a
nuestros testigos, quizá pararan por un motivo diferente.
–Es una ilusión muy
impactante –explicó Edward cuando se descubrio que yo no podia ver nada, como
era habitual.
"¿Una ilusión?" cuestionó Emmett. "¿Eso es todo?"
"Sí" sonrió Carlisle. "Pero es más impresionante de lo que
Edward lo hizo sonar. Ella no debe estar tratando mucho."
"¿Qué quieres decir con eso?" preguntó Emmett.
"Bueno, ella puede hacer que veas lo que quiera" sonrió
Carlisle. "Y ella no está limitada a usar sólo su don en una sola persona.
Recuerdo la primera vez que la visité, me mostró todos los templos que habían
pasado en sus viajes por América del Sur. Estaba tan fascinado de ver la
diferencia que... "
"Er ... Carlisle" dijo Emmett con cierta impaciencia.
"Lo siento" Carlisle sonrió con timidez.
"Bueno, ciertamente parece como una excelente adición a nuestro
grupo" sonrió Jasper.
Zafrina estaba
intrigada y divertida por mi inmunidad, algo que jamás se había encontrado
antes.
"Eso parece ser un tema recurrente" rió Emmett y Edward
sonrió.
Y se removia de
continuo mientras Edward me describia lo que me estaba perdiendo. Los ojos de
Edward se desconcentraron ligeramente en ese momento. –Puede hacer que la mayoria
de la gente vea lo que ella quiera, y vea eso y nada más. Por ejemplo, justo
ahora tengo la sensación de estar en mitad de la selva. Resulta tan nitido que
es muy posible que me lo creyera si no fuera porque todavia puedo sentirte
entre mis brazos.
Los labios de
Zafrina se torcieron en su ruda versión de una sonrisa y un segundo mas tarde,
los ojos de Edward se enfocaron de nuevo, y el le devolvio la sonrisa.
–Impresionante
–comentó él.
Renesmee estaba
fascinada por la conversación y tendio los brazos sin miedo a Zafrina.
–¿Puedo verlo yo
tambien? –pregunto.
–¿Qué es lo que
quieres ver? –inquirió Zafrina a su vez.
–Lo que le has
enseñado a mi papá.
Zafrina asintio y yo
observe con ansiedad como los ojos de Renesmee miraban al vacio. Un segundo mas
tarde su asombrosa sonrisa le ilumino el rostro.
–Más –ordenó ella.
"Estoy bastante seguro de que a Nessie le va a gustar Zafrina"
rió Carlisle.
Despues de eso
resulto dificil mantener a Renesmee lejos de Zafrina y sus dibujitos bonitos.
Yo me preocupe, porque estaba bastante segura de que Zafrina era capaz de crear
imágenes que no serian del todo bonitas.
"No hay que preocuparse" dijo Carlisle. "Ella nunca le
haría eso a Nessie."
Pero a traves de los
pensamientos de la niña pude ver las visiones de Zafrina por mi misma, ya que
eran tan claras como cualquiera de los autenticos recuerdos de mi hija, como si
fueran reales. Y pude juzgar si eran apropiadas o no.
Aunque no la cedia
de buena gana, me vi obligada a admitir que era bueno que Zafrina mantuviera a
Renesmee entretenida, porque yo necesitaba tener libres las manos. Era mucho lo
que debia aprender, tanto fisica como mentalmente, y nos quedaba muy poco
tiempo.
La primera vez que
intente aprender a luchar no me fue muy bien.
Edward tardó apenas
dos segundos en inmovilizarme, pero en vez de permitir que luchara para
librarme, lo que desde luego yo habria podido hacer, dio un salto y se alejo de
mi. Supe de inmediato que algo iba mal, se quedo inmovil como una piedra,
mirando a traves del prado donde estabamos practicando.
Edward tenía el ceño fruncido, sabiendo que nunca querría hacer esto.
"Siempre es difícil hacer frente a tu compañera de esa manera"
dijo Jasper, "pero me imagino que sería aún más difícil para ti."
"¿Por qué?" preguntó Edward, a pesar de que estaba en total
acuerdo con su hermano.
"Debido a que has pasado los últimos dos años formandote para
protegerla" explicó Jasper.
–Lo siento, Bella
–se disculpó.
–No, estoy bien –le
dije. –Empecemos otra vez.
–No puedo.
–¿Qué quieres decir
con que no puedes? Acabamos de empezar –el no contestó. –Mira, se que no soy
nada buena en esto, pero no podré mejorar algo si no me ayudas.
Edward no dijo nada.
Salte sobre el en plan jugueton. No hizo ningun gesto para defenderse, y ambos
caimos al suelo. Tampoco hizo movimiento alguno cuando presione mis labios
sobre su yugular.
–He ganado –anuncié.
Sus ojos se
entrecerraron, pero no dijo nada.
–¿Edward? ¿Qué va
mal? ¿Por qué no quieres enseñarme?
Pasó todo un minuto
antes de que hablara de nuevo.
–Simplemente, es
que… no lo soporto. Emmett y Rosalie saben tanto como yo y Tanya y Eleazar es
probable que mucho mas. Pideselo a alguno de ellos.
–¡Eso no es justo!
Tu eres bueno en esto. Ayudaste a Jasper en su momento, cuando luchaste con el
y los otros. ¿Por qué yo no? ¿Qué es lo que hago mal?
Edward sacudió la cabeza. "¿Ella siempre tiene que pensar que hizo
algo mal?"
"Al parecer" rió Emmett.
Él suspiró,
exasperado. Tenia los ojos oscuros, apenas ningun destello dorado iluminaba el
fondo negro.
–No puedo mirarte de
esa manera, analizandote como un objetivo, buscando todas las maneras en las
que puedo matarte… –se estremeció. –Se me hace demasiado real. No tenemos tanto
tiempo para que en realidad importe quien te enseñe. Cualquiera sera capaz de
mostrarte los principios fundamentales.
Le puse mala cara.
Él tocó mi
sobresaliente labio inferior y sonrió.
–Además, no es
necesario, porque los Vulturis se detendrán. Haremos que entiendan.
–Pero, ¿y si no es
asi? Necesito aprender esto.
–Encuentra otro
maestro.
Y esa fue nuestra ultima
conversación sobre el asunto, porque nunca conseguí moverlo ni un centimetro de
la decisión tomada.
"Wow, en realidad eres más terco que ella por una vez" rió
Emmett.
"¿Alguna vez pensaste que diría Edward hace cuatro días, antes de
que estos libros llegaran?" preguntó Alice, riéndose también.
Emmett fue quien se
mostró más predispuesto a ayudar, aunque su estilo docente me pareció más
cercano a la venganza por todos los pulsos que le había hecho perder.
Emmett se rió con aire de suficiencia. Ella tenía razón en eso.
Si hubieran podido
salirme cardenales, habría estado de color púrpura de pies a cabeza. Rose,
Tanya y Eleazar se mostraron tan pacientes como deseosos de apoyarme. Sus
lecciones me recordaron a las instrucciones de lucha que Jasper impartió a los
otros el pasado junio, aunque aquellas imágenes me resultaban confusas y
borrosas. Algunos de nuestros visitantes encontraron interesante mi
adiestramiento, y otros incluso ofrecieron su aporte. Garrett, el nómada, hizo
varios turnos y encontré que era un maestro sorprendentemente bueno. Se
relacionaba con todo el mundo con tanta facilidad que me preguntaba por qué
nunca había encontrado un aquelarre. Incluso luché una vez con Zafrina mientras
Renesmee observaba desde los brazos de Jacob. Aprendí varios trucos, aunque
nunca volví a pedirle ayuda. Lo cierto era que aunque ella me gustaba y sabía
que en realidad no me haría daño, aquella mujer salvaje me daba mucho miedo.
Emmett se rió, aunque Edward se veía preocupado.
Aprendí muchas cosas
de mis maestros, pero tenía la sensación de que mis conocimientos seguían
siendo básicos hasta lo increíble. No tenía idea de cuántos segundos podría
aguantar frente a Alec y Jane. Sólo rezaba por que fuera lo suficiente para que
sirviera de algo.
Edward estaba preocupado y enojado con ese pensamiento.
Cada minuto del día
que no estaba con Renesmee o aprendiendo a luchar, me iba al patio de atrás a
trabajar con Kate e intentaba proyectar mi escudo interno fuera de mi cerebro
para poder proteger a otros. Edward me animaba en este tipo de entrenamiento.
Sabía que él tenía la esperanza de que encontrara una manera de contribuir a la
lucha que me satisficiera, pero que sirviera a la vez para mantenerme fuera de
la línea de fuego.
Emmett se reía más fuerte, pero el resto de su familia no parecía
encontrarlo tan divertido.
Pero resultó de lo más
difícil. No había nada a lo que aferrarse, nada sólido con lo que poder
trabajar. Sólo tenía mi airado deseo de ser de utilidad, de mantener a salvo
conmigo a mi esposo, a mi hija y a tantos de mi familia como fuese posible. Una
y otra vez intentaba forzar ese escudo nebuloso fuera de mí, con nada más que
algún fugaz y esporádico éxito. Me sentía como si estuviera peleando para
estirar una goma invisible, una goma que cambiaba de algo tangible y concreto a
un vapor insustancial a cada momento.
"Pero ella está empujandolo" dijo Jasper, mirando muy
satisfecho. "Si pudiera proteger incluso a otra persona, sería una gran
ventaja para nuestro lado."
Únicamente Edward se
prestaba a ser nuestro conejillo de indias y recibía descarga tras descarga
eléctrica de Kate, mientras yo forcejeaba con incompetencia manifiesta con lo
que había en el interior de mi cerebro.
Edward hizo una mueca ante la idea de permitirse a sí mismo la descarga
eléctrica de esa manera, pero él soportaría el dolor al mantener a Bella,
Renesmee, y el resto de su familia a salvo.
Trabajábamos durante
varias horas por turno y me sentía como si estuviera cubierta de sudor por el
esfuerzo, aunque por supuesto mi cuerpo perfecto no me traicionaba de esa
manera. Todo el cansancio era mental.
Me mataba que fuera
Edward quien debiera sufrir, con mis brazos inútiles a su alrededor mientras
pestañeaba una y otra vez bajo la descarga más «baja» que Kate era capaz de
emitir. Yo intentaba con todas mis fuerzas empujar el escudo a nuestro
alrededor, y de vez en cuando lo conseguía, aunque poco después se desvanecía
de nuevo.
Odiaba estas
prácticas, y deseaba que fuera Zafrina la que ayudara en vez de Kate.
"Bueno, eso sería más agradable, pero no estoy seguro de que sería
más eficaz" murmuró Jasper. "Tengo la sensación de que tratar de
proteger a Edward es uno de los medios más atractivos para que pueda realizar
la tarea."
Entonces, todo lo
que Edward tendría que hacer sería mirar las ilusiones de la vampira del
Amazonas hasta que pudiera hacer que no las viera, pero Kate insistía en que
necesitaba más motivación, con lo cual se refería a cómo odiaba ver sufrir a
Edward. Yo ya comenzaba a dudar de si, tal como había afirmado aquel primer día,
era verdad que no solía hacer un uso sádico de su don. A mí me daba la
sensación de que disfrutaba con todo esto.
Emmett se rió. "Yo no llamaría su sádico don... sólo es orgulloso."
—Eh —dijo Edward con la
voz alegre, intentando ocultar cualquier evidencia de dolor en ella, ya que
estaba dispuesto casi a cualquier cosa con tal de mantenerme lejos de las
prácticas de lucha—. Ése apenas me ha llegado, buen trabajo, Bella.
Inhalé un gran trago de
aire, intentando captar con claridad qué era lo que había hecho bien esta vez.
Probé la goma elástica, luchando para que se mantuviera sólida mientras la
estiraba hacia fuera de mí.
—Otra vez, Kate —resoplé
a través de mis dientes apretados. Kate apretó la palma de su mano contra el
hombro de Edward.
Él suspiró aliviado.
—Nada, en esta ocasión.
Ella alzó una ceja.
—Pues ése no fue nada
flojo.
—Estupendo —bufé
enfurruñada.
—Prepárate —me dijo ella,
y alzó su mano hacia Edward de nuevo.
Esta vez él se estremeció y se le escapó un
siseo bajo entre los dientes.
—¡Lo siento!, ¡lo
siento!, ¡lo siento! —canturreé, mordiéndome el labio. ¿Por qué no lo había
conseguido ahora?
"Estás haciendo un trabajo increíble, Bella" dijo Edward.
"No te preocupes, lo conseguirás."
Esme sonrió al leer la siguiente línea.
—Estás haciendo un
trabajo impresionante, Bella —comentó Edward, abrazándome estrechamente contra
él.
"Ahora nos dices lo que realmente piensas, Eddy" rió Emmett.
"Pero honestamente, que lo está haciendo increíble, especialmente cuando
se toma en cuenta que ella sólo tiene como un mes y medio - como máximo - de
edad."
—Apenas llevas
trabajando en esto unos días y ya has conseguido hacer alguna proyección de vez
en cuando. Kate, dile lo bien que lo está haciendo.
Kate frunció los
labios.
—No lo sé. Es obvio
que tiene una habilidad tremenda, y sólo estamos empezando. Puede hacerlo
mejor, estoy segura. Le hace falta un poco más de incentivo.
Me quedé mirándola
con incredulidad, mientras los labios se me curvaban de forma automática sobre
los dientes. ¿Cómo podía ella pensar que me faltaba motivación cuando estaba
sacudiendo con sus descargas a Edward justo delante de mí?
"Hm... tengo la sensación de que tiene otro tipo de plan"
dijo Emmett.
Escuché murmullos
entre el público que se había ido reuniendo mientras practicaba. Al principio
sólo habían sido Eleazar, Carmen y Tanya, pero luego se había pasado por allí
Garrett y más tarde Benjamín y Tia, Siobhan y Maggie y ahora incluso Alistair
estaba mirando fijamente a través de una ventana del tercer piso. Los
espectadores estaban de acuerdo con Edward, pensaban que lo estaba haciendo
bastante bien.
—Kate... —le
advirtió Edward cuando algo nuevo se le pasó por la cabeza a ella, aunque ya
estaba en movimiento.
Se apresuró hacia la
curva del río donde Zafrina, Senna y Renesmee caminaban con tranquilidad, con
la mano de la niña en la de la alta mujer del Amazonas mientras se mandaban
imágenes la una a la otra. Jacob las observaba a unos cuantos pasos detrás.
"¿Por qué estoy imaginando que el cachorro lleva un traje y un
auricular?" se rió Emmett entre dientes.
"Porque eres un idiota" respondió Alice, pero ella se reía de
lo que acaba de decir.
"¿A quién le importa eso?" dijo Rosalie bruscamente. "¡Kate
va a ir por Renesmee!"
"Estoy seguro de que no es tan malo como parece" dijo Edward.
—Nessie —dijo Kate,
ya que los recién llegados se habían acostumbrado enseguida al irritante apodo.
Emmett se rió entre dientes, pero cuando su esposa gruñó, se detuvo rápidamente.
—¿quieres venir a ayudar
a tu madre?
—No —medio rugí.
Edward me abrazó de modo
tranquilizador, pero me lo quité de encima con una sacudida justo cuando
Renesmee revoloteaba por el patio en mi dirección, con Kate, Zafrina y Senna
justo detrás de ella.
—No, y es un no rotundo,
Kate —mascullé.
La niña llegó hasta donde
yo estaba y le abrí los brazos de modo automático. Ella se acurrucó contra mi
cuerpo, presionando su cabeza en el hueco que había justo debajo de mi cuello.
—Pero mami, yo quiero
ayudar —ofreció la niña con voz voluntariosa. Su mano descansó contra mi cuello
reforzando su deseo con imágenes de nosotras dos juntas, como un equipo.
Los labios de Edward se apretaron. Sólo Jasper sabía que a Edward le
hizo gracia esa imagen más de lo que estaba enojado.
"¿Qué estás pensando?" preguntó Jasper porque estaba confundido
por las emociones de Edward, por lo que pareció la millonésima vez mientras
leían los libros.
"Renesmee es realmente muy parecida a su madre" dijo Edward,
y ahora todo el mundo podía ver su diversión. "Ella quiere ser útil, al
igual que Bella siempre lo había sido en el pasado."
"Pensé que no te gustaría la idea en absoluto" dijo Jasper,
"El que Nessie esté en peligro."
"Por supuesto que no me gusta" Edward rodó sus ojos,
"pero me gusta la comparación."
—No —repliqué,
retrocediendo con rapidez. Kate había dado un paso deliberado en mi dirección,
con su mano extendida delante de ella.
—Apártate de
nosotras, Kate —le advertí.
—No. Ella comenzó a
perseguirnos, como si fuera una cazadora arrinconando a su presa.
Cambié de posición a
Renesmee de modo que quedó colgada de mi espalda, mientras seguía caminando
hacia atrás a un ritmo que se acompasaba al de Kate. Ahora tenía las manos
libres, y si la vampira quería seguir conservando sus manos pegadas a sus muñecas,
haría mejor manteniendo la distancia.
Kate no lo entendió,
ya que no había conocido por sí misma la pasión de una madre por su hijo. Es
probable que no se diera cuenta de cuan lejos había ido esta vez. Me sentía tan
furiosa que mi visión adquirió un extraño color rojizo y la lengua me supo a
metal quemado.
La fuerza que yo
habitualmente procuraba mantener bajo control fluía ahora a través de mis
músculos y supe que podría convertir a Kate en un montón de escombros de la
dureza del diamante si me presionaba lo suficiente.
Esme estaba preocupándose por esto, muy preocupada por lo que iba a
suceder.
La ira había hecho
que cada aspecto de mi ser se intensificara. Ahora, incluso podía sentir la
elasticidad de mi escudo con mayor exactitud, y me di cuenta de que más que una
banda era una capa fina, una película delgada que me cubría de pies a cabeza.
Con la ira rugiendo a través de mi ser, tuve una mejor percepción de él, un
control más estrecho de su presencia. Lo estiré a mi alrededor hasta sacarlo al
exterior de mi cuerpo, y envolví a Renesmee con él, por si acaso Kate conseguía
traspasar mi guardia.
Kate dio un paso
calculado hacia delante, y un rugido despiadado me desgarró la garganta y salió
a través de mis dientes apretados.
—Ten cuidado, Kate
—le advirtió Edward.
La vampira dio otro
paso más y entonces cometió un error que incluso alguien tan inexperto como yo
podía reconocer. A sólo un pequeño salto de distancia de mí, apartó la vista y
trasladó su atención a Edward.
Renesmee estaba
segura a mi espalda y me agaché para saltar.
—¿Puedes escuchar
algo de Nessie? —le preguntó Kate, con la voz calmada y serena.
"Hm... así que esto es una prueba" dijo Jasper, como si la
teoría que tenía en el pensamiento se acabara de confirmar. "Y parece como
si el plan de Kate hubiera funcionado."
Rosalie estaba entre dientes.
"Yo sé que no les gusta esto, pero al final, demostrará ser muy
importante" dijo Jasper. "Va a ayudar a Bella a desarrollar su escudo
de manera más eficiente."
Edward se precipitó
en el espacio que había entre las dos, bloqueando mi línea de actuación hacia
Kate.
"Bueno, no me gustaría que Bella la dañara en realidad a ella"
dijo Edward, aunque su voz no iba exactamente de acuerdo con sus palabras.
—No, nada en
absoluto —contestó él—. Y ahora dale a Bella un poco de espacio para que se
calme, Kate. No deberías aguijonearla de ese modo. Ya sé que no lo parece, pero
no olvides que sólo tiene unos meses.
—No contamos con
tiempo para hacer esto con amabilidad, Edward. Hemos de empujarla un poco.
Únicamente disponemos de unas cuantas semanas y ella tiene el potencial de...
—Apártate durante un
minuto, Kate.
Kate puso mala cara
pero aceptó la advertencia de Edward con más seriedad de lo que se había tomado
la mía.
"Sí, asi parece..." Edward se rió con aire de suficiencia.
La mano de Renesmee
estaba sobre mi cuello. Me recordaba el ataque de Kate, me mostraba que no
pretendían hacerle daño, que su papá ya estaba en ello...
"Er... eso no se si realmente va a ayudar a papá, después de todo"
rió Rosalie.
Esto no me pacificó.
El espectro de luz se hallaba teñido de escarlata. Pero yo estaba más
controlada y pude ver la sabiduría de las palabras de Kate. La ira me ayudó,
porque podía aprender más rápido bajo presión.
Sin embargo, eso no
quería decir que me gustara.
—Kate —gruñí,
descansando la mano en la parte más estrecha de la espalda de Edward. Todavía
podía sentir el escudo como una lámina fuerte y flexible alrededor de mí y de
Renesmee. Lo empujé algo más lejos, forzándolo alrededor de Edward. No había
signo de imperfección en la tela elástica, ni amenaza de un desgarrón. Yo
jadeaba por el esfuerzo, y mis palabras salieron casi sin aliento, más que
furiosas—. Otra vez —le dije a Kate—, pero a Edward sólo.
Ella puso los ojos
en blanco, pero revoloteó hacia delante y presionó su palma contra el hombro de
Edward.
—Nada —dijo Edward,
y percibí la sonrisa en el tono de su voz.
—¿Y ahora? —preguntó
Kate.
—Nada todavía.
"Impresionante" sonrió Jasper.
"Ciertamente sé cómo elegir" Edward sonrió con aire de
suficiencia.
—¿Y ahora? Esta vez se
notaba el sonido de la tensión en su voz.
—Nada en absoluto.
Kate gruñó y dio un paso
hacia atrás.
—¿Puedes ver esto?
—preguntó Zafrina con su voz profunda y ruda, mirando con intención a los tres.
Su inglés tenía un acento extraño, y sus palabras se acentuaban en los lugares
más inesperados.
—No veo nada que no
debiera ver —repuso Edward.
—¿Y tú, Renesmee?
—preguntó Zafrina de nuevo.
Renesmee le sonrió y
sacudió la cabeza.
Mi furia se había
desvanecido casi por completo y apreté los dientes, jadeando con más fuerza
mientras seguía empujando contra el escudo elástico; parecía que se iba
haciendo más pesado cuanto más lo estiraba. Tiraba hacia atrás, intentando
encogerse hacia dentro.
—Que a nadie le dé
un ataque de pánico —advirtió Zafrina al pequeño grupo de espectadores—. Deseo
ver cuánto puede extenderlo.
Todos los presentes
emitieron un jadeo de sorpresa.
"¿Que hizo ella?" Preguntó Emmett y antes de que nadie
pudiera decir nada, añadió, "que en realidad no había mucho de una
advertencia."
Carlisle se encogió de hombros en respuesta a la pregunta y la
declaración y Jasper comenzó a leer de nuevo.
—Eleazar, Carmen,
Tanya, Garrett, Benjamín, Tia, Siobhan y Maggie—, todos menos Senna, que
parecía estar preparada para el comportamiento de Zafrina. Los ojos de los
demás parecían ahora desenfocados, y sus expresiones llenas de ansiedad.
—Alzad la mano cuando
recuperéis la visión —les instruyó Zafrina.
"Ella tomó su vista" dijo Emmett, temblando. Eso sería
desconcertante.
—Vamos, Bella. A ver
a cuántos puedes cubrir con el escudo.
Mi respiración salió
como un resoplido. Kate era la persona que tenía más cerca además de Edward y
Renesmee, pero incluso ella estaba a unos diez pasos. Apreté las mandíbulas y
empujé de nuevo, intentando extender la lámina protectora elástica que se
resistía lo más lejos posible de mí. Centímetro a centímetro la conduje hasta Kate,
luchando con la reacción que se producía con cada fracción de terreno que
ganaba. Sólo observaba la expresión llena de ansiedad de Kate mientras
trabajaba, y gruñí por lo bajo con alivio cuando sus ojos pestañearon y se
concentraron. Alzó la mano.
—¡Fascinante!
—murmuró Edward, casi sin aliento—. Es como un cristal de una sola cara. Puedo
leer lo que todos están pensando, pero ellos no me pueden alcanzar aquí dentro.
Y soy capaz de escuchar a Renesmee, aunque no lo era cuando estaba en el
exterior. Apuesto a que Kate podría lanzarme una buena descarga ahora, porque
está dentro del paraguas. Pero, por otro lado, no logro escuchar a Bella. Mmm,
a ver, a ver...
"Maldita sea" maldijo Edward. Estaba cada vez más excitado
pensando que en realidad podría tener la oportunidad de escuchar los
pensamientos de Bella, pero parecía que iba a permanecer en silencio con él.
"Edward" reprendió Esme.
—¿Cómo funciona esto? Me pregunto si...
Continuó mascullando para sus adentros, mas yo no
conseguía escuchar las palabras. Apreté los dientes de nuevo, luchando por
extender el escudo hacia Garrett, que era el que estaba más cerca de Kate.
También alzó la mano.
—Muy bien —me felicitó Zafrina—. Ahora...
Pero habló demasiado pronto. Con un grito ahogado sentí
que mi escudo se encogía como una goma elástica que se ha estirado en exceso y
recobra de modo brusco su forma original. Renesmee comenzó a temblar en mi
espalda cuando experimentó por primera vez la ceguera que Zafrina había
conjurado para los otros. Aun con lo cansada que estaba, luché de nuevo contra
la lámina elástica para forzar el escudo e incluirla otra vez.
—¿Puedes darme un minuto? —jadeé pesadamente. Desde que me
había convertido en vampiro no había sentido la necesidad de descansar en
ninguna ocasión antes de ese momento. Me ponía nerviosa sentirme tan agotada y
a la vez tan fuerte.
"No sabría que es esa sensación" sonrió Emmett.
"Eso es sólo porque no eres especial" bromeó Jasper y Emmett
hizo un puchero.
—Claro —replicó
Zafrina y los espectadores se relajaron cuando les permitió ver de nuevo.
—Kate —la llamó
Garrett mientras los otros murmuraban y se dispersaban con ligereza, molestos
por el momento de ceguera, ya que los vampiros no están acostumbrados a
sentirse vulnerables. Garrett, alto y de pelo color arena, era el único
inmortal sin don que parecía atraído por mis sesiones de práctica. Me
preguntaba qué atractivo le encontraría siendo como era un aventurero.
"Sí .. Me pregunto que sera eso" dijo Emmett, moviendo las
cejas.
—Yo no lo haría,
Garrett —le advirtió Edward.
Garrett avanzó hacia
Kate a pesar de la advertencia, con los labios fruncidos en una mueca
especulativa.
—Dicen que puedes
tumbar a un vampiro de espaldas.
—Sí —admitió ella. Y
después, con una sonrisa ladina, removió juguetona los dedos en su dirección—.
Qué, ¿sientes curiosidad?
Garrett se encogió
de hombros.
—Es algo que jamás
he visto, y parece un poco exagerado...
—Quizá —repuso Kate,
con el rostro de repente serio—. Quizá sólo funciona en los débiles o los
jóvenes. No estoy segura. Vaya, y tú pareces bien fuerte. A lo mejor sí que
puedes resistir mi don —extendió la mano en su dirección, con la palma hacia
arriba, en una clara invitación. Torció los labios y estuve bastante segura de
que su grave expresión era un intento de enredarlo.
Emmett se rió entre dientes. Eso fue sin duda cierto.
Garrett sonrió ante el
reto, y tocó su palma con el dedo índice, muy seguro de sí mismo.
Entonces, con un grito
ahogado que aun así resonó con fuerza, se le doblaron las rodillas y salió
disparado de espaldas, hasta que golpeó con la cabeza en un trozo de granito
que se rompió con un agudo chasquido. Resultó sorprendente. Me encogí
instintivamente al ver a un inmortal incapacitado de esa manera, era algo que
estaba peor que mal.
—Ya te lo dije —masculló
Edward.
Los párpados de Garrett
temblaron durante unos segundos y después abrió los ojos como platos. Se quedó
mirando a Kate, que tenía grabada en el rostro una sonrisita de suficiencia,
mientras otra sonrisa vagabundeaba por el rostro de él, iluminándolo.
—Guau —dijo.
"Si me preguntas, creo que podría haber sentido algunas chispas no
deseadas allí" dijo Emmett, moviendo las cejas de nuevo.
"Sería maravilloso" sonrió Esme.
—¿Has disfrutado?
—preguntó ella con escepticismo.
—No estoy loco —rió
Garrett, sacudiendo la cabeza mientras se levantaba con lentitud desde su
posición de rodillas—, ¡pero ha sido toda una experiencia!
—Eso es lo que he
oído.
Y entonces se
produjo una cierta conmoción en el patio delantero. Escuché a Carlisle hablando
sobre un barboteo de voces sorprendidas.
—¿Os ha enviado
Alice? —le estaba preguntando a alguien, con la voz insegura, algo molesta.
"¿Molesto?" dijo todo el mundo. Esa no era una palabra que
describiera usualmente a Carlisle. ¿Quién era ese nuevo visitante?
¿Otro huésped
inesperado?
Edward salió
disparado hacia la casa y la mayoría de los otros le imitaron. Yo le seguí más
despacio, con Renesmee aún aferrada a mi espalda. Le daría a Carlisle un
momento para que recibiera apropiadamente al nuevo invitado, y le preparara
para la idea de lo que se le avecinaba.
Tomé a la niña en
brazos mientras caminaba con cautela rodeando la casa para entrar por la puerta
de la cocina, escuchando la escena que no podía ver.
—Nadie nos ha enviado
—decía una profunda voz susurrante al contestar a la pregunta de Carlisle. Me
recordó de pronto las voces de los antiguos como Aro y Cayo, y me quedé
paralizada dentro de la cocina.
"Oh, lo entiendo" dijo Carlisle, sus ojos se estaban volviendo
un poco anchos en su sorpresa.
"¿De Verdad?" dijo Edward. "¿Por qué vienen aquí?"
Después de un momento, en el que Edward asintió con la cabeza en la
comprensión, Carlisle dijo "Lee Jasper."
Sabía que la puerta
principal estaba atestada de gente, ya que casi todo el mundo había ido a ver a
los nuevos visitantes, pero apenas se percibía algún ruido. Sólo una
respiración superficial.
La voz de Carlisle sonaba
precavida cuando respondió.
—Entonces, ¿qué os trae
por aquí?
—Las palabras vuelan
—contestó una voz diferente, que sonaba como un murmullo, igual que la
primera—. Hemos oído por ahí que los Vulturis se estaban organizando para ir a
por vosotros. Hay rumores también de que no estaréis solos. Como es obvio, los
rumores son ciertos. Ésta es una reunión de lo más impresionante.
—No estamos desafiando a
los Vulturis —repuso Carlisle en tono tenso—. Ha habido algún malentendido, eso
es todo. Y uno muy serio, a decir verdad, pero que confiamos en ser capaces de
aclarar en su momento. Lo que estáis viendo son testigos, nada más, porque sólo
necesitamos que los Vulturis nos escuchen. Nosotros no...
—No nos preocupa lo que
digan que habéis hecho —le interrumpió la primera voz—. Y nos da igual si
habéis incumplido la ley.
—Ni lo atrozmente
que lo hayáis hecho —intervino el segundo.
"¿Quiénes son?" preguntó Jasper, tratando de averiguarlo.
Cuando nadie le respondió, empezó a leer de nuevo.
—Hemos estado
esperando un milenio y medio para que alguien desafiara a esa escoria de los
Vulturis —continuó el primero—. Si hay alguna oportunidad de que caigan,
queremos estar aquí para verlo.
—O incluso para
ayudar a derrotarlos —apostilló el segundo. Hablaban sin pausa, de modo que sus
voces se enlazaban la una a la otra y al ser tan similares, un receptor menos
sensitivo las habría percibido como una única voz— . Creemos que tienes una
posibilidad de éxito.
—¿Bella? —me llamó
Edward con una voz dura—. Trae a Renesmee, por favor. Quizá deberíamos poner a
prueba la petición de nuestros visitantes rumanos.
"Oh" dijo todo el mundo, salvo Carlisle y Edward.
"Supongo que de una manera perturbadora, esto es una buena cosa"
dijo Jasper. "Podría decir que tenemos una oportunidad".
Me ayudó saber que
probablemente la mitad de los vampiros que había en la otra habitación saldrían
en defensa de Renesmee si estos rumanos se sentían molestos por ella. No me
gustaba el sonido de sus voces o la oscura amenaza que destilaban sus palabras.
Mientras caminábamos a través de la habitación, pude ver que no era sólo yo la
que lo percibía así. La mayoría de los vampiros inmóviles que había allí los
miraban con ojos hostiles y unos cuantos —Carmen, Tanya, Zafrina y Senna— cambiaron
con ligereza de postura, adoptando posiciones defensivas entre los recién
llegados y Renesmee.
Los vampiros de la
puerta eran esbeltos y bajos, uno con el pelo oscuro y el otro con el pelo de
un tono rubio ceniza tan claro que casi parecía gris pálido. Su piel tenía el
mismo aspecto polvoriento que la de los Vulturis, aunque no me pareció tan
acusado. No podía estar segura de ello, ya que sólo había visto a los Vulturis
con mis ojos humanos y no era capaz de hacer una comparación exacta. Sus ojos agudos,
pequeños, eran de un color borgoña oscuro, sin ninguna película lechosa.
Llevaban simples ropas oscuras, que podían pasar por modernas aunque con
aspecto de pasadas de moda.
El del pelo oscuro
sonrió cuando yo aparecí a la vista.
—Vaya, vaya, Carlisle,
pero qué chicos más malos habéis sido, ¿eh?
Emmett se rió de eso. "No parece tan malo."
"No" admitió Carlisle, "pero todo es un poco más tenso
cuando están cerca."
—Ella no es lo que
crees, Stefan.
—Y nos da igual de
todos modos —respondió el rubio—. Como ya os hemos dicho antes.
—Entonces sois
bienvenidos como observadores, Vladimir, pero nuestro plan no es para nada
desafiar a los Vulturis, como también hemos dicho antes.
—En ese caso,
simplemente cruzaremos los dedos —comenzó Stefan.
"Hmph" resopló Rosalie, no le gustaba que esperaran una
pelea. Emmett, por el contrario, se limitó a sonreír.
—Y esperaremos tener suerte —finalizó Vladimir.
Al final, habíamos
conseguido reunir diecisiete testigos: los irlandeses, Siobhan, Liam y Maggie;
los egipcios, Amun, Kebi, Benjamín y Tia; las del Amazonas, Zafrina y Senna;
los rumanos, Vladimir y Stefan; y los nómadas, Peter y Charlotte, Garrett,
Alistair, Mary y Randall, además de los once miembros de nuestra familia, ya
que Tanya, Kate, Eleazar y Carmen insistieron en ser contados como tales.
Carlisle y Esme sonrieron con tristeza.
Aparte de los
Vulturis, ésta era quizá la reunión amigable de vampiros maduros más grande que
se había producido en la historia de los inmortales.
Todos comenzábamos a
concebir pequeñas esperanzas e incluso yo no pude resistirme a ello.
"Wow... ¿Qué acaba de decir, que ella tiene esperanza?" dijo
Emmett dramáticamente. "Eso no puede ser posible."
Renesmee se había
ganado a todos para su causa en un período muy corto de tiempo. Los Vulturis
sólo tenían que escuchar durante un segundo escaso...
Los dos rumanos
supervivientes, concentrados en su amargo resentimiento por aquellos que habían
derribado su imperio hacía quince siglos, se lo tomaban todo con calma. No
tocaron a Renesmee, pero tampoco le mostraron aversión. Parecían
misteriosamente encantados por nuestra alianza con los licántropos. Me
observaron practicar con mi escudo con Zafrina y Kate, contemplaron a Edward
contestar a preguntas no expresadas en voz alta, también a Benjamin alzando
geiseres de agua del río o violentos brotes de viento del aire quieto sólo con
el poder de su mente, y sus ojos relucían con la ardiente esperanza de que los Vulturis
hubieran encontrado por fin la horma de su zapato.
"Bueno, eso es bueno saberlo" dijo Edward, de hecho le
gustaba el sonido de los rumanos y la esperanza.
Todos teníamos
nuestras esperanzas, aunque no fueran las mismas.
"Eso es todo" dijo Jasper, entregandole el libro a Carlisle.
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