DISCLAMIER

Nada de esto es propiedad mía, solo son traducciones realizadas a partir del fanfic creado por ChoicesHP, la saga Crepúsculo y todos sus personajes pertenece a Stephanie Meyer. No nos adjudicamos ningún crédito de autoría de las historias.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

CAPITULO 30. IRRESISTIBLE


CAPITULO 30: IRRESISTIBLE
TRADUCCIÓN: Lorena Espinosa.

"Irresistible" leyó Emmett. "Tengo la sensación de que Renesmee podría ser buena en convencer a la gente de creer en ella."

"Por supuesto que lo es" sonrió Rosalie. "Ella es preciosa."

Había demasiadas cosas en las que pensar.

¿De dónde iba a sacar tiempo para estar a solas y localizar al tal J. Jenks? Además, ¿Por qué quería Alice que supiera algo de él?

"Será mejor que encuentres el tiempo. Esto es importante" dijo Rosalie.

Si la pista de Alice no tenía nada que ver con Renesmee, ¿Qué podía hacer para salvar a mi hija?

¿Y cómo le íbamos a explicar las cosas a la familia de Tanya por la mañana? ¿Qué íbamos a hacer si reaccionaban como Irina? ¿Y qué sucedería si al final todo derivaba en una batalla?

"Oh, querida" dijo Esme, con cara de preocupación.

"No te preocupes. Ellos nos escucharán" dijo Carlisle tranquilizadoramente.

Yo no sabía luchar. ¿Cómo iba a aprender en solo un mes?

"Es mejor si aprende lo más que pueda" dijo Jasper con solemnidad.

"Lo sé" admitió Edward, pero él no se sentía mejor.

¿Es que había alguna posibilidad de que me pudieran enseñar con la suficiente rapidez para que me convirtiera en un peligro para cualquier miembro de los Vulturis?

Y ahora Edward estaba triste otra vez, porque realmente no había ninguna posibilidad; no en esa cantidad de tiempo.

¿O estaba condenada a ser una completa inútil, como cualquier otro neonato fácil de despachar?

Todo el mundo se estremeció ante esa declaración.

Necesitaba tantas respuestas… aunque no parecía encontrar la ocasión para formular las preguntas.

Insistí en llevar a Renesmee a la casa de la cabaña para dormir con el fin de mantener alguna apariencia de normalida en su vida, Jacob estaba más cómodo en su forma de lobo en ese momento. Lidiaba mejor con el estrés cuando se sentía preparado para luchar. Deseé sentir lo mismo, poderme notar preparada, mientras él corría por los bosques, montando guardia de nuevo.

Una vez que estuvo profundamente dormida, la puse en su cama y fuimos hacia la habitación de la entrada para que yo pudiera hacerle mis preguntas a Edward. Al menos aquellas que podía hacer, ya que uno de los problemas más difíciles para mi era cómo seguir ocultándole cosas, incluso con la ventaja de poder esconder mis pensamientos.

Él permaneció de pie dándome la espalda, con la mirada fija en el fuego.

–Edward, yo…

Se dio la vuelta y cruzó la habitación en lo que pareció un tiempo inexistente, ni siquiera la misma parte de un segundo. Solo tuve ocasión de registrar la feroz expresión de su rostro antes de que sus labios se aplastaran contra los míos y sus brazos se enredaran a mi alrededor como vigas de acero.

"Ahora me gustas más, Eddy," Emmett se rió entre dientes, pero se detuvo cuando vio la mirada de dolor en el rostro de Edward.

No pude volver a pensar en mis preguntas en el resto de la noche. Me llevó poco tiempo captar la razón de ese estado de ánimo e incluso menos sentirme exactamente de la misma manera.

Había estado planeando que iba a necesitar años para poder aprender a controlar la pasión física arrolladora que sentía por él. Y después siglos para disfrutarlo, pero si ahora solo nos quedaba un mes para estar juntos… Bueno, no veía cómo soportar un fin como ese. Por el momento, no podía hacer otra cosa salvo comportarme de modo egoísta. Todo lo que quería era amarlo como fuera capaz en el tiempo limitado que se nos había concedido.

"Oh" dijo Emmett.

Me resultó muy duro apartarme de él cuando el sol se alzó, pero teníamos que hacer nuestro trabajo que sería más difícil que todas las búsquedas juntas emprendidas por el resto de la familia. Tan pronto como me permití pensar en lo que se avecinaba, me puse en una tensión total. Sentía como si me estuvieran estirando los nervios en un potro de tortura para dejarlos cada vez más finos.

–Desearía que hubiera alguna manera de conseguir la información que necesitamos de Eleazar antes de que les hablemos de Nessie –masculló Edward mientras nos vestíamos de forma apresurada en aquel armario enorme que era un recordatorio más de Alice en un momento poco apropiado. –Sólo por si acaso.

"Pero no tenemos idea de que información habla" dijo Carlisle.

Alice, por otro lado, tenía el ceño fruncido por el hecho de que Bella no quería recordarla, aunque en realidad no la culpaba. Ella todavía estaba convencida de que  no traicionaría a su familia.

–Pero él no podría comprender la pregunta para contestarla –admití. –¿Crees que nos dejarán que nos expliquemos?

–No lo sé.

Alcé a Renesmee, que aún dormía en su cama, y la sostuve tan cerca de mí que aplasté sus rizos contra mi rostro. Su dulce olor, tan próximo, sobrepasaba a cualquier otro.

No podía malgastar ni un solo minuto más. Estaban las respuestas que necesitaba conseguir y no tenía la certeza de cuánto tiempo podríamos estar solos Edward y yo. Si todo iba bien con la familia de Tanya, con un poco de suerte, estaríamos acompañados por un largo tiempo.

–Edward, ¿me enseñaras a luchar? –le pregunté y me tensé esperando su reacción, mientras me sostenía la puerta para que saliera.

Edward se estremeció ante la idea.

"Es..." comenzó Jasper.

"Por su propio bien, si aprende a luchar" Edward terminó la frase por él. "Pero no creo que pueda mirarla de esa manera..."

"Lo entiendo" dijo Jasper, mirando a Alice con tristeza.

Ocurrió como lo esperaba. Se quedó helado, y entonces sus ojos me recorrieron con una gran intensidad, como si me estuviera viendo por primera o por última vez. Su mirada se detuvo en nuestra hija, que aún dormía en mis brazos.

–Si tiene lugar una lucha, no habrá mucho que pueda hacer ninguno de nosotros –intentó escaparse por la tangente.

Yo mantuve la voz tranquila.

–¿Dejarías que fuera incapaz de defenderme a mí misma?

Edward gimió.

"Ella siempre sabe qué decir para conseguir algo" sonrió Emmett, pero no mostró ningún otro signo de diversión.

Él tragó saliva convulsivamente, y cuando su mano apreto la puerta esta tembló y las bisagras protestaron, pero luego asintió.

–Ya que lo pones de ese modo… supongo que tendremos que ponernos a trabajar tan pronto como sea posible.

Yo también asentí y comenzamos a caminar hacia la casa grande, sin apresurarnos.

Me pregunté qué podría hacer que nos trajera algo de esperanza o supusiera al menos una diferencia. Yo era un poquito especial, a mi estilo… si tener un cráneo duro de un modo casi sobrenatural podía en verdad considerarse como algo especial…

"Cráneo duro casi sobrenatural" Emmett no podía parar de decirlo con una sonrisa.

¿En qué podría emplearlo, cuál sería su utilidad?

–¿Cuál dirías tú que es su principal ventaja? ¿Tienen alguna debilidad conocida?

"En realidad no" Jasper frunció el ceño.

Edward no tuvo que preguntar para darse cuenta de que me refería a los Vulturis.

–Alec y Jane son lo mejor que tienen de cara a una ofensiva –replicó con emoción, como si estuviera hablando de un partido de baloncesto.

"Lo más probable es que estoy tan preocupado por esto que no tengo ninguna emoción para poner en mi voz" se quejó Edward.

–Sus defensas rara vez participan de la acción.

–Ya sé que Jane puede prenderte fuego donde estés, al menos mentalmente hablando, pero, ¿Qué es lo que hace Alec? ¿No me dijiste una vez que era incluso más peligroso que Jane?

–Sí. De algún modo, él es un antídoto de Jane. Ella te hace sufrir el dolor más intenso que puedas imaginar, pero Alec, por otro lado, hace que no sientas nada. Absolutamente nada. Algunas veces, cuando a los Vulturis les da por ser amables, permiten que Alec anestesie a quien vayan a ejecutar, siempre que se haya rendido a tiempo o los haya complacido de alguna otra manera.

"Eso no es mucha recompensa" frunció el ceño Emmett.

–¿Anestesia? ¿Y por qué eso lo hace más peligroso que Jane?

–Porque te priva por completo de sensaciones, y no sientes dolor, pero tampoco puedes ver, oír u oler.

Todo el mundo se estremeció; todos ellos confiaban en sus sentidos más que nada, y que se cortaran sería insoportable.

"Una vez más, no es muchoa recompensa" murmuró Emmett.

–Es una total privación sensorial y te quedas solo en la oscuridad. Ni siquiera experimentas la quemazón de las llamas en la hoguera.

Me eché a temblar. ¿Era esto lo mejor a lo que podía aspirar? ¿A no ver o sentir cuando viniera la muerte?

–Eso es lo que lo hace tan peligroso como Jane –continuó Edward con la misma vos indiferente. –Ambos pueden incapacitarte, convertirte en un objetivo indefenso. La diferencia entre ellos es la misma que entre Aro y yo. Aro escucha la mente de una sola persona por vez y Jane solo puede hacer daño al objetivo sobre el que se concentre. Yo soy capaz de oír a todo el mundo al mismo tiempo.

Sentí frío mientras veía adónde quería ir él a parar.

–Entonces, ¿Alec conseguiría incapacitarnos a todos al mismo tiempo? –susurré.

–Sí –respondió él. –Si usa su don contra nosotros, todos nos quedaremos ciegos y sordos hasta que nos caigan encima para matarnos…

"Todos, excepto ella, por supuesto" dijo Emmett.

Edward miró a su hermano y sus ojos estaban en pánico.

"Tal vez ella podría..." comenzó Emmett.

"Ella no tendría ninguna oportunidad... estaría sola" Edward tragó saliva.

"Pero si ella puede acabar con Alec, entonces tendríamos una oportunidad" declaró Emmett sin rodeos, negándose a ser desviado por las preocupaciones de su hermano.

"Dudo que Jane le permita llegar a alguna parte cerca de él" comentó Jasper con gravedad.

–Y en este caso, quizá simplemente nos quemen en vez de partirnos en trozos primero. Oh, claro que podemos intentar luchar, pero lo más probable es que terminemos haciéndonos daño unos a otros antes de que seamos capaces de herirlos a ellos.

Caminamos en silencio durante unos cuantos segundos.

Se estaba formando una idea en mi cabeza. No resultaba muy prometedora, pero era mejor que nada.

–¿Crees que Alec sea un buen luchador? –le pregunté.

"Ven, ella piensa a lo largo de mis líneas" dijo Emmett.

Y Edward entró en pánico, su mirada de dolor se intensificó.

–Aparte de lo que es capaz de hacer, claro. Me refiero a si tuviera que pelear sin su don. Me pregunto incluso si ha llegado a intentarlo alguna vez.

Edward me echó una ojeada de repente.

–¿En qué estás pensando?

Me limité a mirar al frente.

–Bueno, posiblemente no podrá hacerme eso a mí, ¿no? Si lo que hace es como lo de Aro, Jane o lo tuyo. Quizá… si él nunca ha tenido que defenderse… y si yo he llegado a aprender unos cuantos trucos…

"Ella tiene un punto. Yo apuesto a que no ha trabajado en sus habilidades de combate tanto como pudo" dijo Emmett.

"Como dije, eso no importa realmente" Jasper frunció el ceño. "Ella va a estar a solas con todo el ejército de los Volturi..."

"¡Lo entendemos!" dijo Edward entre dientes. No podía tener esa imagen en la cabeza.

–El ha estado con los Vulturis durante siglos –me cortó Edward, con la voz teñida de pánico. Lo más probable es que estuviera viendo la misma imagen en su mente que yo: los Cullen de pie, inermes, como pilares insensibles en el campo de batalla… todos menos yo. Sería la única que podría luchar. –Sí, tal vez seas inmune a su poder, pero todavía eres una neófita, Bella. no puedo convertirte en una luchadora tan buena en solo unas pocas semanas. Estoy seguro de que él, al menos, ha recibido entrenamiento.

–Quizá sí, quizá no. Es la única cosa que yo soy capaz de hacer y los demás no. Incluso aunque solo consiga distraerlo durante un rato… ¿Podría durar lo suficiente para darles a los otros una oportunidad?

–Por favor, Bella –replicó Edward entre dientes. –No hablemos más de esto.

–Sé razonable.

–Intentaré enseñarte lo que pueda, pero por favor no me hagas pensar en que eso serviría para que te inmolaras como distracción… –la voz se le ahogó, y no logró terminar.

Estaba claro que Edward no era el único que no podía soportar pensar en esa imagen, Esme se estremeció y se volvió a los brazos de Carlisle, buscando un abrazo.

Yo asentí. Tendría que hacer mis planes a solas. Primero Alec, y si contaba con una suerte milagrosa y lo vencía, después Jane. Solo con que fuera capaz de igualar algo las cosas y nivelar la abrumadora ventaja de los Vulturis en la ofensiva, quizás entonces podría haber alguna oportunidad. Mi mente se desbocó al imaginar semejante posibilidad. ¿Qué ocurriría si conseguía distraerlos o quitarlos de en medio? Honestamente, ¿Por qué habrían tenido que aprender Jane o Alec habilidades de combate?

"Me gusta su manera de pensar" sonrió Emmett.

"Em..." Edward gruñó una advertencia.

"Relax, hermano. Lo entiendo" Emmett puso los ojos en blanco. "Para un lector de la mente, no estás realmente haciendo tu trabajo correctamente en este momento."

Edward puso los ojos en blanco por los pensamientos de Emmett sobre cómo él y Bella piensan igual.

No alcanzaba a imaginarme a la pequeña Jane, tan petulante, cediendo lo más mínimo de su ventaja, ni siquiera para aprender.

"Probablemente tiene razón en eso" dijo Jasper. "Es más probable que Jane no habría aprendido tanto como pudo, aunque Alec podría ser un caso diferente."

Edward hizo una mueca cuando su hermano estaba pensando con nostalgia alguna manera de ser capaz de utilizar las ventajas de Bella contra sus oponentes. Sería realmente atrapar a los Volturi con la guardia baja si eso era posible.

Si era capaz de matarlos, menuda diferencia marcaría eso.

–Tengo que aprenderlo todo. Tanto como sea posible introducir en mi cabeza en el próximo mes –murmuré.

Él actuó como si yo no hubiera hablado.

Entonces, ¿Cuál sería el siguiente? Mejor que pusiera mis planes en orden de modo que, si vivía después de agredir a Alec, no hubiera ninguna vacilación en mi próximo ataque. Intenté pensar en otra situación donde un cráneo duro como el mío me diera una ventaja. No sabía mucho de las capacidades de los demás. Resultaba obvio que luchadores como el gigantesco Feliz estaban más allá de mis posibilidades. Lo único que podía intentar era ofecerle a Emmett la oportunidad de una lucha justa.

"Gracias, hermana" Emmett sonrió mientras Edward se estremecia ante la idea de que ella siquiera de acercase a alguien como Félix.

Tampoco sabía mucho sobre el resto de la guardia de los Vulturis, aparte de Demetri…

Mi mente se mantuvo por completo serena mientras reflexionaba sobre Demetri.

"De ninguna manera" siseó Edward.

"Pero Demetri es alguien que necesita ser liquidado" frunció el ceño Jasper. "En realidad es la mayor amenaza para nosotros en este momento... teniendo en cuenta que él es el que nos va a seguir..."

Edward asintió con la cabeza de acuerdo. "Voy a encargarme de Demetri."

Jasper miró a Edward con cuidado. "Eso probablemente sería lo mejor.

Sin duda, sería un buen luchador. No había ninguna otra razón por la que hubiera podido sobrevivir tanto tiempo, siempre en la punta de lanza de cualquier ataque. Y siempre debía ser el líder, ya que era su rastreador… probablemente el mejor rastreador del mundo. Sin duda alguna, porque, si hubiera habido alguno mejor, los Vulturis se habrían hecho con él, Aro no se conformaba jamás con los segundones.

Si Demetri no existiera, entonces podríamos huír. Al menos, los supervivientes. Mi hija, tan cálida en mis brazos… Alguien podría escapar con ella, Jacob o Rosalie, quien quedara.

Y… si Demetri no existiera, entonces Alice y Jasper estarían a salvo para siempre. ¿Era eso lo que Alice había visto, que parte de su familia podría salir adelante? Al menos, ellos dos.

Alice hizo una mueca.

"Vas a tener que lidiar con pensamientos como este por el resto del libro," dijo Edward con frialdad.

"Lo sé" murmuró Alice.

¿Le envidiaría eso a ella?

–Demetri… –dije.

–Demetri es mío –replicó de nuevo Edward, con una voz tensa y dura. Lo miré con rapidez y vi que su espresión se había vuelto violenta.

–¿Por qué? –le susurré.

Él al principio no contestó. Estábamos ya casi al lado del río cuando al fin murmuró.

–Por Alice. Es la única muestra de agradecimiento que puedo ofrecerle por los últimos cincuenta años.

Gracias, pensó Alice y Edward hizo una mueca.

De modo que sus pensamientos iban en la misma dirección que los míos.

Escuché las fuertes pisadas de las patas de Jacob golpeando con un ruido sordo el suelo helado. En unos segundos, se estaba paseando delante de mí, con sus ojos oscuros clavados en Renesmee.

Le dediqué un asentimiento y luego volví a mis preguntas. Teníamos poco tiempo.

–Edward, ¿Por qué crees que Alice nos dijo que le preguntáramos a Eleazar por los Vulturis? ¿Ha estado él en Italia hace poco o algo parecido? ¿Qué podrá saber?

"Parece que no le has contado mucho sobre los Denali todavía" se rió Emmett. "No estoy seguro de que le va a gustar oír esto."

–Eleazar conoce todo lo referente a los Vulturis. Se me había olvidado que tú no lo sabías. Él formó parte de ellos.

Siseé de forma involuntaria.

"Ven" Emmett se echó a reír.

Y Jacob rugió a mi lado.

–¿Qué…? –le pregunté con la voz llena de exigencia, imaginándome al hermoso hombre de pelo negro que asistió a nuestra boda envuelto en una capa larga, de color ceniciento.

El rostro de Edward tenía ahora un aspecto más apacible e incluso sonrió un poquito.

–Eleazar es una persona muy buena. No era del todo feliz con los Vulturis, pero respetaba la ley y la necesidad de defenderla. Sentía que estaba trabajando por el bien común y no lamenta nada del tiempo que pasó con ellos, pero cuando se encontró con Carmen, halló su lugar en el mundo. Son gente muy parecida, ambos son muy compasivos para ser vampiros –él sonrió de nuevo. –Se encontraron con Tanya y sus hermanas y nunca miraron hacia atrás. Tenían madera para este nuevo estilo de vida. Si no se hubieran encontrado nunca con Tanya, me imagino que habrían descubierto algún día por ellos mismos una manera de vivir sin sangre humana.

Las imágenes desentonaban en mi mente, no había forma de que pudiera casarlas, ¿un soldado de los Vulturis compasivo?

Emmett resopló. "Esa es buena, Bella."

Edward rodó sus ojos, de acuerdo en que la imagen en realidad no coincidía con él tampoco. No después de leer estos libros.

Edward le echó una mirada a Jacob y respondió a su pregunta.

–No, él no era uno de sus guerreros, hablando en sentido estricto. Pero tiene un don que encontraban conveniente.

Jacob debió de preguntar la obvia cuestión que surgía a continuación.

"¿Qué?" Emmett se rió entre dientes, encontrando su comentario más divertido que lo que debería haber sido.

–Él tenía un instinto especial para captar los dones de los demás, las capacidades extraordinarias que disfrutan algunos vampiros –le contestó Edward. –Sabía darle a Aro una idea general de lo que cada vampiro concreto era capaz de hacer sólo con estar en sus proximidades. Esto era muy conveniente cuando los Vulturis entraban en combate, si alguien en el aquelarre que se les enfrentaba tenía alguna habilidad que pudiera causarles algún problema. Pero claro, algo así era poco habitual, debía tratarse de una capacidad realmente sobresaliente para que pusiera un inconveniente para los Vulturis, ni siquiera durante un momento. Más a menudo, el aviso servía a Aro para salvar a aquellos enemigos que pudieran serle de utilidad. Hasta cierto punto, el don de Eleazar funciona incluso con humanos. Ha de concentrarse mucho en ese caso, claro, poque la habilidad latente en un mortal es más confusa. Aro le hacía probar a la gente que quería que se les uniera para ver si tenían algún potencial. Por eso sintió mucho su marcha.

"Sí, lo apuesto" dijo Emmett. "Debe haber sido más difícil para él encontrar nuevos juguetes."

"Esa es una teoría interesante" dijo Edward, mirando a Emmett cuidadosamente.

–¿Lo dejaron marchar? –le pregunté. –¿Así porque si?

Su sonrisa era ahora más sombría y algo torcida.

–Se supone que los Vulturis no son los villanos, como a ti te lo parecen. Son los cimientos de nuestra civilización y de la paz. Cada miembro de la guardia escoge servirles, y se trata de algo muy prestigioso. Todos se sienten orgullosos de estar allí, y no se les puede porzar a ello.

"Es extraño lo mucho que estos libros han cambiado mi opinión acerca de los Volturi" dijo Edward.

Miré al suelo con mala cara.

–En teoría solo les parecen malvados y abyectos a los criminales, Bella.

"No somos criminales" Esme y Emmett dijeron indignados.

"No, pero sí parece que lo fueramos" dijo Carlisle con gravedad.

–Nosotros no somos criminales.

Jacob resopló, de acuerdo con mi afirmación.

–Ellos no lo saben.

–¿Crees de verdad que podemos hacer que se detengan el tiempo necesario para que nos escuchen?

Edward vaciló justo lo mínimo y después se encogió de hombros.

–Si encontramos suficientes amigos que nos apoyen, tal vez.

Sí. Repentinamente percibí la importancia de lo que teníamos que hacer ese día. Edward y yo comenzamos a movernos con más rapidez, hasta que por fin rompimos a correr y Jacob nos siguió de modo inmediato.

–No creo que Tanya tarde mucho más –comentó Edward. –Tenemos que estar preparados.

Pero, ¿Cómo nos íbamos a preparar? Organizamos las cosas una y otra vez, las pensabamos y las volvimos a pensar.

"¿Quién pensó que sería una buena idea dejar a las dos personas que es más probable que se preocupen por saludar a los vampiros de entrada?" cuestionó Emmett con una sonrisa.

"El don de Edward sería el más útil" dijo Carlisle.

"Además, son los padres de Renesmee. Tienen que estar cerca de ella" añadió Esme.

¿Dejaríamos a Renesmee a la vista o la esconderíamos al principio? Y Jacob ¿debería estar en la habitación o fuera? Él había ordenado a su manada que permaneciera cerca sin dejarse ver. ¿Haría él lo mismo?

Al final, Renesmee, Jacob –de nuevo en su forma humana– y yo, esperamos en el comedor, situado al otro lado de la esquina a la que daba la puerta principal, sentados ante la gran mesa de madera pulida. Jacob me dejó que sostuviera a Renesmee, quería espacio por si tenía que entrar en fase con rapidez.

Aunque estaba contenta de tenerla entre mis brazos, aquello me hizo sentir inútil. Me recordó que, en una lucha con vampiros maduros, no era más que un objetivo fácil y no necesitaba tener las manos libres.

"Ah, pobre Bella, siendo inútil" se rió Emmett.

–intenté evocar a Tanya, Kate, Carmen y Eleazar en la boda. Sus rostros aparecieron opacos en mis recuerdos escasamente iluminados. Solo sabía que eran hermosos, dos rubias y dos morenos. No podía rememorar si había algún rastro de amabilidad en sus ojos.

"No te preocupes, son muy agradables" dijo Esme, aunque parecía como si estuviera tratando de tranquilizarse a sí misma al mismo tiempo de que nada malo iba a suceder.

Edward se reclinó, inmóvil contra la pared donde estaba la ventana trasera, mirando con fijeza hacia la puerta principal, aunque no parecía que estuviera viéndola.

Escuchamos el zumbido del motor de los coches al pasar por la autovía, sin que ninguno de ellos disminuyera la velocidad.

Renesmee se acomodó pegada a mi cuello, con la mano contra mi mejilla pero sin imágenes en su mente. No tenía ninguna imagen para lo que sentía en esos momentos.

Esme y Rosalie suspiraron, preocupadas por como Renesmee lo estaba tomando.

–¿Y qué pasará si no les gusto? –susurró y todos nuestros ojos se dirigieron hacia ella.

"No se preocupen, ella es irresistible, ¿recuerdan?" dijo Emmett, recordándoles el título del capítulo, y Esme y Rosalie (y Edward también) aligeraron un poco la expresión.

–Claro que les… –comenzó a decir Jacob, pero yo lo silencié con una mirada.

–Ellos no comprenden tu existencia, Renesmee, porque jamás se han encontrado con nadie como tú –le expliqué, sin querer mentirle con promesas que podían no hacerse realidad.

"Supongo que es mejor para Nessie. Ella entiende lo que está en riesgo aquí" Carlisle suspiró.

–El problema está en hacérselo entender.

Ella suspiró, y en mi mente relampaguearon imágenes de todos nosotros en un súbito y rapido pase. Vampiros, humanos, licántropos. Ella no encajaba en ningún sitio.

Todo el mundo frunció el ceño; sentimientos de tristeza para Renesmee que entendió que era diferente.

–Tú eres especial, y eso no es malo.

Ella sacudió la cabeza expresando así su desacuerdo. Pensó en nuestras caras tensas y dijo:

–Es culpa mía.

Emmett empujó los labios y trató de no reírse.

"Eso no es divertido" le gruñó Rosalie. "Y no es definitivamente cierto."

"No es eso, sólo estaba pensando que realmente es la hija de sus padres" dijo Emmett, riendo en voz alta.

"Oh" dijo Rosalie y tuvo que sonreír. "Tienes un punto."

–No –Jacob, Edward y yo dijimos al mismo tiempo, pero antes de que pudiéramos argumentar algo más, escuchamos el sonido que habíamos estado esperando: el de un motor que reducía la velocidad en la autovía y el de las cubiertas de las ruedas moviéndose del asfalto a la tierra.

Edward salió disparado hacia la esquina para esperarlos en la puerta y Renesmee se escondió entre mi pelo, Jacob y yo nos quedamos mirándonos el uno al otro a través de la mesa, con la desesperación pintada en las caras.

El coche se trasladó con rapidez a través del bosque, con un estilo de conducción más rápido que el de Sue o Charlie. Lo escuchamos atravesar el prado y pararse delante del porche delantero, y luego cómo se abrían las cuatro puertas y se cerraban. No hablaron mientras se aproximaban hacia la puerta y Edward la abrió antes de que llamaran.

–¡Edward! –exclamó una voz femenina con entusiasmo.

–Hola, Tany, Kate, Eleazar, Carmen.

Los tres murmuraron saludos.

–Carlisle nos dijo que necesitaba hablar con nosotros de forma urgente –comenzó la primera voz, Tanya, y percibí que todos permanecían en el exterior de la casa. Me imaginé que Edward estaba en la entrada, bloqueándoles el paso.

"Eso es grosero, Edward" reprendió Esme y luego suspiró "pero supongo que es necesario en este caso."?

–¿Cuál es el problema? ¿Algún lío con los licántropos?

"No, y no se ve como que volvamos a tener problemas con ellos de nuevo" dijo Carlisle, encontrando el placer con ese hecho.

Jacob puso los ojos en blanco.

–No –dijo Edward. –Nuestra tregua con los hombres lobo es más fuerte que nunca.

Una mujer se echó a reír entre dientes.

–¿Vas a invitarme a entrar o no? –preguntó Tanya, y después continuó hablando sin esperar respuesta. –¿Dónde está Carlisle?

–Ha tenido que marcharse.

Se hizo un corto silencio.

–¿Qué es lo que está pasando, Edward? –inquirió Tanya con voz exigente.

–Si me concedieran el beneficio de la duda durante unos cuantos minutos –respondió él. –Tengo algo difícil que explicar y necesito que mantengan una actitud abierta hasta que puedan entenderlo.

–¿Carlisle está bien? –preguntó una voz masculina con ansiedad, Eleazar.

"No, es Carmen. Ella tiene una voz masculina también" dijo Emmett riendo.

"Idiota" Rosalie puso los ojos en blanco.

–Ninguno de nosotros se encuentra bien, Eleazar –le informó Edward y después palmeó algo, quizás el hombro del vampiro. –Pero al menos fisícamente, sí, se encuentra bien.

–¿Físicamente? –preguntó Tanya de repente. –¿Qué quieres decir?

–Que toda mi familia corre un peligro muy grave, pero antes de que me explique, les pido que me prometan que lo escucharan todo antes de reaccionar. Les suplicó que oigan toda la historia primero.

"Ves lo que digo. Eddy sólo los pone a todos más nerviosos" se rió Emmett. "Hace que parezca como si fuera el fin del mundo y de todos."

"Bueno, es cierto ¿no es así?" Edward se quejó. Pensó que estaba manejando esto muy bien.

Su petición se encontró con un silencio más largo, tenso, a lo largo del cual Jacob y yo nos miramos el uno al otro sin palabras. Sus labios rojizos palidecieron.

–Estamos escuchando –dijo Tanya al fin. –Lo escucharemos todo antes de juzgar nada.

–Gracias, Tanya –repuso Edward con fervor. –No los habríamos implicado en esto de haber tenido otra posibilidad.

Edward se puso en marcha y percibímos cuatro pares de pasos cruzando la entrada.

Alguien olisqueó.

–Yo sabía que esos licántropos tenían que estar en el asunto –masculló Tanya.

Rosalie gruñó a la casa oliendo como los hombres lobo.

–Sí, y están de nuestro lado. Otra vez.

El recuerdo de lo sucedido silenció a Tanya.

–¿Dónde está tu Bella? –inquirió otra de las voces femeninas. –¿Cómo se encuentra?

–Se nos unirá pronto. Y ella está bien, gracias. Se ha incorporado a la inmortalidad con una sorprendente finura.

–Cuéntanos en qué consiste el peligro, Edward –solicitó Tanya en voz baja. –Todos te escucharemos y estaremos de su lado, donde pertenecemos.

Edward inhaló un gran trago de aire.

–Primero quiero que lo vean por ustedes mismos. Presten atención… en la otra habitación. ¿Qué oyen?

"Hm... interesante manera de hacer las cosas" dijo Carlisle. "Mostrando cómo Nessie no podía ser un niño inmortal antes de que la vean... darles algo en que pensar cuando en realidad la conozcan."

"Espero que funcione" dijo Edward.

"Apuesto a que reaccionan de forma exagerada al principio" se rió Emmett. "Esto debe ser divertido."

"¿Divertido?" dijo Edward con disgusto, pero Emmett no le hizo caso y empezó a leer de nuevo.

Se hizo un nuevo silencio y después algo se puso en movimiento.

–Solo escuchen, por favor –insistió Edward.

–Un hombre lobo, supongo. Puedo oír su corazón –repuso Tanya.

–¿Qué más? –preguntó Edward.

Se hizo una pausa.

–¿Qué es ese sonido como de repiqueteo? –preguntó Carmen o Kate. –¿Es… alguna clase de pájaro?

"Bueno, si ella era Inglesa... sí" dijo Emmett riendo.

"Idiota"  dijeron Rosalie y Edward al mismo tiempo.

"¿Qué? Pensé que era divertido" Emmett se encogió de hombros, sin dejar de reír.

–No, pero recuerden lo que han oído. Ahora, ¿Qué huelen? Además del licántropo.

–¿Hay ahí un humano? –susuró Eleazar.

–No –Tanya expresó su desacuerdo. –No es humano, pero… es más cercano a lo humano que el resto de los olores que hay por aquí. ¿Qué es eso, Edward? No creo que haya olido nada igual en toda mi vida.

"Definitivamente no" dijo Carlisle. Ahora estaba sonriendole a Edward, pensando que esto era una excelente manera de que se den cuenta de la verdad.

–Seguro que no, Tanya. Por favor, por favor, recuerden que esto es algo por completo nuevo para ustedes. Aparten sus ideas preconcebidas.

–Te prometimos que te escucharíamos, Edward.

–Muy bien, entonces, ¿Bella? Traénos a Renesmee, por favor.

Sentí las piernas extrañamente dormidas, pero sabía que esa sensación solo estaba en mi cabeza. Me forcé a no refrenarme, a no moverme con lentitud cuando me puse en pie y caminé los pocos pasos que había hasta la esquina. El calor del cuerpo de Jacob flameó muy cerca de mí mientras me seguía.

Di un paso más hacia la habitación grande y entonces me detuve, incapaz de caminar más. Renesmee inhaló en profundidad y después se asomó para mirar por debajo de mi pelo, con sus pequeños hombros tensos, esperando ser rechazada.

Esme parecía a punto de llorar al pensar en que fuera rechazada y Rosalie se tensó, que parece que le arrancaría la cabeza a cualquiera que se atreviese a hacerla sentir así a su sobrina.

Pensé que me había preparado para su reacción, para las acusaciones, los gritos, para la inmovilidad del estrés agudo.

Tanya saltó hacia atrás cuatro pasos, con sus rizos del color de las fresas temblorosos, como un humano que se enfrentara a una serpiente venenosa. Kate también recorrió a saltos hacia atrás todo el camino hacia la puerta principal y tanteó a ciegas para ver dónde tenía la pared a sus espaldas. De entre sus dientes apretados brotó un siseo mezcla de sorpresa y miedo. Eleazar se agazapó delante de Carmen en una postura defensiva.

Emmett no podía dejar de reír. La imagen de sus amigos volviendose así mismos a encogerse delante de la niña era demasiado divertida para no hacerlo.

Todo el mundo se sorprendió, aunque cuando Edward se rió.

"Edward, esto no es gracioso" le espetó Rosalie.

"Lo siento" dijo Edward, mirando más serio de nuevo. "Es sólo que Emmett tiene una buena imaginación."

"Lo sé, ¿verdad?" se rió Emmett. "Eso habría sido una pasada hilarante para ver."

–Oh, por favor –escuché quejarse a Jacob para sus adentros.

Edward puso el brazo alrededor de mí y de Renesmee.

–Prometieron escuchar –les recordó.

–¡Hay algunas cosas que no deben escucharse! –exclamó Tanya. –¿Cómo has podido, Edward? ¿Es que no sabes lo que esto significa?

–Tenemos que salir de aquí –replicó Kate con ansiedad, con la mano en el pomo de la puerta.

–Edward… –Eleazar parecía encontrarse más allá de las palabras.

–Esperen –dijo Edward, con la voz endurecida ahora. –Recuerden lo que oyeron, lo que olieron. Renesmee no es lo que creen.

–No hay excepciones a esa regla, Edward –replicó Tanya con brusquedad.

–Tanya –replicó Edward con dureza. –¡Has oído el sonido de su corazón! Para y piensa en lo que eso significa.

–¿El latido de su corazón? –susurró Carmen, mirando por encima del hombro de Eleazar.

"Sí, sería ella la que vería razón primero" dijo Carlisle. "Ella no está obligada por su miedo al igual que las hermanas, ni cómo los Volturi defienden sus leyes sin piedad, al igual que Eleazar lo sabe."

–No es una niña vampira completa –respondió Edward, dirigiendo su atención a la expresión menos hostil de Carmen. –Es semihumana.

Los cuatro vampiros se le quedaron mirando como si estuviera hablando en un idioma ininteligible para todos llos.

"No se los puede culpar por eso" dijo Emmett.

"No, no, siempre y cuando escuchen a la razón ahora" Edward estuvo de acuerdo.

–Escuchenme –la voz de Edward se moduló ahora hacia su aterciopelado tono de persuasión. –Renesmee es única en su especie. Yo soy su padre; no su creador, no, soy su padre biológico.

La cabeza de Tanya temblaba, aunque era un movimiento cas imperceptible. Ella no parecía ser consciente.

–Edward, no puedes esperar de nosotros que… –comenzó Eleazar a hablar.

–Pues dame otra explicación que te encaje, Eleazar. Puedes sentir la calidez de su cuerpo en el aire. La sangre corre por sus venas, Eleazar, puedes olerla.

–¿Cómo ha sucedido esto? –preguntó Kate, casi sin aliento.

–Bella es su madre biológica –le contestó Edward. –Concibió, la llevó en su seno, y dio a luz a Renesmee mientras todavía era humana. Eso casi la mató, así que me vi obligado a introducir una cantidad suficiente de ponzoña en su corazón para salvarla.

Edward se estremeció; otro miedo, más poderoso del que se trataba en el libro, lo golpeó. ¿Y si él no era capaz de salvarla en esta realidad?

"No te preocupe, Edward" dijo Jasper suavemente, sintiendo el cambio en su estado de ánimo y sabiendo qué lo causó. "Vamos a estar más preparados."

Edward asintió con la cabeza y Emmett empezó a leer de nuevo.

–Nunca había oído hablar de una cosa así –replic´Eleazar. Tenía todavía los hombros rígidos y una expresión fría en el semblante.

–Las relaciones íntimas entre vampiros y humanos no son frecuentes –contestó Edward, ahora con algo de humor negro en su tono. –Y que existan humanos que hayan sobrevivido a este tipo de citas, menos aún. ¿No están de acuerdo, primas?

Tanto Tanya como Kate lo miraron con cara de pocos amigos.

"Creo que no es el momento para burlarse de ellas por eso" Esme frunció el ceño.

"Lo siento" se encogió de hombros Edward.

–Fíjate bien ahora, Eleazar. Seguro que puedes apreciar el parecido.

Pero fue Carmen la que respondió a las palabras de Edward. Dio un paso para salir de detrás del vampiro, ignorando su advertencia a medias y caminó con cautela hasta permanecer justo delante de mí. Se inclinó con ligereza, mirando cuidadosamente el rostro de Renesmee.

–Parece que tienes los ojos de tu madre –comentó con una voz tranquila y baja, –pero el rostro de tu padre –y después, como si no hubiera podido evitarlo, le sonrió.

Todo el mundo estaba sonriendo ahora también, un peso parecía haber sido levantado con esa reacción.

La sonrisa de Renesmee en respuesta fue deslumbrante. Rozó mi rostro sin apartar la mirada de Carmen. Se imaginaba tocando el rostro de Carmen y se preguntaba si eso estaría bien.

"Mmm... esto debe ser interesante" sonrió Carlisle mirando hacia adelante a su reacción al don de Renesmee.

"¿Cómo es que no le gritaron por decir algo así?" Emmett hizo un puchero. "Pero en cualquier momento yo lo digo y..."

"Es Carlisle" Edward se encogió de hombros, sabiendo que molestaría a Emmett más.

–¿Te importaría que la misma Renesmee te lo cuente? –le pregunté a Carmen. Todavía estaba demasiado tensa para poder hablar en voz más alta que un simple susurro. –Tiene un don para explicar las cosas.

Carmen todavía le sonreía a la niña.

–¿Hablas, pequeña?

–Sí –respondió con su aguda voz de soprano. Toda la familia de Tanya se estremeció ante el sonido de su voz, salvo Carmen.

Emmett se rió de ellos tenían miedo de la niña de nuevo, y cuando leyó su voz estaba llena de diversión.

–Pero puedo mostrarte más cosas de las que puedo contar.

Colocó su pequeña mano llena de hoyuelos en la mejilla de Carmen.

La vampira se envaró como si le hubieran aplicado una corriente eléctrica. Eleazar estuvo a su lado en un instante, con las manos en sus hombros como si fuera a apartarla con brusquedad.

"Tienes razón, esto es interesante" rió Emmett.

–Espera –pidió Carmen casi sin aliento, con sus ojos que no pestañeaban fijos en Renesmee.

La niña le mostró a Carmen su explicación durante un buen rato. El rostro de Edward permaneció atento mientras observaba, y yo hubiera deseado tanto poder oír lo que él escuchaba… Jacob cambió el peso de un pie a otro con impaciencia a mis espaldas y supe que también habría querido lo mismo.

–¿Qué le esta enseñando Nessie? –gruñó entre dientes.

–Todo –murmuró Edward.

Pasó otro minuto y Renesmee dejó caer la mano del rostro de Carmen y sonrió con alegría a la asombrada vampira.

"Creo que me gusta mucho tu hija" se rió Emmett.

"Gracias, Em. Eso siempre es agradable de escuchar" sonrió Edward.

–Realmente es tu hija, ¿a que si? –comentó Carmen casi sin aliento, moviendo sus grandes ojos de color topacio al rostro de Edward, –¡qué don tan vivo! Esto solo podía venir de un padre igual de bien dotado.

–¿Crees lo que te ha contado? –preguntó Edward, con una expresión llena de intensidad.

–Sin ninguna duda –replicó Carmen con sencillez.

El rostro de Eleazar estaba rígido de la angustia.

–¡Carmen!

Ella le tomó las manos con las suyas y se las apretó.

–Aunque parezca imposible, Edward no nos ha dicho más que la verdad. Deja que la niña te lo muestre.

Carmen empujó a Eleazar hacia mí y luego asintió a Renesmee.

–Enséñaselo, querida mía.

Renesmee sonrió de oreja a oreja, de alegría por la aceptación de Carmen, y tocó a Eleazar en la frente con un toque ligero.

–¡Ay, caray! –escupió él, y saltó hacia atrás.

"Oh, vamos. No es que da miedo, ¿verdad?" preguntó Emmett.

"Sería una especie de shock, estoy seguro" dijo Carlisle. "Me hubiera gustado haber visto la forma en que reaccionamos a esto."

–¿Qué es lo que te ha hecho? –inquirió Tanya al mismo tiempo que se acercaba, embargada por la preocupación. Kate también se deslizó hacia delante.

–Solo está intentando mostrarte su lado de la historia –le dijo Carmen con voz tranquilizadora.

Renesmee frunció el ceño con impaciencia.

–Ven, mira, por favor –le ordenó a Eleazar.

Todo el mundo se rió.

"Ella tiene tu actitud, Eddy" rió Emmett.

Le extendió la mano y después dejó unos cuantos centímetros entre sus dedos y su rostro, esperando.

Eleazar le echó una ojeada suspicaz y después clavó sus ojos en Carmen buscando su ayuda. Ella asintió para darle ánimos. El vampiro inhaló un gran trago de aire y después se inclinó hacia ella hasta que su frente tocó la pequeña mano otra vez.

Él se estremeció cuando el proceso comenzó pero se quedó quieto en esta ocasión, con los ojos cerrados, concentrado.

–Ahh –suspiró cuando sus ojos se reabrieron unos cuantos minutos más tarde. –Ya veo.

Renesmee le sonrió. Él vaciló, y después le devolvió una sonrisa desganada en respuesta.

–¿Eleazar? –preguntó Tanya.

–Es todo cierto, Tanya. No es una niña inmortal, es semihumana. Ven. Míralo por ti misma.

En silencio. Tanya acudió a su vez para colocarse delante de la niña con ademán precavido y después Kate, ambas mostrándo sorpresa cuando les llegó la primera imagen al contacto de Renesmee pero luego, en cuanto terminó, parecieron del todo convencidas, igual que Carmen y Eleazar.

Dirigí una mirada al rostro tranquilo de Edward, preguntándome si podía ser tan fácil. Sus ojos dorados lucían claros, sin sombras. No había engaño en esto, entonces.

–Gracias por escucharnos –dijo con voz serena.

–Pero aún existe el grave peligro del que nos hablaste –le dijo Tanya a su vez, –ya veo que no procede directamente de esta niña, pero entonces ha de proceder de los Vulturis. ¿Cómo han llegado a saber de ella? ¿Cuándo vendrán?

Esme se estremeció. Su alivio porque ellos aceptaran a Renesmee se desvaneció al pensar en lo difícil que iba a ser para ellos el saber que era su propia hermana la que trajo este problema. A pesar de que odiaba lo que había sucedido, ella sabía que sería más difícil, para las hermanas, en particular, escuchar eso.

No me sorprendió su rápida comprensión de las cosas. Después de todo, ¿de dónde podría venir una amenaza a una familia tan fuerte como la mía? Solo de los Vulturis.

"Es cierto" dijo Emmett. "Pero vamos a patear su trasero."

–El día en que Bella vio a Irina en las montañas –le explicó Edward, –tenía a Renesmee con ella.

Kate siseó, entrecerrando los ojos hasta convertirlos en rendijas.

–¿Ha sido Irina quien ha hecho esto? ¿A ustedes? ¿A Carlisle? ¿Irina?

–No –susurró Tanya. –Ha debido de ser otra…

Todo el mundo se puso rígido.

–Alice la vio acudiendo a ellos –comentó Edward. Me pregunté si los demás notaron la forma en que se encogió ligeramente cuando mencionó el nombre de Alice.

"Probablemente, pero no sabrían la razón por la que es una mueca de dolor" dijo Edward. "Ellos probablemente creeran que tiene algo que ver con lo que Alice vio."

–Pero ¿Cómo ha podido hacer eso? –preguntó Eleazar sin dirigirse a nadie en concreto.

–Imaginate que hubieras visto a Renesmee solo a distancia, y que no hubieras esperado a oír nuestra explicación.

Los ojos de Tanya se entrecerraron.

–No importa lo que ella haya pensado… Ustedes son nuestra familia.

–Ya no hay nada que podamos hacer respecto de la decisión de Irina. Es demasiado tarde, Alice nos ha dado un mes de plazo.

Tanto Tanya como Kate inclinaron la cabeza hacia un lado, y esta última frunció el ceño.

–¿Tanto tiempo? –preguntó Eleazar.

–Vienen todos juntos y eso requiere una cierta preparación previa.

Eleazar soltó un jadeo.

–¿La guardia completa?

–No solo la guardia –replico Edward, con la mandíbulas apretadas. –También Aro, Cayo, Marco… incluso las esposas.

La sorpresa relampagueó en los ojos de todos los vampiros.

"Bueno, es bastante sorprendente" dijo Carlisle. "Inaudito."

–Imposible –repuso Eleazar sin podérselo creer,

–Justo lo que yo dije hace dos días –comentó Edward.

El vampiro puso muy mala cara y cuando habló lo que surgió fue casi un rugido.

–Pero eso no tiene sentido alguno. ¿Por qué se iban a poner ellos mismos y a las esposas en peligro?

–No tiene ningún sentido desde ese punto de vista, Alice dijo ue se trataba de algo más que un simple castigo por lo que creían que habíamos hecho. Ella pensó que tú podrías ayudarnos.

–¿Más que un castigo? Pero ¿Qué otra cosa puede ser?

Eleazar comenzó a caminar de un lado para otro, dirigiéndose primero hacia la puerta y luego hacia atrás como si estuviera solo en la habitación, con las cejas fruncidas mientras miraba hacia el suelo.

–¿Dónde están los demás, Edward? ¿Carlisle, Alice y los otros? –preguntó Tanya.

La vacilación de Edward apenas fue perceptible y respondió sólo a parte de la pregunta.

–Buscando amigos capaces y dispuestos a ayudarnos.

Tanya se inclinó hacia él, adelantando las manos en su dirección.

–Edward, no importa cuántos amigos consigas reunir, no podemos ayudarte a ganar. Solo podemos morir contigo.

"Oh, por favor" Emmett rodó los ojos. "Los Volturi no son tan imparables... Estoy seguro de que si conseguimos..."

"No estamos reuniendo a nuestros amigos para luchar, Emmett" dijo Carlisle con frialdad, cortando el comentario de su hijo.

Debido a que Carlisle no suele comportarse de esta manera, y pudo ver la tristeza en los ojos de su padre, Emmett decidió seguir leyendo en lugar de hacer más comentarios al respecto.

–Debes saber eso. Claro, quizá nosotros cuatro nos lo merecemos después de lo que Irina ha hecho, y después de cómo les fallamos en el pasado… y esta vez también por el bien de la niña.

Edward sacudió la cabeza con rapidez.

–No le vamos a pedir que luchen y mueran con nosotros, Tanya. Ya sabes que Carlisle jamás pediría una cosa asi.

–Entonces, ¿Cuál es la naturaleza de su petición, Edward?

–Simplemente estamos buscando testigos. Si los podemos detener, aunque sea por un momento, si dejan que nos expliquemos… –tocó la mejilla de Renesmee y ella agarró su mano y la mantuvo apretada contra su piel. –Es difícil dudar de nuestra historia cuando la ves por ti mismo.

Tanya asintió con lentitud.

–¿Tú crees que su pasado les importará mucho?

–Solo en la medida en que amenace su futuro. El sentido de mantener la restricción estaba en protegernos de quedar expuestos y de los excesos de los niños que no podían educarse.

–Yo no soy peligrosa en absoluto –intervino Renesmee. Escuché su voz alta y clara con nuevos oídos, imaginando cómo sonaría a los demás. –Nunca le he hecho daño al abuelito, a Sue o a Billy. Me encantan los humanos. Y los lobos como mi Jacob.

Edward se estremeció y Rosalie gruñó a Renesmee llamándolo, mi Jacob.

"Eso es peor que cuando Bella lo dijo" Edward se quejó, mirando al libro.

Ella dejó caer la mano de Edward hacia atrás y dio una palmadita al brazo de Jacob.

Tanya y Kate intercambiaron una mirada rápida.

–Si Irina no hubiera venido tan pronto –musitó Edward, –nos podríamos haber evitado todo esto. Renesmee crece a un ritmo sin precedentes. Cuando pase este mes, habrá ganado otro año de desarrollo.

–Bueno, eso es algo que lograremos atestiguar sin ninguna duda –replicó Carmen en todo decidido. –Podemos prometer que la hemos visto madurar por nosotros mismos. ¿Cómo iban a ignorar los Vulturis una evidencia como esa?

Eleazar masculló entre dientes.

–¿Cómo, en verdad? –pero no alzó la mirada y continuó paseándose como si no estuviera prestando atención en absoluto.

Edward y Jasper se tensaron, a sabiendas de que estaba tratando de pensar en algo que probablemente no les gustaría.

–Sí, les serviremos de testigos –admitió Tanya. –Al menos eso sí. Y consideraremos qué otras cosas hacer.

–Tanya –protestó Edward, escuchando algo más en sus pensamientos de lo que había en sus palabras, –no esperamos que luchen con nosotros.

–Si los Vulturis no se detienen lo suficiente para escuchar nuestra declaración, no nos vamos a quedar de brazos cruzados –insistió Tanya. –Aunque claro, yo solo puedo hablar por mi misma.

Carlisle bajó la cabeza, sabiendo que era probable que así sea, pero no deseaba ningún daño a ninguno de ellos.

Kate resopló.

–¿Realmente dudas tanto de mi, hermana?

Tanya le dirigió una gran sonrisa.

–Después de todo, es una misión suicida.

Kate le devolvió otra sonrisa y después se encogió de hombros con indiferencia.

–Yo también estaré.

–Y yo haré todo lo que pueda para proteger a la niña –acordó también Carmen. Y luego, como si no se pudiera resistir, tendió las manos hacia Renesmee. –¿Me dejas que te sostenga, mi precioso bebé?

Renesmee se inclinó decidida hacia Carmen, encantada de haber hecho una nueva amiga. La vampira la abrazó con fuerza, murmurándole algo en español.

Sucedió lo mismo que había pasado con Charlie, y antes con todos los demás Cullen. La niña resultaba irresistible. ¿Qué era lo que había en ella que hacía que todos se le rindieran, que los hacía incluso desear entregar sus vidas para defenderla?

Durante un momento pensé que lo que estábamos intentando quizá podía funcionar. Tal vez Renesmee lograra lo imposible: ganarse a nuestros enemigos como se había ganado a nuestros amigos.

Y entonces recordé que Alice nos había dejado y mi esperanza se desvaneció tan deprisa como había aparecido.

"Argh" Edward gimió y ahora estaba mirando a Alice.

"Bien, estoy seguro de que el pensamiento deprimente va a venir más de una vez en el futuro" Emmett sonrió mientras le entregaba el libro a Esme. "Y ese fue el final del capítulo.”

3 comentarios:

  1. Me encanta la historia ❤❤ espero que continuen pronto ��

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  2. Nada mejor para alegrar el dia que tres capitulos seguidos,GRACIAS CHICAS!!! Tanto tiempo esperando esta parte de la saga y Edward casi ni reacciona a las cosas :(

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