CAPITULO 30: IRRESISTIBLE
TRADUCCIÓN: Lorena Espinosa.
"Irresistible" leyó Emmett. "Tengo la sensación de que
Renesmee podría ser buena en convencer a la gente de creer en ella."
"Por supuesto que lo es" sonrió Rosalie. "Ella es
preciosa."
Había demasiadas
cosas en las que pensar.
¿De dónde iba a
sacar tiempo para estar a solas y localizar al tal J. Jenks? Además, ¿Por qué
quería Alice que supiera algo de él?
"Será mejor que encuentres el tiempo. Esto es importante"
dijo Rosalie.
Si la pista de Alice
no tenía nada que ver con Renesmee, ¿Qué podía hacer para salvar a mi hija?
¿Y cómo le íbamos a
explicar las cosas a la familia de Tanya por la mañana? ¿Qué íbamos a hacer si
reaccionaban como Irina? ¿Y qué sucedería si al final todo derivaba en una
batalla?
"Oh, querida" dijo Esme, con cara de preocupación.
"No te preocupes. Ellos nos escucharán" dijo Carlisle
tranquilizadoramente.
Yo no sabía luchar.
¿Cómo iba a aprender en solo un mes?
"Es mejor si aprende lo más que pueda" dijo Jasper con
solemnidad.
"Lo sé" admitió Edward, pero él no se sentía mejor.
¿Es que había alguna
posibilidad de que me pudieran enseñar con la suficiente rapidez para que me
convirtiera en un peligro para cualquier miembro de los Vulturis?
Y ahora Edward estaba triste otra vez, porque realmente no había
ninguna posibilidad; no en esa cantidad de tiempo.
¿O estaba condenada
a ser una completa inútil, como cualquier otro neonato fácil de despachar?
Todo el mundo se estremeció ante esa declaración.
Necesitaba tantas
respuestas… aunque no parecía encontrar la ocasión para formular las preguntas.
Insistí en llevar a
Renesmee a la casa de la cabaña para dormir con el fin de mantener alguna
apariencia de normalida en su vida, Jacob estaba más cómodo en su forma de lobo
en ese momento. Lidiaba mejor con el estrés cuando se sentía preparado para
luchar. Deseé sentir lo mismo, poderme notar preparada, mientras él corría por
los bosques, montando guardia de nuevo.
Una vez que estuvo
profundamente dormida, la puse en su cama y fuimos hacia la habitación de la
entrada para que yo pudiera hacerle mis preguntas a Edward. Al menos aquellas
que podía hacer, ya que uno de los problemas más difíciles para mi era cómo
seguir ocultándole cosas, incluso con la ventaja de poder esconder mis
pensamientos.
Él permaneció de pie
dándome la espalda, con la mirada fija en el fuego.
–Edward, yo…
Se dio la vuelta y
cruzó la habitación en lo que pareció un tiempo inexistente, ni siquiera la
misma parte de un segundo. Solo tuve ocasión de registrar la feroz expresión de
su rostro antes de que sus labios se aplastaran contra los míos y sus brazos se
enredaran a mi alrededor como vigas de acero.
"Ahora me gustas más, Eddy," Emmett se rió entre dientes,
pero se detuvo cuando vio la mirada de dolor en el rostro de Edward.
No pude volver a
pensar en mis preguntas en el resto de la noche. Me llevó poco tiempo captar la
razón de ese estado de ánimo e incluso menos sentirme exactamente de la misma
manera.
Había estado
planeando que iba a necesitar años para poder aprender a controlar la pasión
física arrolladora que sentía por él. Y después siglos para disfrutarlo, pero
si ahora solo nos quedaba un mes para estar juntos… Bueno, no veía cómo
soportar un fin como ese. Por el momento, no podía hacer otra cosa salvo
comportarme de modo egoísta. Todo lo que quería era amarlo como fuera capaz en
el tiempo limitado que se nos había concedido.
"Oh" dijo Emmett.
Me resultó muy duro
apartarme de él cuando el sol se alzó, pero teníamos que hacer nuestro trabajo
que sería más difícil que todas las búsquedas juntas emprendidas por el resto
de la familia. Tan pronto como me permití pensar en lo que se avecinaba, me
puse en una tensión total. Sentía como si me estuvieran estirando los nervios
en un potro de tortura para dejarlos cada vez más finos.
–Desearía que hubiera
alguna manera de conseguir la información que necesitamos de Eleazar antes de
que les hablemos de Nessie –masculló Edward mientras nos vestíamos de forma
apresurada en aquel armario enorme que era un recordatorio más de Alice en un
momento poco apropiado. –Sólo por si acaso.
"Pero no tenemos idea de que información habla" dijo
Carlisle.
Alice, por otro lado, tenía el ceño fruncido por el hecho de que Bella
no quería recordarla, aunque en realidad no la culpaba. Ella todavía estaba
convencida de que no traicionaría a su
familia.
–Pero él no podría
comprender la pregunta para contestarla –admití. –¿Crees que nos dejarán que
nos expliquemos?
–No lo sé.
Alcé a Renesmee, que
aún dormía en su cama, y la sostuve tan cerca de mí que aplasté sus rizos
contra mi rostro. Su dulce olor, tan próximo, sobrepasaba a cualquier otro.
No podía malgastar
ni un solo minuto más. Estaban las respuestas que necesitaba conseguir y no
tenía la certeza de cuánto tiempo podríamos estar solos Edward y yo. Si todo
iba bien con la familia de Tanya, con un poco de suerte, estaríamos acompañados
por un largo tiempo.
–Edward, ¿me
enseñaras a luchar? –le pregunté y me tensé esperando su reacción, mientras me
sostenía la puerta para que saliera.
Edward se estremeció ante la idea.
"Es..." comenzó Jasper.
"Por su propio bien, si aprende a luchar" Edward terminó la
frase por él. "Pero no creo que pueda mirarla de esa manera..."
"Lo entiendo" dijo Jasper, mirando a Alice con tristeza.
Ocurrió como lo
esperaba. Se quedó helado, y entonces sus ojos me recorrieron con una gran
intensidad, como si me estuviera viendo por primera o por última vez. Su mirada
se detuvo en nuestra hija, que aún dormía en mis brazos.
–Si tiene lugar una
lucha, no habrá mucho que pueda hacer ninguno de nosotros –intentó escaparse
por la tangente.
Yo mantuve la voz
tranquila.
–¿Dejarías que fuera
incapaz de defenderme a mí misma?
Edward gimió.
"Ella siempre sabe qué decir para conseguir algo" sonrió
Emmett, pero no mostró ningún otro signo de diversión.
Él tragó saliva
convulsivamente, y cuando su mano apreto la puerta esta tembló y las bisagras
protestaron, pero luego asintió.
–Ya que lo pones de
ese modo… supongo que tendremos que ponernos a trabajar tan pronto como sea
posible.
Yo también asentí y
comenzamos a caminar hacia la casa grande, sin apresurarnos.
Me pregunté qué
podría hacer que nos trajera algo de esperanza o supusiera al menos una
diferencia. Yo era un poquito especial, a mi estilo… si tener un cráneo duro de
un modo casi sobrenatural podía en verdad considerarse como algo especial…
"Cráneo duro casi sobrenatural" Emmett no podía parar de
decirlo con una sonrisa.
¿En qué podría
emplearlo, cuál sería su utilidad?
–¿Cuál dirías tú que
es su principal ventaja? ¿Tienen alguna debilidad conocida?
"En realidad no" Jasper frunció el ceño.
Edward no tuvo que
preguntar para darse cuenta de que me refería a los Vulturis.
–Alec y Jane son lo
mejor que tienen de cara a una ofensiva –replicó con emoción, como si estuviera
hablando de un partido de baloncesto.
"Lo más probable es que estoy tan preocupado por esto que no tengo
ninguna emoción para poner en mi voz" se quejó Edward.
–Sus defensas rara
vez participan de la acción.
–Ya sé que Jane
puede prenderte fuego donde estés, al menos mentalmente hablando, pero, ¿Qué es
lo que hace Alec? ¿No me dijiste una vez que era incluso más peligroso que
Jane?
–Sí. De algún modo,
él es un antídoto de Jane. Ella te hace sufrir el dolor más intenso que puedas
imaginar, pero Alec, por otro lado, hace que no sientas nada. Absolutamente nada.
Algunas veces, cuando a los Vulturis les da por ser amables, permiten que Alec
anestesie a quien vayan a ejecutar, siempre que se haya rendido a tiempo o los
haya complacido de alguna otra manera.
"Eso no es mucha recompensa" frunció el ceño Emmett.
–¿Anestesia? ¿Y por
qué eso lo hace más peligroso que Jane?
–Porque te priva por
completo de sensaciones, y no sientes dolor, pero tampoco puedes ver, oír u
oler.
Todo el mundo se estremeció; todos ellos confiaban en sus sentidos más
que nada, y que se cortaran sería insoportable.
"Una vez más, no es muchoa recompensa" murmuró Emmett.
–Es una total
privación sensorial y te quedas solo en la oscuridad. Ni siquiera experimentas
la quemazón de las llamas en la hoguera.
Me eché a temblar.
¿Era esto lo mejor a lo que podía aspirar? ¿A no ver o sentir cuando viniera la
muerte?
–Eso es lo que lo
hace tan peligroso como Jane –continuó Edward con la misma vos indiferente.
–Ambos pueden incapacitarte, convertirte en un objetivo indefenso. La
diferencia entre ellos es la misma que entre Aro y yo. Aro escucha la mente de
una sola persona por vez y Jane solo puede hacer daño al objetivo sobre el que
se concentre. Yo soy capaz de oír a todo el mundo al mismo tiempo.
Sentí frío mientras
veía adónde quería ir él a parar.
–Entonces, ¿Alec
conseguiría incapacitarnos a todos al mismo tiempo? –susurré.
–Sí –respondió él.
–Si usa su don contra nosotros, todos nos quedaremos ciegos y sordos hasta que
nos caigan encima para matarnos…
"Todos, excepto ella, por supuesto" dijo Emmett.
Edward miró a su hermano y sus ojos estaban en pánico.
"Tal vez ella podría..." comenzó Emmett.
"Ella no tendría ninguna oportunidad... estaría sola" Edward
tragó saliva.
"Pero si ella puede acabar con Alec, entonces tendríamos una
oportunidad" declaró Emmett sin rodeos, negándose a ser desviado por las
preocupaciones de su hermano.
"Dudo que Jane le permita llegar a alguna parte cerca de él"
comentó Jasper con gravedad.
–Y en este caso,
quizá simplemente nos quemen en vez de partirnos en trozos primero. Oh, claro
que podemos intentar luchar, pero lo más probable es que terminemos haciéndonos
daño unos a otros antes de que seamos capaces de herirlos a ellos.
Caminamos en
silencio durante unos cuantos segundos.
Se estaba formando
una idea en mi cabeza. No resultaba muy prometedora, pero era mejor que nada.
–¿Crees que Alec sea
un buen luchador? –le pregunté.
"Ven, ella piensa a lo largo de mis líneas" dijo Emmett.
Y Edward entró en pánico, su mirada de dolor se intensificó.
–Aparte de lo que es
capaz de hacer, claro. Me refiero a si tuviera que pelear sin su don. Me
pregunto incluso si ha llegado a intentarlo alguna vez.
Edward me echó una
ojeada de repente.
–¿En qué estás
pensando?
Me limité a mirar al
frente.
–Bueno, posiblemente
no podrá hacerme eso a mí, ¿no? Si lo que hace es como lo de Aro, Jane o lo
tuyo. Quizá… si él nunca ha tenido que defenderse… y si yo he llegado a
aprender unos cuantos trucos…
"Ella tiene un punto. Yo apuesto a que no ha trabajado en sus
habilidades de combate tanto como pudo" dijo Emmett.
"Como dije, eso no importa realmente" Jasper frunció el ceño.
"Ella va a estar a solas con todo el ejército de los Volturi..."
"¡Lo entendemos!" dijo Edward entre dientes. No podía tener
esa imagen en la cabeza.
–El ha estado con
los Vulturis durante siglos –me cortó Edward, con la voz teñida de pánico. Lo
más probable es que estuviera viendo la misma imagen en su mente que yo: los
Cullen de pie, inermes, como pilares insensibles en el campo de batalla… todos
menos yo. Sería la única que podría luchar. –Sí, tal vez seas inmune a su
poder, pero todavía eres una neófita, Bella. no puedo convertirte en una
luchadora tan buena en solo unas pocas semanas. Estoy seguro de que él, al
menos, ha recibido entrenamiento.
–Quizá sí, quizá no.
Es la única cosa que yo soy capaz de hacer y los demás no. Incluso aunque solo
consiga distraerlo durante un rato… ¿Podría durar lo suficiente para darles a
los otros una oportunidad?
–Por favor, Bella
–replicó Edward entre dientes. –No hablemos más de esto.
–Sé razonable.
–Intentaré enseñarte
lo que pueda, pero por favor no me hagas pensar en que eso serviría para que te
inmolaras como distracción… –la voz se le ahogó, y no logró terminar.
Estaba claro que Edward no era el único que no podía soportar pensar en
esa imagen, Esme se estremeció y se volvió a los brazos de Carlisle, buscando
un abrazo.
Yo asentí. Tendría
que hacer mis planes a solas. Primero Alec, y si contaba con una suerte
milagrosa y lo vencía, después Jane. Solo con que fuera capaz de igualar algo
las cosas y nivelar la abrumadora ventaja de los Vulturis en la ofensiva,
quizás entonces podría haber alguna oportunidad. Mi mente se desbocó al
imaginar semejante posibilidad. ¿Qué ocurriría si conseguía distraerlos o
quitarlos de en medio? Honestamente, ¿Por qué habrían tenido que aprender Jane
o Alec habilidades de combate?
"Me gusta su manera de pensar" sonrió Emmett.
"Em..." Edward gruñó una advertencia.
"Relax, hermano. Lo entiendo" Emmett puso los ojos en blanco.
"Para un lector de la mente, no estás realmente haciendo tu trabajo
correctamente en este momento."
Edward puso los ojos en blanco por los pensamientos de Emmett sobre
cómo él y Bella piensan igual.
No alcanzaba a
imaginarme a la pequeña Jane, tan petulante, cediendo lo más mínimo de su
ventaja, ni siquiera para aprender.
"Probablemente tiene razón en eso" dijo Jasper. "Es más
probable que Jane no habría aprendido tanto como pudo, aunque Alec podría ser
un caso diferente."
Edward hizo una mueca cuando su hermano estaba pensando con nostalgia
alguna manera de ser capaz de utilizar las ventajas de Bella contra sus
oponentes. Sería realmente atrapar a los Volturi con la guardia baja si eso era
posible.
Si era capaz de
matarlos, menuda diferencia marcaría eso.
–Tengo que
aprenderlo todo. Tanto como sea posible introducir en mi cabeza en el próximo
mes –murmuré.
Él actuó como si yo
no hubiera hablado.
Entonces, ¿Cuál
sería el siguiente? Mejor que pusiera mis planes en orden de modo que, si vivía
después de agredir a Alec, no hubiera ninguna vacilación en mi próximo ataque.
Intenté pensar en otra situación donde un cráneo duro como el mío me diera una
ventaja. No sabía mucho de las capacidades de los demás. Resultaba obvio que
luchadores como el gigantesco Feliz estaban más allá de mis posibilidades. Lo
único que podía intentar era ofecerle a Emmett la oportunidad de una lucha
justa.
"Gracias, hermana" Emmett sonrió mientras Edward se
estremecia ante la idea de que ella siquiera de acercase a alguien como Félix.
Tampoco sabía mucho
sobre el resto de la guardia de los Vulturis, aparte de Demetri…
Mi mente se mantuvo
por completo serena mientras reflexionaba sobre Demetri.
"De ninguna manera" siseó Edward.
"Pero Demetri es alguien que necesita ser liquidado" frunció
el ceño Jasper. "En realidad es la mayor amenaza para nosotros en este
momento... teniendo en cuenta que él es el que nos va a seguir..."
Edward asintió con la cabeza de acuerdo. "Voy a encargarme de
Demetri."
Jasper miró a Edward con cuidado. "Eso probablemente sería lo
mejor.
Sin duda, sería un
buen luchador. No había ninguna otra razón por la que hubiera podido sobrevivir
tanto tiempo, siempre en la punta de lanza de cualquier ataque. Y siempre debía
ser el líder, ya que era su rastreador… probablemente el mejor rastreador del
mundo. Sin duda alguna, porque, si hubiera habido alguno mejor, los Vulturis se
habrían hecho con él, Aro no se conformaba jamás con los segundones.
Si Demetri no
existiera, entonces podríamos huír. Al menos, los supervivientes. Mi hija, tan
cálida en mis brazos… Alguien podría escapar con ella, Jacob o Rosalie, quien
quedara.
Y… si Demetri no
existiera, entonces Alice y Jasper estarían a salvo para siempre. ¿Era eso lo
que Alice había visto, que parte de su familia podría salir adelante? Al menos,
ellos dos.
Alice hizo una mueca.
"Vas a tener que lidiar con pensamientos como este por el resto del
libro," dijo Edward con frialdad.
"Lo sé" murmuró Alice.
¿Le envidiaría eso a
ella?
–Demetri… –dije.
–Demetri es mío
–replicó de nuevo Edward, con una voz tensa y dura. Lo miré con rapidez y vi
que su espresión se había vuelto violenta.
–¿Por qué? –le
susurré.
Él al principio no
contestó. Estábamos ya casi al lado del río cuando al fin murmuró.
–Por Alice. Es la
única muestra de agradecimiento que puedo ofrecerle por los últimos cincuenta años.
Gracias, pensó Alice y Edward hizo una mueca.
De modo que sus
pensamientos iban en la misma dirección que los míos.
Escuché las fuertes
pisadas de las patas de Jacob golpeando con un ruido sordo el suelo helado. En
unos segundos, se estaba paseando delante de mí, con sus ojos oscuros clavados
en Renesmee.
Le dediqué un
asentimiento y luego volví a mis preguntas. Teníamos poco tiempo.
–Edward, ¿Por qué
crees que Alice nos dijo que le preguntáramos a Eleazar por los Vulturis? ¿Ha
estado él en Italia hace poco o algo parecido? ¿Qué podrá saber?
"Parece que no le has contado mucho sobre los Denali todavía"
se rió Emmett. "No estoy seguro de que le va a gustar oír esto."
–Eleazar conoce todo
lo referente a los Vulturis. Se me había olvidado que tú no lo sabías. Él formó
parte de ellos.
Siseé de forma
involuntaria.
"Ven" Emmett se echó a reír.
Y Jacob rugió a mi
lado.
–¿Qué…? –le pregunté
con la voz llena de exigencia, imaginándome al hermoso hombre de pelo negro que
asistió a nuestra boda envuelto en una capa larga, de color ceniciento.
El rostro de Edward
tenía ahora un aspecto más apacible e incluso sonrió un poquito.
–Eleazar es una
persona muy buena. No era del todo feliz con los Vulturis, pero respetaba la
ley y la necesidad de defenderla. Sentía que estaba trabajando por el bien
común y no lamenta nada del tiempo que pasó con ellos, pero cuando se encontró
con Carmen, halló su lugar en el mundo. Son gente muy parecida, ambos son muy
compasivos para ser vampiros –él sonrió de nuevo. –Se encontraron con Tanya y
sus hermanas y nunca miraron hacia atrás. Tenían madera para este nuevo estilo
de vida. Si no se hubieran encontrado nunca con Tanya, me imagino que habrían
descubierto algún día por ellos mismos una manera de vivir sin sangre humana.
Las imágenes
desentonaban en mi mente, no había forma de que pudiera casarlas, ¿un soldado
de los Vulturis compasivo?
Emmett resopló. "Esa es buena, Bella."
Edward rodó sus ojos, de acuerdo en que la imagen en realidad no
coincidía con él tampoco. No después de leer estos libros.
Edward le echó una
mirada a Jacob y respondió a su pregunta.
–No, él no era uno
de sus guerreros, hablando en sentido estricto. Pero tiene un don que
encontraban conveniente.
Jacob debió de
preguntar la obvia cuestión que surgía a continuación.
"¿Qué?" Emmett se rió entre dientes, encontrando su
comentario más divertido que lo que debería haber sido.
–Él tenía un
instinto especial para captar los dones de los demás, las capacidades
extraordinarias que disfrutan algunos vampiros –le contestó Edward. –Sabía
darle a Aro una idea general de lo que cada vampiro concreto era capaz de hacer
sólo con estar en sus proximidades. Esto era muy conveniente cuando los
Vulturis entraban en combate, si alguien en el aquelarre que se les enfrentaba
tenía alguna habilidad que pudiera causarles algún problema. Pero claro, algo
así era poco habitual, debía tratarse de una capacidad realmente sobresaliente
para que pusiera un inconveniente para los Vulturis, ni siquiera durante un
momento. Más a menudo, el aviso servía a Aro para salvar a aquellos enemigos
que pudieran serle de utilidad. Hasta cierto punto, el don de Eleazar funciona
incluso con humanos. Ha de concentrarse mucho en ese caso, claro, poque la
habilidad latente en un mortal es más confusa. Aro le hacía probar a la gente
que quería que se les uniera para ver si tenían algún potencial. Por eso sintió
mucho su marcha.
"Sí, lo apuesto" dijo Emmett. "Debe haber sido más
difícil para él encontrar nuevos juguetes."
"Esa es una teoría interesante" dijo Edward, mirando a Emmett
cuidadosamente.
–¿Lo dejaron
marchar? –le pregunté. –¿Así porque si?
Su sonrisa era ahora
más sombría y algo torcida.
–Se supone que los
Vulturis no son los villanos, como a ti te lo parecen. Son los cimientos de
nuestra civilización y de la paz. Cada miembro de la guardia escoge servirles,
y se trata de algo muy prestigioso. Todos se sienten orgullosos de estar allí,
y no se les puede porzar a ello.
"Es extraño lo mucho que estos libros han cambiado mi opinión
acerca de los Volturi" dijo Edward.
Miré al suelo con
mala cara.
–En teoría solo les
parecen malvados y abyectos a los criminales, Bella.
"No somos criminales" Esme y Emmett dijeron indignados.
"No, pero sí parece que lo fueramos" dijo Carlisle con
gravedad.
–Nosotros no somos
criminales.
Jacob resopló, de
acuerdo con mi afirmación.
–Ellos no lo saben.
–¿Crees de verdad
que podemos hacer que se detengan el tiempo necesario para que nos escuchen?
Edward vaciló justo
lo mínimo y después se encogió de hombros.
–Si encontramos
suficientes amigos que nos apoyen, tal vez.
Sí. Repentinamente
percibí la importancia de lo que teníamos que hacer ese día. Edward y yo
comenzamos a movernos con más rapidez, hasta que por fin rompimos a correr y
Jacob nos siguió de modo inmediato.
–No creo que Tanya
tarde mucho más –comentó Edward. –Tenemos que estar preparados.
Pero, ¿Cómo nos
íbamos a preparar? Organizamos las cosas una y otra vez, las pensabamos y las
volvimos a pensar.
"¿Quién pensó que sería una buena idea dejar a las dos personas
que es más probable que se preocupen por saludar a los vampiros de
entrada?" cuestionó Emmett con una sonrisa.
"El don de Edward sería el más útil" dijo Carlisle.
"Además, son los padres de Renesmee. Tienen que estar cerca de
ella" añadió Esme.
¿Dejaríamos a
Renesmee a la vista o la esconderíamos al principio? Y Jacob ¿debería estar en
la habitación o fuera? Él había ordenado a su manada que permaneciera cerca sin
dejarse ver. ¿Haría él lo mismo?
Al final, Renesmee,
Jacob –de nuevo en su forma humana– y yo, esperamos en el comedor, situado al
otro lado de la esquina a la que daba la puerta principal, sentados ante la
gran mesa de madera pulida. Jacob me dejó que sostuviera a Renesmee, quería
espacio por si tenía que entrar en fase con rapidez.
Aunque estaba
contenta de tenerla entre mis brazos, aquello me hizo sentir inútil. Me recordó
que, en una lucha con vampiros maduros, no era más que un objetivo fácil y no
necesitaba tener las manos libres.
"Ah, pobre Bella, siendo inútil" se rió Emmett.
–intenté evocar a
Tanya, Kate, Carmen y Eleazar en la boda. Sus rostros aparecieron opacos en mis
recuerdos escasamente iluminados. Solo sabía que eran hermosos, dos rubias y
dos morenos. No podía rememorar si había algún rastro de amabilidad en sus
ojos.
"No te preocupes, son muy agradables" dijo Esme, aunque
parecía como si estuviera tratando de tranquilizarse a sí misma al mismo tiempo
de que nada malo iba a suceder.
Edward se reclinó,
inmóvil contra la pared donde estaba la ventana trasera, mirando con fijeza
hacia la puerta principal, aunque no parecía que estuviera viéndola.
Escuchamos el
zumbido del motor de los coches al pasar por la autovía, sin que ninguno de
ellos disminuyera la velocidad.
Renesmee se acomodó
pegada a mi cuello, con la mano contra mi mejilla pero sin imágenes en su
mente. No tenía ninguna imagen para lo que sentía en esos momentos.
Esme y Rosalie suspiraron, preocupadas por como Renesmee lo estaba
tomando.
–¿Y qué pasará si no
les gusto? –susurró y todos nuestros ojos se dirigieron hacia ella.
"No se preocupen, ella es irresistible, ¿recuerdan?" dijo
Emmett, recordándoles el título del capítulo, y Esme y Rosalie (y Edward
también) aligeraron un poco la expresión.
–Claro que les…
–comenzó a decir Jacob, pero yo lo silencié con una mirada.
–Ellos no comprenden
tu existencia, Renesmee, porque jamás se han encontrado con nadie como tú –le
expliqué, sin querer mentirle con promesas que podían no hacerse realidad.
"Supongo que es mejor para Nessie. Ella entiende lo que está en
riesgo aquí" Carlisle suspiró.
–El problema está en
hacérselo entender.
Ella suspiró, y en
mi mente relampaguearon imágenes de todos nosotros en un súbito y rapido pase.
Vampiros, humanos, licántropos. Ella no encajaba en ningún sitio.
Todo el mundo frunció el ceño; sentimientos de tristeza para Renesmee
que entendió que era diferente.
–Tú eres especial, y
eso no es malo.
Ella sacudió la
cabeza expresando así su desacuerdo. Pensó en nuestras caras tensas y dijo:
–Es culpa mía.
Emmett empujó los labios y trató de no reírse.
"Eso no es divertido" le gruñó Rosalie. "Y no es
definitivamente cierto."
"No es eso, sólo estaba pensando que realmente es la hija de sus
padres" dijo Emmett, riendo en voz alta.
"Oh" dijo Rosalie y tuvo que sonreír. "Tienes un punto."
–No –Jacob, Edward y
yo dijimos al mismo tiempo, pero antes de que pudiéramos argumentar algo más,
escuchamos el sonido que habíamos estado esperando: el de un motor que reducía
la velocidad en la autovía y el de las cubiertas de las ruedas moviéndose del
asfalto a la tierra.
Edward salió disparado
hacia la esquina para esperarlos en la puerta y Renesmee se escondió entre mi
pelo, Jacob y yo nos quedamos mirándonos el uno al otro a través de la mesa,
con la desesperación pintada en las caras.
El coche se trasladó
con rapidez a través del bosque, con un estilo de conducción más rápido que el
de Sue o Charlie. Lo escuchamos atravesar el prado y pararse delante del porche
delantero, y luego cómo se abrían las cuatro puertas y se cerraban. No hablaron
mientras se aproximaban hacia la puerta y Edward la abrió antes de que
llamaran.
–¡Edward! –exclamó
una voz femenina con entusiasmo.
–Hola, Tany, Kate,
Eleazar, Carmen.
Los tres murmuraron
saludos.
–Carlisle nos dijo
que necesitaba hablar con nosotros de forma urgente –comenzó la primera voz,
Tanya, y percibí que todos permanecían en el exterior de la casa. Me imaginé
que Edward estaba en la entrada, bloqueándoles el paso.
"Eso es grosero, Edward" reprendió Esme y luego suspiró
"pero supongo que es necesario en este caso."?
–¿Cuál es el
problema? ¿Algún lío con los licántropos?
"No, y no se ve como que volvamos a tener problemas con ellos de
nuevo" dijo Carlisle, encontrando el placer con ese hecho.
Jacob puso los ojos
en blanco.
–No –dijo Edward.
–Nuestra tregua con los hombres lobo es más fuerte que nunca.
Una mujer se echó a
reír entre dientes.
–¿Vas a invitarme a
entrar o no? –preguntó Tanya, y después continuó hablando sin esperar
respuesta. –¿Dónde está Carlisle?
–Ha tenido que
marcharse.
Se hizo un corto
silencio.
–¿Qué es lo que está
pasando, Edward? –inquirió Tanya con voz exigente.
–Si me concedieran
el beneficio de la duda durante unos cuantos minutos –respondió él. –Tengo algo
difícil que explicar y necesito que mantengan una actitud abierta hasta que
puedan entenderlo.
–¿Carlisle está
bien? –preguntó una voz masculina con ansiedad, Eleazar.
"No, es Carmen. Ella tiene una voz masculina también" dijo
Emmett riendo.
"Idiota" Rosalie puso los ojos en blanco.
–Ninguno de nosotros
se encuentra bien, Eleazar –le informó Edward y después palmeó algo, quizás el
hombro del vampiro. –Pero al menos fisícamente, sí, se encuentra bien.
–¿Físicamente?
–preguntó Tanya de repente. –¿Qué quieres decir?
–Que toda mi familia
corre un peligro muy grave, pero antes de que me explique, les pido que me
prometan que lo escucharan todo antes de reaccionar. Les suplicó que oigan toda
la historia primero.
"Ves lo que digo. Eddy sólo los pone a todos más nerviosos"
se rió Emmett. "Hace que parezca como si fuera el fin del mundo y de
todos."
"Bueno, es cierto ¿no es así?" Edward se quejó. Pensó que
estaba manejando esto muy bien.
Su petición se
encontró con un silencio más largo, tenso, a lo largo del cual Jacob y yo nos
miramos el uno al otro sin palabras. Sus labios rojizos palidecieron.
–Estamos escuchando
–dijo Tanya al fin. –Lo escucharemos todo antes de juzgar nada.
–Gracias, Tanya
–repuso Edward con fervor. –No los habríamos implicado en esto de haber tenido
otra posibilidad.
Edward se puso en
marcha y percibímos cuatro pares de pasos cruzando la entrada.
Alguien olisqueó.
–Yo sabía que esos
licántropos tenían que estar en el asunto –masculló Tanya.
Rosalie gruñó a la casa oliendo como los hombres lobo.
–Sí, y están de
nuestro lado. Otra vez.
El recuerdo de lo
sucedido silenció a Tanya.
–¿Dónde está tu
Bella? –inquirió otra de las voces femeninas. –¿Cómo se encuentra?
–Se nos unirá
pronto. Y ella está bien, gracias. Se ha incorporado a la inmortalidad con una
sorprendente finura.
–Cuéntanos en qué
consiste el peligro, Edward –solicitó Tanya en voz baja. –Todos te escucharemos
y estaremos de su lado, donde pertenecemos.
Edward inhaló un
gran trago de aire.
–Primero quiero que
lo vean por ustedes mismos. Presten atención… en la otra habitación. ¿Qué oyen?
"Hm... interesante manera de hacer las cosas" dijo Carlisle.
"Mostrando cómo Nessie no podía ser un niño inmortal antes de que la vean...
darles algo en que pensar cuando en realidad la conozcan."
"Espero que funcione" dijo Edward.
"Apuesto a que reaccionan de forma exagerada al principio" se
rió Emmett. "Esto debe ser divertido."
"¿Divertido?" dijo Edward con disgusto, pero Emmett no le
hizo caso y empezó a leer de nuevo.
Se hizo un nuevo
silencio y después algo se puso en movimiento.
–Solo escuchen, por
favor –insistió Edward.
–Un hombre lobo,
supongo. Puedo oír su corazón –repuso Tanya.
–¿Qué más? –preguntó
Edward.
Se hizo una pausa.
–¿Qué es ese sonido
como de repiqueteo? –preguntó Carmen o Kate. –¿Es… alguna clase de pájaro?
"Bueno, si ella era Inglesa... sí" dijo Emmett riendo.
"Idiota" dijeron
Rosalie y Edward al mismo tiempo.
"¿Qué? Pensé que era divertido" Emmett se encogió de hombros,
sin dejar de reír.
–No, pero recuerden
lo que han oído. Ahora, ¿Qué huelen? Además del licántropo.
–¿Hay ahí un humano?
–susuró Eleazar.
–No –Tanya expresó
su desacuerdo. –No es humano, pero… es más cercano a lo humano que el resto de
los olores que hay por aquí. ¿Qué es eso, Edward? No creo que haya olido nada
igual en toda mi vida.
"Definitivamente no" dijo Carlisle. Ahora estaba sonriendole
a Edward, pensando que esto era una excelente manera de que se den cuenta de la
verdad.
–Seguro que no,
Tanya. Por favor, por favor, recuerden que esto es algo por completo nuevo para
ustedes. Aparten sus ideas preconcebidas.
–Te prometimos que
te escucharíamos, Edward.
–Muy bien, entonces,
¿Bella? Traénos a Renesmee, por favor.
Sentí las piernas
extrañamente dormidas, pero sabía que esa sensación solo estaba en mi cabeza.
Me forcé a no refrenarme, a no moverme con lentitud cuando me puse en pie y
caminé los pocos pasos que había hasta la esquina. El calor del cuerpo de Jacob
flameó muy cerca de mí mientras me seguía.
Di un paso más hacia
la habitación grande y entonces me detuve, incapaz de caminar más. Renesmee
inhaló en profundidad y después se asomó para mirar por debajo de mi pelo, con
sus pequeños hombros tensos, esperando ser rechazada.
Esme parecía a punto de llorar al pensar en que fuera rechazada y
Rosalie se tensó, que parece que le arrancaría la cabeza a cualquiera que se
atreviese a hacerla sentir así a su sobrina.
Pensé que me había
preparado para su reacción, para las acusaciones, los gritos, para la
inmovilidad del estrés agudo.
Tanya saltó hacia
atrás cuatro pasos, con sus rizos del color de las fresas temblorosos, como un
humano que se enfrentara a una serpiente venenosa. Kate también recorrió a
saltos hacia atrás todo el camino hacia la puerta principal y tanteó a ciegas
para ver dónde tenía la pared a sus espaldas. De entre sus dientes apretados
brotó un siseo mezcla de sorpresa y miedo. Eleazar se agazapó delante de Carmen
en una postura defensiva.
Emmett no podía dejar de reír. La imagen de sus amigos volviendose así
mismos a encogerse delante de la niña era demasiado divertida para no hacerlo.
Todo el mundo se sorprendió, aunque cuando Edward se rió.
"Edward, esto no es gracioso" le espetó Rosalie.
"Lo siento" dijo Edward, mirando más serio de nuevo. "Es
sólo que Emmett tiene una buena imaginación."
"Lo sé, ¿verdad?" se rió Emmett. "Eso habría sido una
pasada hilarante para ver."
–Oh, por favor
–escuché quejarse a Jacob para sus adentros.
Edward puso el brazo
alrededor de mí y de Renesmee.
–Prometieron
escuchar –les recordó.
–¡Hay algunas cosas
que no deben escucharse! –exclamó Tanya. –¿Cómo has podido, Edward? ¿Es que no
sabes lo que esto significa?
–Tenemos que salir
de aquí –replicó Kate con ansiedad, con la mano en el pomo de la puerta.
–Edward… –Eleazar
parecía encontrarse más allá de las palabras.
–Esperen –dijo
Edward, con la voz endurecida ahora. –Recuerden lo que oyeron, lo que olieron.
Renesmee no es lo que creen.
–No hay excepciones
a esa regla, Edward –replicó Tanya con brusquedad.
–Tanya –replicó
Edward con dureza. –¡Has oído el sonido de su corazón! Para y piensa en lo que
eso significa.
–¿El latido de su
corazón? –susurró Carmen, mirando por encima del hombro de Eleazar.
"Sí, sería ella la que vería razón primero" dijo Carlisle.
"Ella no está obligada por su miedo al igual que las hermanas, ni cómo los
Volturi defienden sus leyes sin piedad, al igual que Eleazar lo sabe."
–No es una niña
vampira completa –respondió Edward, dirigiendo su atención a la expresión menos
hostil de Carmen. –Es semihumana.
Los cuatro vampiros
se le quedaron mirando como si estuviera hablando en un idioma ininteligible
para todos llos.
"No se los puede culpar por eso" dijo Emmett.
"No, no, siempre y cuando escuchen a la razón ahora" Edward
estuvo de acuerdo.
–Escuchenme –la voz
de Edward se moduló ahora hacia su aterciopelado tono de persuasión. –Renesmee
es única en su especie. Yo soy su padre; no su creador, no, soy su padre
biológico.
La cabeza de Tanya
temblaba, aunque era un movimiento cas imperceptible. Ella no parecía ser
consciente.
–Edward, no puedes
esperar de nosotros que… –comenzó Eleazar a hablar.
–Pues dame otra
explicación que te encaje, Eleazar. Puedes sentir la calidez de su cuerpo en el
aire. La sangre corre por sus venas, Eleazar, puedes olerla.
–¿Cómo ha sucedido
esto? –preguntó Kate, casi sin aliento.
–Bella es su madre
biológica –le contestó Edward. –Concibió, la llevó en su seno, y dio a luz a
Renesmee mientras todavía era humana. Eso casi la mató, así que me vi obligado
a introducir una cantidad suficiente de ponzoña en su corazón para salvarla.
Edward se estremeció; otro miedo, más poderoso del que se trataba en el
libro, lo golpeó. ¿Y si él no era capaz de salvarla en esta realidad?
"No te preocupe, Edward" dijo Jasper suavemente, sintiendo el
cambio en su estado de ánimo y sabiendo qué lo causó. "Vamos a estar más
preparados."
Edward asintió con la cabeza y Emmett empezó a leer de nuevo.
–Nunca había oído
hablar de una cosa así –replic´Eleazar. Tenía todavía los hombros rígidos y una
expresión fría en el semblante.
–Las relaciones
íntimas entre vampiros y humanos no son frecuentes –contestó Edward, ahora con
algo de humor negro en su tono. –Y que existan humanos que hayan sobrevivido a
este tipo de citas, menos aún. ¿No están de acuerdo, primas?
Tanto Tanya como
Kate lo miraron con cara de pocos amigos.
"Creo que no es el momento para burlarse de ellas por eso"
Esme frunció el ceño.
"Lo siento" se encogió de hombros Edward.
–Fíjate bien ahora,
Eleazar. Seguro que puedes apreciar el parecido.
Pero fue Carmen la
que respondió a las palabras de Edward. Dio un paso para salir de detrás del
vampiro, ignorando su advertencia a medias y caminó con cautela hasta
permanecer justo delante de mí. Se inclinó con ligereza, mirando cuidadosamente
el rostro de Renesmee.
–Parece que tienes
los ojos de tu madre –comentó con una voz tranquila y baja, –pero el rostro de
tu padre –y después, como si no hubiera podido evitarlo, le sonrió.
Todo el mundo estaba sonriendo ahora también, un peso parecía haber
sido levantado con esa reacción.
La sonrisa de
Renesmee en respuesta fue deslumbrante. Rozó mi rostro sin apartar la mirada de
Carmen. Se imaginaba tocando el rostro de Carmen y se preguntaba si eso estaría
bien.
"Mmm... esto debe ser interesante" sonrió Carlisle mirando
hacia adelante a su reacción al don de Renesmee.
"¿Cómo es que no le gritaron por decir algo así?" Emmett hizo
un puchero. "Pero en cualquier momento yo lo digo y..."
"Es Carlisle" Edward se encogió de hombros, sabiendo que
molestaría a Emmett más.
–¿Te importaría que
la misma Renesmee te lo cuente? –le pregunté a Carmen. Todavía estaba demasiado
tensa para poder hablar en voz más alta que un simple susurro. –Tiene un don
para explicar las cosas.
Carmen todavía le
sonreía a la niña.
–¿Hablas, pequeña?
–Sí –respondió con
su aguda voz de soprano. Toda la familia de Tanya se estremeció ante el sonido
de su voz, salvo Carmen.
Emmett se rió de ellos tenían miedo de la niña de nuevo, y cuando leyó
su voz estaba llena de diversión.
–Pero puedo
mostrarte más cosas de las que puedo contar.
Colocó su pequeña
mano llena de hoyuelos en la mejilla de Carmen.
La vampira se envaró
como si le hubieran aplicado una corriente eléctrica. Eleazar estuvo a su lado
en un instante, con las manos en sus hombros como si fuera a apartarla con
brusquedad.
"Tienes razón, esto es interesante" rió Emmett.
–Espera –pidió
Carmen casi sin aliento, con sus ojos que no pestañeaban fijos en Renesmee.
La niña le mostró a
Carmen su explicación durante un buen rato. El rostro de Edward permaneció
atento mientras observaba, y yo hubiera deseado tanto poder oír lo que él
escuchaba… Jacob cambió el peso de un pie a otro con impaciencia a mis espaldas
y supe que también habría querido lo mismo.
–¿Qué le esta
enseñando Nessie? –gruñó entre dientes.
–Todo –murmuró
Edward.
Pasó otro minuto y
Renesmee dejó caer la mano del rostro de Carmen y sonrió con alegría a la
asombrada vampira.
"Creo que me gusta mucho tu hija" se rió Emmett.
"Gracias, Em. Eso siempre es agradable de escuchar" sonrió
Edward.
–Realmente es tu
hija, ¿a que si? –comentó Carmen casi sin aliento, moviendo sus grandes ojos de
color topacio al rostro de Edward, –¡qué don tan vivo! Esto solo podía venir de
un padre igual de bien dotado.
–¿Crees lo que te ha
contado? –preguntó Edward, con una expresión llena de intensidad.
–Sin ninguna duda
–replicó Carmen con sencillez.
El rostro de Eleazar
estaba rígido de la angustia.
–¡Carmen!
Ella le tomó las
manos con las suyas y se las apretó.
–Aunque parezca
imposible, Edward no nos ha dicho más que la verdad. Deja que la niña te lo
muestre.
Carmen empujó a
Eleazar hacia mí y luego asintió a Renesmee.
–Enséñaselo, querida mía.
Renesmee sonrió de
oreja a oreja, de alegría por la aceptación de Carmen, y tocó a Eleazar en la
frente con un toque ligero.
–¡Ay, caray! –escupió él, y saltó hacia
atrás.
"Oh, vamos. No es que da miedo, ¿verdad?" preguntó Emmett.
"Sería una especie de shock, estoy seguro" dijo Carlisle.
"Me hubiera gustado haber visto la forma en que reaccionamos a esto."
–¿Qué es lo que te
ha hecho? –inquirió Tanya al mismo tiempo que se acercaba, embargada por la
preocupación. Kate también se deslizó hacia delante.
–Solo está
intentando mostrarte su lado de la historia –le dijo Carmen con voz
tranquilizadora.
Renesmee frunció el
ceño con impaciencia.
–Ven, mira, por
favor –le ordenó a Eleazar.
Todo el mundo se rió.
"Ella tiene tu actitud, Eddy" rió Emmett.
Le extendió la mano
y después dejó unos cuantos centímetros entre sus dedos y su rostro, esperando.
Eleazar le echó una
ojeada suspicaz y después clavó sus ojos en Carmen buscando su ayuda. Ella
asintió para darle ánimos. El vampiro inhaló un gran trago de aire y después se
inclinó hacia ella hasta que su frente tocó la pequeña mano otra vez.
Él se estremeció
cuando el proceso comenzó pero se quedó quieto en esta ocasión, con los ojos
cerrados, concentrado.
–Ahh –suspiró cuando
sus ojos se reabrieron unos cuantos minutos más tarde. –Ya veo.
Renesmee le sonrió.
Él vaciló, y después le devolvió una sonrisa desganada en respuesta.
–¿Eleazar? –preguntó
Tanya.
–Es todo cierto,
Tanya. No es una niña inmortal, es semihumana. Ven. Míralo por ti misma.
En silencio. Tanya
acudió a su vez para colocarse delante de la niña con ademán precavido y
después Kate, ambas mostrándo sorpresa cuando les llegó la primera imagen al
contacto de Renesmee pero luego, en cuanto terminó, parecieron del todo
convencidas, igual que Carmen y Eleazar.
Dirigí una mirada al
rostro tranquilo de Edward, preguntándome si podía ser tan fácil. Sus ojos
dorados lucían claros, sin sombras. No había engaño en esto, entonces.
–Gracias por
escucharnos –dijo con voz serena.
–Pero aún existe el
grave peligro del que nos hablaste –le dijo Tanya a su vez, –ya veo que no
procede directamente de esta niña, pero entonces ha de proceder de los
Vulturis. ¿Cómo han llegado a saber de ella? ¿Cuándo vendrán?
Esme se estremeció. Su alivio porque ellos aceptaran a Renesmee se
desvaneció al pensar en lo difícil que iba a ser para ellos el saber que era su
propia hermana la que trajo este problema. A pesar de que odiaba lo que había
sucedido, ella sabía que sería más difícil, para las hermanas, en particular,
escuchar eso.
No me sorprendió su
rápida comprensión de las cosas. Después de todo, ¿de dónde podría venir una
amenaza a una familia tan fuerte como la mía? Solo de los Vulturis.
"Es cierto" dijo Emmett. "Pero vamos a patear su
trasero."
–El día en que Bella
vio a Irina en las montañas –le explicó Edward, –tenía a Renesmee con ella.
Kate siseó,
entrecerrando los ojos hasta convertirlos en rendijas.
–¿Ha sido Irina
quien ha hecho esto? ¿A ustedes? ¿A Carlisle? ¿Irina?
–No –susurró Tanya.
–Ha debido de ser otra…
Todo el mundo se puso rígido.
–Alice la vio
acudiendo a ellos –comentó Edward. Me pregunté si los demás notaron la forma en
que se encogió ligeramente cuando mencionó el nombre de Alice.
"Probablemente, pero no sabrían la razón por la que es una mueca
de dolor" dijo Edward. "Ellos probablemente creeran que tiene algo
que ver con lo que Alice vio."
–Pero ¿Cómo ha
podido hacer eso? –preguntó Eleazar sin dirigirse a nadie en concreto.
–Imaginate que
hubieras visto a Renesmee solo a distancia, y que no hubieras esperado a oír nuestra
explicación.
Los ojos de Tanya se
entrecerraron.
–No importa lo que
ella haya pensado… Ustedes son nuestra familia.
–Ya no hay nada que
podamos hacer respecto de la decisión de Irina. Es demasiado tarde, Alice nos
ha dado un mes de plazo.
Tanto Tanya como
Kate inclinaron la cabeza hacia un lado, y esta última frunció el ceño.
–¿Tanto tiempo?
–preguntó Eleazar.
–Vienen todos juntos
y eso requiere una cierta preparación previa.
Eleazar soltó un
jadeo.
–¿La guardia
completa?
–No solo la guardia
–replico Edward, con la mandíbulas apretadas. –También Aro, Cayo, Marco…
incluso las esposas.
La sorpresa
relampagueó en los ojos de todos los vampiros.
"Bueno, es bastante sorprendente" dijo Carlisle.
"Inaudito."
–Imposible –repuso
Eleazar sin podérselo creer,
–Justo lo que yo
dije hace dos días –comentó Edward.
El vampiro puso muy
mala cara y cuando habló lo que surgió fue casi un rugido.
–Pero eso no tiene
sentido alguno. ¿Por qué se iban a poner ellos mismos y a las esposas en
peligro?
–No tiene ningún
sentido desde ese punto de vista, Alice dijo ue se trataba de algo más que un
simple castigo por lo que creían que habíamos hecho. Ella pensó que tú podrías
ayudarnos.
–¿Más que un
castigo? Pero ¿Qué otra cosa puede ser?
Eleazar comenzó a
caminar de un lado para otro, dirigiéndose primero hacia la puerta y luego
hacia atrás como si estuviera solo en la habitación, con las cejas fruncidas
mientras miraba hacia el suelo.
–¿Dónde están los
demás, Edward? ¿Carlisle, Alice y los otros? –preguntó Tanya.
La vacilación de
Edward apenas fue perceptible y respondió sólo a parte de la pregunta.
–Buscando amigos
capaces y dispuestos a ayudarnos.
Tanya se inclinó
hacia él, adelantando las manos en su dirección.
–Edward, no importa
cuántos amigos consigas reunir, no podemos ayudarte a ganar. Solo podemos morir
contigo.
"Oh, por favor" Emmett rodó los ojos. "Los Volturi no
son tan imparables... Estoy seguro de que si conseguimos..."
"No estamos reuniendo a nuestros amigos para luchar, Emmett"
dijo Carlisle con frialdad, cortando el comentario de su hijo.
Debido a que Carlisle no suele comportarse de esta manera, y pudo ver
la tristeza en los ojos de su padre, Emmett decidió seguir leyendo en lugar de
hacer más comentarios al respecto.
–Debes saber eso.
Claro, quizá nosotros cuatro nos lo merecemos después de lo que Irina ha hecho,
y después de cómo les fallamos en el pasado… y esta vez también por el bien de
la niña.
Edward sacudió la
cabeza con rapidez.
–No le vamos a pedir
que luchen y mueran con nosotros, Tanya. Ya sabes que Carlisle jamás pediría
una cosa asi.
–Entonces, ¿Cuál es
la naturaleza de su petición, Edward?
–Simplemente estamos
buscando testigos. Si los podemos detener, aunque sea por un momento, si dejan
que nos expliquemos… –tocó la mejilla de Renesmee y ella agarró su mano y la
mantuvo apretada contra su piel. –Es difícil dudar de nuestra historia cuando
la ves por ti mismo.
Tanya asintió con
lentitud.
–¿Tú crees que su
pasado les importará mucho?
–Solo en la medida
en que amenace su futuro. El sentido de mantener la restricción estaba en
protegernos de quedar expuestos y de los excesos de los niños que no podían
educarse.
–Yo no soy peligrosa
en absoluto –intervino Renesmee. Escuché su voz alta y clara con nuevos oídos,
imaginando cómo sonaría a los demás. –Nunca le he hecho daño al abuelito, a Sue
o a Billy. Me encantan los humanos. Y los lobos como mi Jacob.
Edward se estremeció y Rosalie gruñó a Renesmee llamándolo, mi Jacob.
"Eso es peor que cuando Bella lo dijo" Edward se quejó,
mirando al libro.
Ella dejó caer la
mano de Edward hacia atrás y dio una palmadita al brazo de Jacob.
Tanya y Kate
intercambiaron una mirada rápida.
–Si Irina no hubiera
venido tan pronto –musitó Edward, –nos podríamos haber evitado todo esto.
Renesmee crece a un ritmo sin precedentes. Cuando pase este mes, habrá ganado
otro año de desarrollo.
–Bueno, eso es algo
que lograremos atestiguar sin ninguna duda –replicó Carmen en todo decidido.
–Podemos prometer que la hemos visto madurar por nosotros mismos. ¿Cómo iban a
ignorar los Vulturis una evidencia como esa?
Eleazar masculló
entre dientes.
–¿Cómo, en verdad?
–pero no alzó la mirada y continuó paseándose como si no estuviera prestando
atención en absoluto.
Edward y Jasper se tensaron, a sabiendas de que estaba tratando de
pensar en algo que probablemente no les gustaría.
–Sí, les serviremos
de testigos –admitió Tanya. –Al menos eso sí. Y consideraremos qué otras cosas
hacer.
–Tanya –protestó
Edward, escuchando algo más en sus pensamientos de lo que había en sus
palabras, –no esperamos que luchen con nosotros.
–Si los Vulturis no
se detienen lo suficiente para escuchar nuestra declaración, no nos vamos a
quedar de brazos cruzados –insistió Tanya. –Aunque claro, yo solo puedo hablar
por mi misma.
Carlisle bajó la cabeza, sabiendo que era probable que así sea, pero no
deseaba ningún daño a ninguno de ellos.
Kate resopló.
–¿Realmente dudas
tanto de mi, hermana?
Tanya le dirigió una
gran sonrisa.
–Después de todo, es
una misión suicida.
Kate le devolvió
otra sonrisa y después se encogió de hombros con indiferencia.
–Yo también estaré.
–Y yo haré todo lo
que pueda para proteger a la niña –acordó también Carmen. Y luego, como si no
se pudiera resistir, tendió las manos hacia Renesmee. –¿Me dejas que te
sostenga, mi precioso bebé?
Renesmee se inclinó
decidida hacia Carmen, encantada de haber hecho una nueva amiga. La vampira la
abrazó con fuerza, murmurándole algo en español.
Sucedió lo mismo que
había pasado con Charlie, y antes con todos los demás Cullen. La niña resultaba
irresistible. ¿Qué era lo que había en ella que hacía que todos se le
rindieran, que los hacía incluso desear entregar sus vidas para defenderla?
Durante un momento
pensé que lo que estábamos intentando quizá podía funcionar. Tal vez Renesmee
lograra lo imposible: ganarse a nuestros enemigos como se había ganado a
nuestros amigos.
Y entonces recordé
que Alice nos había dejado y mi esperanza se desvaneció tan deprisa como había
aparecido.
"Argh" Edward gimió y ahora estaba mirando a Alice.
"Bien, estoy seguro de que el pensamiento deprimente va a venir
más de una vez en el futuro" Emmett sonrió mientras le entregaba el libro
a Esme. "Y ese fue el final del capítulo.”
Me encanta la historia ❤❤ espero que continuen pronto ��
ResponderEliminarNada mejor para alegrar el dia que tres capitulos seguidos,GRACIAS CHICAS!!! Tanto tiempo esperando esta parte de la saga y Edward casi ni reacciona a las cosas :(
ResponderEliminarGracias encantadisima cn la traduccion
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